II (Editado)

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El silencio que emergió en ese instante  rompió el corazón de Makoto. Había sido rechazado, más que rechazado.
Sonrió, apenas un poco para no causar lástima, para darle a entender al azabache que estaba bien, aunque por dentro estaba muriendo lentamente.
—No te preocupes, Haru.
Haru volvió a disculparse haciendo una leve reverencia, entonces se dio la vuelta y caminó hacia el edificio, dejando a Makoto solo, cabizbajo.
Mientras tanto, Sousuke llegaba a su auto, se había quitado la chaqueta y la había arrojado al asiento trasero, aún seguía molesto, pero no tenía ni la más mínima idea de porqué. Iba a entrar al auto cuando una voz le llamó.
—¡Yamazaki!
Se giró para poder encarar a la persona que le hablaba, se trataba de Mikoshiba Seijuro, un buen compañero en la policía, se quedó ahí, esperando a que cruzará la calle.
—¿Qué ocurre, Mikoshiba?
—Quería preguntarte algo, ¿Ya terminaste con Matsuoka?—Mikoshiba recargó su codo en el auto y le sonrió.
—No, ¿A qué viene tu pregunta?—preguntó Sousuke abriendo la puerta del auto con un tono de indiferencia en su voz.
—No, es solo que, últimamente te he
visto con un joven, el del restaurante del centro. Pensé que quizá ya te habías decidido a dejar a Matsuoka—Explicó Mikoshiba.
—No...-—y Sousuke le hizo una invitación para irse juntos, la cual Mikoshiba aceptó.
—Sucede qué, creo que es lindo—habló Sousuke encendiendo el auto y el estéreo.
Mikoshiba se apoyó en el respaldo del asiento y soltó una suave risa.
—¿Matsuoka lo sabe?-preguntó Mikoshiba.
—No—respondió Sousuke.
El auto empezó a avanzar en medio de la calle, en un silencio entre ambos, lo único que se escuchaba era el estéreo y los autos que pasaban a un lado, como siempre el sonido de la ciudad.
—No soy tonto, Yamazaki. Tú y yo sabemos que te gusta, no te culpo. Es lindo. Sin embargo...—Y Sousuke le miró de reojo, sin decir una palabra.
Mikoshiba también le observó y después sacó un cigarrillo.
—Creo que Matsuoka no se merece esto—finalizó llevándose el cigarrillo a los labios y encendiendolo con el dispositivo del auto.
—Lo sé, por eso no volveré a ver a Nanase. Además, no es como si yo fuera en serio con él.
El transcurso restante del viaje fue tranquilo después de eso, Sousuke había dejado a Mikoshiba unas calles antes de su casa para no desviarse del camino.

Al llegar a casa, Rin estaba ahí, esperándolo bajo el umbral de la puerta con los brazos cruzados. Sousuke le sonrió y besó su frente.
—Tardaste—reprochó Rin.
—Me encontré con Mikoshiba, regresamos juntos, por ello tarde más de lo esperado—y Sousuke cerró la puerta tras entrar.
Rin suspiró y después siguió a Sousuke, el cual se sentó en el sofá de la sala, estiró sus piernas y usó sus brazos como almohada. Rin llegó después, se sentó a su lado, Sousuke le miró, apenas un poco y después extendió su brazo para rodear la espalda del pelirrojo en un suave abrazo, y entonces Rin se recargó en su hombro con suavidad.
La tranquilidad de la sala fue interrumpida por el sonido de un celular, Sousuke soltó un gruñido de molestia y Rin suspiró haciéndose a un lado para que Sousuke pudiese contestar, buscó entre su bolsillo que, había decidido dificultarle la tarea, cuando al final logró sacar el teléfono, miró la pantalla.
—¿Quién es?—preguntó Rin.
—Es el jefe—y entonces Sousuke contestó.
Rin se levantó, dirigiéndose a la cocina para comenzar a servir la cena, en eso estaba cuando Sousuke entró corriendo y le abrazó con fuerza rodeando su cintura.
—¿Qué pasa?—preguntó Rin algo angustiado.
—Adivina quien mañana volverá a ser tu pareja de patrulla.
Rin sonrió animado y le abrazó del cuello besando sus labios repetidas veces.
La vida de ambos volvería a la normalidad.
A la mañana siguiente, Haruka miraba por el lugar, buscando a "Sou", pues así lo conocía. No sabía su apellido ni su nombre completo para buscarle en el directorio telefónico, de "Sou" realmente no sabia nada, solo que era un policía.
En eso pensaba, cuando una patrulla se estacionó "Al fin" pensó Haruka. Salió del restaurante con cierto ánimo, oculto tras su imagen serena, pero reflejado en el brillo de sus ojos. Se arregló el cabello en el reflejo de un sartén y después salió para charlar un poco con él. Cual fue su sorpresa al ver que Sousuke no estaba ahí, en su lugar había otro policía que nunca antes había visto.
—Nanase, dos americanos por favor, está vez no está mi otro compañero, él fue colocado en su zona de nuevo.
Haruka anotó entonces el pedido... ¿Por qué "Sou" no le dijo nada al respecto? Estaba demasiado sorprendido por la noticia, pero más aún por el hecho de que no se había enterado por su propia voz, sino por otra persona.
Al terminar su turno, Haruka pensaba sobre cómo lograr dar con el paradero de "Sou" necesitaba decirle que se sentía atraído por él.
Se quedó de pie por unos momentos y después pensó en ir a la estación de policía, preguntaría por él y después le buscaría, así que comenzó a caminar hacia la estación.

En la estación de policías, Rin entregaba el arma y el chaleco y después miró a su pareja que hacía lo mismo, estaba sonriente, de hecho toda la mañana lo había estado.
—¿Por qué estás tan feliz?
—Porque estoy contigo.
Después de un rato ambos salieron, se subieron al auto, Rin se colocó el cinturón de seguridad y encendió el estéreo, Sousuke también se colocó el cinturón y acomodó el espejo retrovisor, en eso estaba cuando vio una cabellera negra y ojos azul cual zafiro, brillantes... Nanase Haruka.
Le observó cruzarse la calle y dirigirse a la estación de policías. De inmediato Sousuke pisó el acelerador, Rin se sorprendió un poco y se giró para mirarlo con el ceño fruncido.
—¿Qué ocurre?—preguntó.
—Nada. Tengo que hacer algo.

Antes del anochecer, Haruka salía de la estación, no averiguó nada, suspiró, ¿Por qué Sou no le diría nada al respecto? ¿En serio era tan poco importante en su vida? No, debía escucharlo de sus propios labios, pensó en pedirle ayuda a Nagisa, Nagisa tenía muchos amigos por todos lados, quizá alguno le ayudaría a encontrarlo; en ese momentoun agarre rudo en su brazo lo hizo girarse y después sintió su espalda chocar con fuerza en una pared, sus pensamientos habían sido interrumpidos bruscamente, cuando abrió los ojos después de sentir el impacto, delante de él estaba "Sou" que le miraba molesto, sintió una especie de alivio, pero también de dolor al sentir la forma en la que lo miraba.
—¿¡Por qué diablos me fuiste a buscar a la estación!?

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