IV (Editado)

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—¡Haru-chan!
Y un rubio llegó corriendo a abrazar a un azabache que salía del trabajo completamente distraído, sin embargo al sentir el asfixiante cariño de su amigo, trató de quitárselo de encima, pero Nagisa no pensaba soltarlo, así que todo intento fue en vano.
—¿Qué haces aquí, Nagisa?—Preguntó Haruka con un leve tono de molestia en su voz y el entrecejo fruncido.
—Que frío eres Haru-chan... ¡Mira, mira!—y después Nagisa buscó entre sus bolsillos hasta hallar lo que buscaba.
Sacó algo parecido a un par de boletos y se los mostró. Haruka se quedó mirando a Nagisa y luego elevó una de sus cejas con duda. "¿Qué es eso?" murmuró.
—Son boletos para un parque acuático, Haru-chan. Iremos el día de tu cumpleaños.
Haruka era un amante del agua, pensaba que sí no se hubiese dedicado a la gastronomía, se hubiese dedicado a ser nadador olímpico.
Giró un poco el rostro con un suave rubor en las mejillas murmurando un 'gracias', no fue la gran cosa, pero para Nagisa era una gran muestra de felicidad, cosa que lo impulsó a abrazarlo aún más fuerte entre risas, pero esta vez Haruka no trató de separarlo.
—¡Haru!—aquel gritó llamó su atención y buscaron la fuente de donde provenía.
Por la calle, Makoto y un chico de gafas y cabello azulado caminaban rumbo a los dos amigos, Nagisa al ver aquello, se separó de Haruka, cosa que asombró de alguna u otra manera al azabache, Nagisa era un chicle y nunca por nada del mundo lo soltaba, solo cuando notaba a Haruka lo bastante enojado.
Una vez que Makoto y Rei llegaron frente a ellos, el castaño sonrió gentilmente y mirando a Haruka dijo:
—Espero no estemos interrumpiendo.
—Descuida—respondió Haruka.
—Haru, te presento a mi amigo Rei—habló Makoto.
—Un placer—se presentó Rei haciendo una ligera reverencia la cual fueron correspondida por Haruka.
—Quisiera hablar contigo, Haru.
Y Haruka accedió.
Makoto entonces decidió caminar haciendo que Haruka lo siguiera, pues ahora entendía que Makoto se refería a "hablar a solas".
Nagisa y Rei los siguieron con la mirada, pero el silencio fue interrumpido por Nagisa que se colocaba frente a Rei.
—Entonces tu eres el mejor amigo de "Mako-chan".
Rei alzó la ceja "¿Mako-chan?" pensó.
—Sí—respondió.
—Entonces, "Rei-chan", ¿Mako-chan tiene pareja, novia, novio, compromiso, o es casado?—preguntó Nagisa con una sonrisa, Rei alzó la ceja y acomodó sus gafas, jamás había oído tantas palabras en menos de cinco segundos.
—A Makoto le gusta Haruka-san—Contestó.
Nagisa se sorprendió al escuchar la respuesta de Rei, y después se giró para poder ver a Haruka y Makoto que hablaban a unos metros, en voz increíblemente baja.

—¿No tengo ni siquiera una oportunidad?—preguntó Makoto cabizbajo.
-Makoto, entiéndeme. Si yo pudiera quererte como tú a mi, sería completamente distinto, pero no puedo quererte más que como un amigo—
Y aquello rompió aún más el corazón de Makoto, Haruka era bastante sincero y bastante directo, cosa que lo hería aunque esa no fuera su intención.
—¿Tan enamorado estas de otra persona? Dime algo, Haru ¿son novios?—preguntó Makoto.
Haruka se quedó pensativo, en completo silencio y después murmuró un "No"
—Si aún no son novios ¿Cómo es que estas así de enamorado?—la voz de Makoto comenzaba a sonar irracional.
—Aún no somos novios porque no me lo ha pedido—respondió Haruka.
Por primera vez en toda la historia de la humanidad, o al menos así lo sintió Haruka, vio a Makoto fruncir el entrecejo. Jamás creyó que algo como eso pasaría.
Entonces Makoto le dio la espalda, y después le miró sobre su hombro y le sonrió.
—No me daré por vencido.
Y después caminó hacia Rei el cual en cuanto llegó el castaño se despidió de Nagisa y después de Haruka a distancia
Entonces Nagisa llegó a lado de Haruka y le dijo:
—Le gustas.
Haruka le miró y suspiró.
—Lo sé—respondió.

