-Hemos llegado a nuestro destino. Favor de bajar por la puerta derecha.-
La luz inunda todo el avión, guardo mi celular y me levanto, la chica castaña de al lado me sonríe y yo me limito a fingir que no la vi, tomo mi bolso y bajo con algo de prisa del avión. Siempre andaba con prisa, ya era parte de mi.
Ya en el aeropuerto después de recoger mi maleta, tomé un taxi a la dirección que Marcos había dado. Estando en el taxi recibí un mensaje.
De: Marcos.
¿Cómo te fue en tu viaje, solecito?
De nuevo no le contesté. En el transcurso de la ciudad había mucho ruido y algo de tráfico pero no tardamos tanto en llegar como lo esperaba, y cuando menos lo pensé mientras observaba la ciudad desde la venta del taxi se detuvo frente a un grande edificio con muchas ventanas y de fácil más de 10 pisos, es donde supongo que aquí es el destino, mi nuevo hogar. Pago el taxi y después de ver un poco alrededor entro a la recepción donde me recibe un hombre con sonrisa amable. El lugar se veía muy elegante, con un piso que brillaba mucho para mi gusto. Las paredes grises daban un ambiente serio. Me acerque al escritorio donde se encontraba el chico detrás de una computadora.
-Buenos días, ¿le puedo ayudar en algo?
-Hmm, sí. Creo que tengo un departamento.- Él chico me miro confundido.
-Disculpe, ¿Sabe que número es?
-No...
-¿Cuál es su nombre?
-Alisson Hyde.- Dije bajando mi voz y desviando mi mirada a otro lado. Saber que ese era mi apellido me molestaba.
-Ohhh, ¿usted es la hija de Marcos Hyde?
-Sí.- Asentí. Él abrió levemente sus ojos, claramente sorprendido.
-Disculpe señorita, tenga estas son su llaves, el número de su departamento es el numero 34.
-Gracias.- Secamente y sin nada de ánimo las tomé y me fui al elevador. Llegue a el departamento era acogedor, no tan amplió pero sorprendentemente de dos pisos. Subí por las reducidas escaleras y me encontré con que arriba solo se encontraba una cama un pequeño escritorio y un puerta de lo supuse sería el baño. Era simple pero me agradaba. Dejé mi maleta en mi nueva recamara, y caigo de espaldas sobre la cama y me quedo observando el techo, disfrutando de la soledad y del silencio del lugar, hasta que escucho que mi celular vibra. Interrumpiendo mi pequeño momento de paz me levanto y veo qué hay un nuevo mensaje.
De: Marcos.
No pierdas tiempo, en cuanto antes mejor, él chico es un buen chico, ve y toca la puerta de su departamento accidentalmente, choca con él o lo que sea pero haz tu trabajo.
De: Alisson.
¿Cómo voy a saber quién es el chico?
Hasta ahora no se me había ocurrido ese gran detalle, cada vez se me hacía más tonto y sin sentido lo que Marcos me pedía.
De: Marcos.
A unas tres cuadras del edificio donde estas hay una café, uno de mis hombres te dará una maleta y una carpeta con información a las 17:00 horas de ahí. No llegues tarde.
Observe el reloj digital que había en el escritorio, y me di cuenta que faltaba media hora para la hora que decía el mensaje. Apurándome un poco saqué de mi maleta los primeros jeans y la primera blusa que vi y me alisté. Salí en busca del lugar, no fue muy difícil, sólo recorrí unas cuantas calles a la derecha después de salir del edifico y llegué. Era la hora en punto acordada cuando entré al café abriendo la puerta y haciendo sonar una pequeña campana, era un lugar un tanto pequeño pero con mucha gente. Iba a buscar una mesa cuando sentí una voz de un hombre a mis espaldas.
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Atrapados.
AcciónSola se encuentra ella, dicen que es muy fría, hija única de Marcos Hyde uno de los hombres más poderosos en el mundo de la mafia. Alisson es su nombre y a sus 21 años lo único que le importa es tener dinero para sobrevivir, ya sea matando personas...