¿Qué hace James aquí? Fue lo primero que me pregunté. Yo me puse de pie y miraba sorprendida mas allá de aquel hombre que estaba de pie frente a mi. El sonido de las rejas me hizo parpadear y aterrizar a la realidad.-Queda libre. -Habló el oficial, yo seguía paralizada, dure así unos segundos hasta que sentí como unos dedos me tomaban con fuerza de la muñeca y me llevaban fuera de la celda y después por todo el pasillo.
Era James quien me llevaba, ¡James Buchanan!Nada ni nadie lo podía detener de su camino; la luz del día me recibió de repente cuando salimos por las puertas del edificio, y yo seguía siendo llevada por él por todo el estacionamiento, así continuamos hasta que se detuvo justo a un lado de su automóvil negro. Duro un par de segundos con su cabeza baja mientras sujetaba mis manos con cada vez más fuerza, y yo no sabía como reaccionar.
Entonces sentí sus brazos alrededor de mi y así mismo mi cabeza en su pecho.-Oh, Elizabeth...- Suspiro profundamente- No sabes lo preocupado que me tenías- Me dijo y yo aún seguía en sus brazos. Se alejó lentamente dejando sus manos en mis hombros para poder observarme con sus ojos muy abiertos que por alguna razón en estos momentos me intimidaban.
-¿Estas bien?
-Si.. -Fue casi un susurro, un susurro que apenas yo pude escuchar.
-Ven, hay que subir al auto. -Abrió la puerta del copiloto y no soltó mi mano hasta que yo estuve sentada dentro. El subió enseguida y encendió el carro.
-Tu celular. -Dirigí mi mirada a su mano donde tenía mi celular, y lo tomé con sutileza.
-¿Cómo.. -Me quede callada, no tenía la menor idea de que decir, o de que hacer. James no dijo nada y nos adentramos a la avenida.
-Recibí una llamada, de un hombre diciéndome que estabas en prisión y que eras inocente. -Habló después de unos segundos de completo silencio. Lo escuchaba atentamente y el continuó. -Me dijo que estuvieron a punto de matarte, pero que la policía llego justo a tiempo. -Su voz era algo temblorosa y no pude evitar el sentirme mal.-James...
-Me asuste Elizabeth, como no tienes idea, me preocupe mucho. -Su mirada siempre estaba al frente, como si no se atreviera a verme. Estaba formulando en mi cabeza alguna respuesta lógica cuando él volvió a hablar. -¿Te parece bien si vamos a comer y ahí hablamos mejor?
-Lo que tu quieras esta bien, James.
Llegamos a un restaurante y ya dentro los dos nos sentamos en una mesa, uno frente al otro. En cuestión de minutos James ya le había ordenado a la mesera dos hamburguesas y dos limonadas.
-Elizabeth... entiendo como has de estar, pero, quiero la verdad, quiero encontrar a los infelices que te hicieron esto.
"Que te hicieron." Genial, soy completamente inocente ante los ojos de James. Tomé un poco de mi limonada y mire hacía la mesa planeado la gran mentira que estaba a punto de decirle a aquel pobre chico que estaba frente a mi.
-Bueno, esta mañana... salí de mi departamento a buscar algún lugar en donde desayunar y, pues ya sabes.. no soy de aquí, y al final, no sé cómo termine perdida en unos callejones. -Pare unos segundos para encontrarme con el rostro de James que se podría decir que invadía mi espacio personal y su mirada tan atenta a cada palabra que salía de mi boca.
-¡Elizabeth!- Se quejó y se alejó para apoyar su espalda en el sillón. -Pudiste haberme dicho que te llevara a algún lugar.
-No quería molestarte James, y aparte no pensé en que me fuera a perder así. -Pasé mi mano por mi cabello.
-Bueno, ¿qué pasó después?- Entrelazo sus manos y apoyó sus codos en la mesa.
-Después de seguir caminando sola por unos momentos, llegó un automóvil y se detuvo a un lado de mi, bajo un hombre con un arma y me vi obligada a obedecer a que subiera en su auto. -Desvíe mi mirada con algo de miedo de que James viera en mis ojos que mentía. -Luego, hicimos varios minutos de camino, y yo en realidad tenía mucho miedo, podía ver como cada vez nos alejábamos más de la ciudad. Me bajó a la fuerza junto con él, en un edificio viejo y abandonado y me metió a un cuarto donde estaban tres hombres más.
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Atrapados.
ActionSola se encuentra ella, dicen que es muy fría, hija única de Marcos Hyde uno de los hombres más poderosos en el mundo de la mafia. Alisson es su nombre y a sus 21 años lo único que le importa es tener dinero para sobrevivir, ya sea matando personas...