Mientras tanto, un joven en una habitación oscura, se encontraba sentado detrás de un escritorio. Llevó sus manos a su frente y cerró los ojos, una voz en su cabeza, lejana,  como un recuerdo, le gritaba "¡Hermano!".
Podía escucharse a sí mismo gritando, su voz de infante lo torturaba.
Abrió los ojos, eran color violeta y sus cabellos rosáceos formaban un flequillo.
—Hermano... —Se levantó entonces del asiento y caminó al espejo—han pasado ya varios años desde que ese par...—mordió su labio con rabia y después suspiró—Rin y Sousuke... Por ellos estoy solo.
Y aquel joven, se llevó las manos al rostro soltando un suave sollozo.
—No te preocupes, hermano. Yo vengaré tu muerte—Y la fiereza de la mirada del joven se fijó en la ventana.
—¿Por qué los odias tanto, Hayato?—y un joven de cabello castaño le habló preocupado.
—Ya te lo he dicho, Ren. Unos policías atraparon a mi hermano, cuando el era inocente, y en el auto dónde lo transportaban a prisión, cayó por una barranca, el maldito auto explotó y mi hermano estando con esposas no pudo escapar... —Llevó sus manos a su cabeza y después suspiró tratando de relajarse— la última vez que lo vi, mi hermano había ido por mí a la escuela, pero justo antes de que llegara a su lado, ese par de policías, Matsuoka Rin y Yamazaki Sousuke capturaron a mi hermano injustamente—se aproximó y sirvió una copa de vino, la cual ingirió con rapidez y de un solo trago sintiendo el calor agonizante de la venganza pasar por su garganta.
Ren miró al de cabellos rosáceos y después miró por la ventana.
Él esperaba algún día encontrar a su hermano mayor.
Había conocido a Hayato por casualidad, y al final fueron amigos. Shigino Hayato era un joven agradable, eso le pareció de primer instancia. Cuando, al transcurrir los meses Hayato le pidió que fuese su pareja se sintió realmente feliz. Ahora a pesar de que llevaban siendo pareja alrededor de un año, odiaba ver a los ojos a Hayato. Últimamente, desde que descubrió que aquellos policías vivían en Iwatobi, sus ojos no miraban igual. En ellos había odio desbordante. Y a menudo decía que se mudarian de Tokio y se trasladarían a Iwatobi.

Varios días pasaron y en el transcurso de estos, Rin y Sousuke habían ido por Gou, la cual estaba muy feliz de haber regresado a Japón,se sentía en casa ahora más que nunca. Hacia mucho que no veía a su hermano ni a Sousuke, por eso el hecho de volver a Japón la reconfortaba de una manera impresionante.
"Vayamos todos al espectáculo acuático, para celebrar que Gou ha vuelto. Invitamos a Mikoshiba también" propuso Rin. A Sousuke y Gou les agradó la idea, e irían al espectáculo acuático, los últimos lugares eran del 30 de junio así que no les quedó más opción que aceptar.
Aquella mañana del 30 de junio, Nagisa y Haruka caminaban hacia el espectáculo acuático, regalo del rubio para Haruka.
—Haru-chan...—habló Nagisa—quiero decirte algo.
—¿Qué ocurre, Nagisa?—habló Haruka dirigiéndose al rubio el cual se sonrojó un poco.
—Bueno... Es que... A mi me gusta Mako-chan.
Haruka se quedó mirando a Nagisa por un momento.
—¿Y?
—¡¿Cómo que "Y"?! Tú le gustas a Mako-chan, y no importa cuantas veces lo veamos, siempre querrá verte a ti, a ti y nadie más.
Haruka suspiró, ya se estaba cansado de repetirlo.
—Ya te dije, yo estoy enamorado de Sou. A Makoto solo lo veo como un amigo. Si tanto lo quieres ve y haz que me olvide.
Y Nagisa jamás había escuchado a Haruka hablar tanto sobre el tema, sabía que su amigo le daba ánimos para confesarse. Pero por ahora no era oportuno.
Pasaron por un callejón oscuro, y sin percatarse que el peligro estaba cerca lo pasaron de largo.
Un joven de cabellos grises se colocó detrás de Nagisa, a una distancia considerable. Pero cuando menos se dieron cuenta, aquel ladrón le había arrebatado la mochila a Nagisa. Todo fue tan rápido que apenas y notaron en que situación estaban.
"¡Haru-chan, ahí tengo los boletos!" y los ojos de Haruka brillaron con pánico. Corrió detrás del peligris pero fue imposible alcanzarlo.
Nagisa llegó detrás de Haruka y suspiró.
—No te preocupes, Haru-chan. Yo te llevaré a esa función. Lo prometo.
No se dio cuenta.
No supo cuando.
Pero ahora él y Haruka estaban "regaloneando" la entrada en la puerta, cosa un poquito vergonzosa, pero de verdad Haruka quería ir a ese espectáculo.
Dos cabelleras rojas bajaron de un auto, seguida de una negra, caminaron hasta la entrada entre risas.
—Por favor, por favor. Nosotros teníamos las entradas pero acaban de robarnos— suplicó Nagisa jalando de la camisa al dueño del lugar.
—Lo siento, no puedo...—y levantó entonces la mirada topandose con Sousuke —¡Hey Sou!
Y Sousuke volteó y sonrió mirando a Rin, Gou y Mikoshiba les dijo "en un momento los alcanzo" y entonces los tres entraron y Sousuke se acercó al dueño del lugar.
—Sasabe-san...— y después ambos se dieron un apretón de manos.
—¡Sou!—y Sousuke volteó mirando a Haruka que le miraba con aquel bello brillo en sus ojos.

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