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Narrado por Chris.

Tenía tantas ganas de besarla, no sabía si ella solo estaba jugando conmigo al tomar esa actitud, pero ya no podía soportarlo más, tenía que hacerlo antes de perderla para siempre como mujer, bueno... no puedes perder a quien nunca ha sido tuyo. Ella humedeció sus labios y luego los entreabrió, su cálida respiración chocaba con mi rostro. Incliné mis labios hacia los suyos y ella inmediatamente cerró los ojos, ¿iba a permitir que la besara?, una corriente eléctrica recorrió mi columna vertebral al oír de sus labios una orden disfrazada de petición.

Bésame –dijo ella y abrió los ojos para mirarme fijamente mientras colocaba sus manos detrás de mí nuca, nuestros labios se rozaron por primera vez en quince años, por primera vez desde que la conocía y aquello era suficiente para que mi cabeza explotara de satisfacción, no quería imaginarme si me permitía hacerla mía, moriría de placer.

Me bajé de su cuerpo para colocarme a su lado, ella apartó sus manos y las dejo inmóviles sobre su abdomen, iba a darme la espalda pero yo entrelacé los dedos de mi mano izquierda con su mano derecha, a juzgar por la expresión de su rostro podía jurar que ella creía que iba a rechazarla y le daría una explicación para excusarme, pero eso no sucedería, no podía permitírmelo, no deseándolo mucho más que ella, enredé los dedos de mi mano derecha en su cabello apenas recogido cuando ella se colocó de lado quedando frente a mí, estuvo a punto de hablar pero yo incliné mi rostro hacia el suyo y nuestros labios volvieron a rozarse.

Shhh –fue lo único que salió de mi boca antes de juntar mis labios con los suyos, ella colocó su mano derecha en mi mejilla y yo la besé despacio, deleitándome con el sabor de sus carnosos labios, introduje mi lengua casi pidiendo permiso para aquello y ella paso su mano a mi nuca para presionar mis labios más contra su boca, ella metió su pierna entre las mías y yo gruñí cuando su pelvis rozó con mi miembro, sus manos se colaron dentro de mi camiseta y ella rozó mi abdomen y mi espalda con la yema de sus dedos, no podía parar de besarla y si ella seguía haciendo aquello terminaría suplicándole para que me permitiera hacerle el amor.

Ella se separó despacio de mis labios y yo coloqué mi mano en su espalda para impedir que se separara de mí, ella me sonrió sin apartar su mirada de mis ojos y colocó sus dedos en la orilla de mi camiseta, comenzó a subirla y yo coloqué mi mano en el cuello de esa prenda para quitármela, no sabía qué demonios deseaba hacer ella, pero no la detendría- ¿puedo pedirte una cosa? –murmuró ella a causa de nuestra cercanía, yo asentí, mientras que mis manos viajaron hasta la curvatura de su cintura para luego posarse en su trasero.

-¿Puedes hacerme el amor?.

Yo tragué en seco y junté mi frente con la suya, los músculos de mi cuerpo se tensaron, deseaba con todas mis fuerzas que aquello no fuese de nuevo un sueño.

Hazme tuya –murmuró ella nuevamente y atrapó mi labio inferior con sus dientes y comenzó a succionarlo, colocó una de sus manos en el botón de mi pantalón y yo tragué en seco, estaba hablando en serio.

No dije nada, no era momento de hablar, deseaba aquello más que nada en el mundo, abrí los ojos y me separé de su boca para colocarme sobre ella, deposité un beso en su frente, luego uno en la punta de su nariz para pasar a depositar un beso fugaz en su mentón, pasé la punta de mi lengua por su cuello y al llegar justo frente a sus senos, aun lamentablemente cubiertos por su brasier y su camiseta, roce mi boca por cada uno, bajé despacio, hasta su vientre, y coloqué mis dedos en el borde de su camiseta, la subí dos dedos debajo de sus pechos y comencé a besar su piel, ella colocó sus dedos sobre mi cabeza y la acariciarició, yo alcé mi rostro para verla, sus ojos estaban cerrados y ella mordía su labio inferior, aquella imagen era simplemente maravillosa.

No puedo vivir sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora