Atrapados.

11- ¿Un poco más de vino?

El viaje en el auto de James fue muy silencioso, desde que nos besamos él comenzó a comportarse más serio y distante y eso me hacia seguir preguntándome ¿está enojado por el beso? Ya no hemos dicho ninguna sola palabra sobre eso, esta actuando como sí no hubiera sucedido; con Mark tampoco hablé ya nada, pero bueno, importaba que yo había ganado.
Por alguna razón comienzo a sentir un molesto dolor en la cabeza, y también unas inmensas gana de fumar un cigarrillo, mmmh, si James se enterara de que fumo, ¿aún seguiría conmigo? Fruncí el ceño ante mi pensamiento.

-¿Te encuentras bien?- Carraspeó James después de hablar.

-Me duele un poco la cabeza, pero si, estoy bien.

-Mmh, ¿Cenaste?- Me quedé pensando unos segundos, este chico siempre hace comentarios extraños.

-De hecho.- Comencé a repasar mi transcurso de la noche. -No...

-¿Y no tienes hambre?

-Un poco.-Podía ver de reojo a James, que estaba mirando fijamente la carretera. Tenía una perfecta vista de su perfil. "Es atractivo, admitelo" una parte de mi lo decía mientras la parte contraria se negaba "es como cualquier hombre, no tiene nada de especial".

-¿Quieres comer algo en mi departamento? Ya es tarde y no creo que encontremos algo abierto. - Dijo después de unos cuantos segundos mientras seguía viendo la carretera, mmmh, no tengo nada que hacer, y tengo hambre, y no hay mucha comida en mi departamento..

-James, no te molestes-Tuve qué esforzarme un poco para que esas palabras salieran de mi boca.

-Elizabeth, no eres una molestia, de hecho es agradable tenerte de compañía.- De nuevo sentí la extraña manera en la que decía mi nombre. ¿Será cierto? Tal vez solo este siendo educado.

-Bueno, si tu quieres...- El auto se detuvo unos minutos después y por la ventana pude ver que ya estábamos afuera del edifico donde estaban nuestros departamentos. James salió primero dejando el auto encendido y dándole las llaves a el guardia de seguridad y después salí yo.

-Buenas noches señor Buchanan, señorita.- Asintió el hombre de mediana edad.

Entramos por la puerta de cristal a recepción.
-No se si te molesta, pero yo tus "si tu quieres" los tomo como un sí.- Dijo James observándome. Creo que ya me había dado cuenta de eso.

Después de subir por el ascensor estaba dentro del grande departamento de James, me sorprendí, pues tan solo su sala de estar estaba el doble más grande que la de mi departamento; me invitó a sentarme en la barra que estaba en la cocina y yo asentí. Me sentía un poco incómoda con mi largo vestido, obviamente preferiría estar con mi pijama de felpa. James se quedó de pie frente a mi al otro lado de la barra, observándome detenidamente.

-¿Qué quieres comer?- Preguntó con una sonrisa.

-No lo se...- Él se alejo, abrió el refrigerador y se quedo observando por un momento.

-¿Te gustan los baguettes?- Pregunto mientras sacaba una charola con unos cuantos baguettes. -Siempre hacen comida de sobra.- Me mira -¿Te gustan?

-Si, claro, estaría bien. -Dije no muy decidida. Después de que sacó dos baguettes los colocó en un plato y los coloco en el microondas. Mientras tanto James saco un vino y dos copas.

-¿No tienes sed? ¡Yo tengo mucha!- Rió mientras servía vino y me daba una copa a mi. Tome un poco y sentí como el sabor era muy sabroso, él de un solo trago terminó con su copa y volvió a servirse. -¿Un poco más de vino?- Yo asentí, en cuestión de segundos él ya estaba sirviéndose su tercer copa.. Siguiendo el ritmo de James me tome lo más rápido que pude el vino y James me sirvió más y él se sirvió su cuarta copa. Me sentí agradecida cuando el sonido del microondas hizo que se detuviera y fuera a sacar la comida; los colocó en un plato y se sentó a un lado de mi.

-Espero que te gusten.- Dijo James mientras comenzaba a comer, al parecer este chico tenía hambre también.

Fue un poco incómodo comer así y al principio me dio un poco de pena pero bueno, tenía hambre, así que deje el plato vacío al igual que James. Él dejo los platos y me invitó a sentarme en la sala, como la habitación estaba muy silenciosa encendió el televisor, puso un canal donde solo pasaban música y se sentó en el otro sofá, cerca de mi. Ya sentados sirvió de nuevo vino y en cuestión de segundos el bebía copa, tras copa, tras copa, esto no era algo común, ¿o si?

-Hace mucho tiempo que no probaba uno de estos vinos, son difíciles de conseguir.- Rió de nuevo nervioso mientras seguía bebiendo. Yo apenas iba por mi cuarta copa cuando comprendí, ¿esta nervioso? ¿James esta nervioso? Eso quiere decir que algo lo incómoda, pues claro, ¡no quiere hablar del beso! ¡Es eso! Reí dentro de mi tras mi descubrimiento. Tome rápido mi copa y ya estaba por la quinta.

~

Yo y James reíamos fuertemente.

-¡Mis amigos me obligaron!- Reí más fuerte.

-¿Y por eso le pediste el número a tu maestra de más de cincuenta años frente a toda la clase?- Dije.

-Creo.- Se encogió de hombros. -Oye, no te burles- Rió. Tomé la botella de vino decidida a servirme más y estaba vacía, esperen, ¿yo y James nos habíamos acabado la botella solos?

-Traeré otra.- No estaba muy segura de esto, tal vez ya era mucho.

Mientras el volvía tome el control y comencé a cambiar el canal de la televisión y me detuve en uno donde comenzaba una antigua película. Subí el volumen.

-¡Me gusta esta película!- Dije emocionada ¿por qué estoy emocionada?

-Pues, hay que verla- Dijo James regresando con una nueva botella de vino en sus manos y sirviendo de nuevo a mi y así nos quedamos mirando la película, James se acostó en el sillón para estar mas cómodo y yo solo me limite a recostar mi cabeza y poner un cojín sobre mis brazos ya que en el departamento se sentía un poco de frío; de tanto reír me dolía el abdomen; James me contó muchas anécdotas divertidas que le pasaron. Tenía que regresar a mi departamento, después de todo estoy con un desconocido embriagado y tal vez hasta yo lo esté ya. Aún llevaba puesto mi vestido pero por alguna extraña razón me sentía cómoda, tan cómoda...