Atrapados.

16- Nuevos sentimientos

"Acomodaba mis muñecas ordenadamente una por una en mi caja secreta donde guardaba las cosas que más quería, ya era noche y tenía que acomodar todo antes de irme a dormir. De pronto escuché el sonido que hace la puerta de entrada al abrirse ¡de seguro era papá! Había salido de viaje por su trabajo hacía ya cinco días y de seguro ya estaba de regreso; dejé mis muñecas a medio acomodar y caminando de puntitas para que papá no me escuchara y se sorprendiera al verme, bajé el primer escalón de las escaleras y me detuve un momento para escuchar.

-¡Elizabeth! -La manera en la que dijo el nombre de mamá fue un grito tan fuerte que me asusté y comencé a dudar en sí era buena idea ir con papá o no.

-Tranquilo, aquí estoy ¿pasó algo en el trabajo?.- Escuché la tranquila voz de mamá. 

-El trabajo.- Se rió de una manera muy extraña. -Me van a matar, Elizabeth.

-¿Qué estas diciendo Marcos? ¿Estas bien?

-Deje el trabajo, Elizabeth, y me metí con gente poderosa, y ahora no me van a dejar nunca, o si no me van a matar.

-Marcos.. -Hubo un momento de silencio. -¡No me digas que te adentraste en eso que me habías dicho! ¡Te dije que no! ¡Marcos!- Mamá alzo su voz y se escuchaba enojada pero al mismo tiempo asustada y seguido a eso escuché el sonido de cuando golpean a alguien en la mejilla y me asuste muchísimo. 

-¡No te atrevas a gritarme otra vez, estúpida!

-Marcos... -La voz de mamá sé escuchaba como cuando tratabas de no llorar.

-¡Cállate!- Fue un grito seguido de otro golpe y yo bajé corriendo las escaleras.

-¡Mami!- Mamá lloraba y se sujetaba su mejilla con sus manos.

-¡Elizabeth regresa a tu cuarto!- Intenté acercarme a ella pero me detuve cuando me contestó molesta, gritando. 

-Papi, deja a mi mamá- Comencé a llorar y tome su brazo y se alejó. Papá no era así, tenía que volver al papá de antes.

-¡Alisson, se llama Alisson!- Se acerco a mamá y le grito en la cara, después se dio la vuelta y me observó -¡Vete a tu cuarto Alisson! ¡Vete o si no voy a lastimar a tu mamá!...  "

-No me acordaba... -Era una voz masculina grave pero al mismo tiempo dulce.
-No, no, pero claro que estaré ahí. -segundos de silencio. -Sí mamá, ahí estaré. Nos vemos más tarde, también te quiero adiós.

Tardé unos segundos en poder fijar mi vista y encontrarme rodeada de unas paredes grises, quité con mi mano el cabello que me cubría la cara para poder ver mejor, tenía la respiración acelerada y sentía todo mi cuerpo caliente, era como siempre me sentía después de despertar de uno de esos sueños.
Estaba acostada en una cómoda y amplia cama, y sobre mi caía un par de sábanas blancas; lentamente me fui incorporando y me senté, mientras trataba de controlar y acomodar mi cabello con mis dedos, entonces vi como entró James llenando la habitación con su aroma a perfume tan embriagador que podía enamorar a cualquier mujer. Era notable que acababa de tomar una refrescante ducha, su cabello que se veía más oscuro de lo normal ya que estaba mojado, lo demostraba. Llevaba puesto una camisa blanca y unos pantalones negros, y en su mano llevaba su celular, lo que indicaba que acaba de tener una llamada telefónica. Una extraña parte dentro de mi seguía preguntándose cual era la razón de que este chico no tuviera novia.

-Buenos días- James me dio una sincera y ligera sonrisa. -¿Cómo estas?

-Mejor..- Bueno, en parte era verdad, había descansado así que estaba mejor.