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Narrado por Chris.

Me separé de sus labios solo el tiempo suficiente para quitarle la blusa que llevaba puesta, mis manos recorrieron la piel de su abdomen para acabar en su espalda, pegué mi pecho al suyo y seguí devorando su boca sin delicadeza alguna, me estaba reventando de los celos que ella hubiese pasado la noche con él, aun cuando sabía que no era la primera vez que lo hacía y que mucho menos sería la última, él mañana la convertiría en su esposa, pero mis pensamientos y el dolor que estos causaban en mí impedían que disfrutara de nuestro primer beso. Succioné, besé, mordí sus labios el tiempo que la morena me lo permitió, ella hizo exactamente lo mismo, disfruté de su expresión con cada ejecución de mi boca mientras mis manos no dejaban de brindarle caricias, ella abrió un poco más su boca permitiéndome disfrutar más de aquella cavidad tan exquisita, mi lengua rozó su labio inferior y miré sus senos los cuales estaban cubiertos por un brasier blanco, subían y bajaban por su respiración agitada y deje una serie de besos desde su barbilla hasta el lunar en su seno derecho, alcé mis ojos para verla, ella tenía la barbilla ligeramente elevada y los parpados caídos, busqué el broche de su brasier para deshacerme de él de una vez por todas pero antes de que pudiera encontrarlo ella dejó de rodear mi cadera con sus piernas y yo ahora quedé frente a su mejilla ya que ella estaba mirando a otro lado, cuando me incliné para besarla nuevamente sentí sus manos temblorosas chocar con mi pecho sin mucha fuerza.

Lo siento, no sé cómo pasó, será mejor que me vaya –dijo Lisa, pero ella se encontraba inmóvil, su piel aún erizada por mi tacto y su respiración agitada junto a sus manos temblorosas sobre mi piel eran indicios de que ella no lo sentía y que ella lo deseaba tanto como yo.

¿En serio quieres que me detenga? –tomé su mentón entre mis dedos e hice que me mirara fijamente, aquellos ojos café que me volvían loco tenían una pizca de culpa pero un millón de ganas de continuar con aquel acto, la vi asentir y negué con la cabeza antes de juntar mi frente con la suya- ¿tendré que suplicar?.

Ella se hizo a un lado y paso las manos por su rostro- esto no puede ser, esto no debió haber sucedido –repetía una y otra vez antes de dejarse caer sentada en la orilla de la cama, apoyó sus codos en sus rodillas y escondió su rostro con sus manos- no puedes venir y besarme como si nada solo porque mueres de celos ya que no te presto atención por mi boda, por un capricho o para demostrar algo –¿ella de verdad creía que yo estaba haciendo todo aquello para molestar a su adorado Luke o a ella?- no puedes llegar unos días antes de mi boda y hacer que lo confunda todo, ¿por qué lo hiciste? – tragué en seco cuando ella hizo esa pregunta, sabía que responder, pero no estaba seguro de poder hacerlo, ella me miró, las lágrimas se agolpaban en sus ojos y su labios inferior temblaba, se puso de pie furiosa y cuando iba a salir de la habitación la tomé del brazo.

-Porque te amo.

Ella dejo escapar un suspiro de sus labios- sé que me amas, sé que soy tu "hermanita" –dijo haciendo comillas con los dedos de su mano libre- sé todo eso, pero no tienes derecho de besarme así como así –chilló enojada.

Por Dios Lisa, ¿en serio nunca te has dado cuenta? –Dije frustrado porque aunque quisiera evitarlo, debía ser claro con ella de una vez por todas, no podía seguir ocultando lo que sentía, aunque por supuesto ya era demasiado tarde para obtener algo a cambio. Ella me miró con una ceja arqueada y los labios apretados, esperando a que yo continuara- estoy enamorado de ti desde la primera vez en que te vi, para mí no hay nadie más inteligente, dulce, bella y magnifica que tú –ella se soltó de mi agarre y parpadeó varias veces sin poder creer lo que yo decía.

-Dejar de jugar conmigo.

No estoy jugando maldita sea –acuné su rostro con mis manos, estaba desesperado porque ella no me creyera, por su reacción, por todo- te amo, ¿entiendes? Te amo desde que era un adolescente y te amo ahora como a nadie, me mata –la solté y di un par de pasos hacia atrás- me mata que estés con él, que cualquier hombre este cerca de ti –apreté mis puños a mis costados- de pensar que te toca, que te besa, que te hace suya, quisiera matarlo, pero no es su culpa que tu no sientas nada por mí.

No puedo vivir sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora