III (Editado)

919 93 10
                                    

Haruka se quedó mudo al tener a Sousuke tan cerca, no supo que decir, su mente había quedado en blanco, quería decirle la razón, pero lo único que podía pensar era en lo cálido que era su cuerpo.
—Dime, Nanase. ¿Qué querías viniendo aquí?
Haruka miró fijamente a Sousuke sintiendo como su corazón latía a mil por minuto, abrió la boca pero un sonido sordo salió de ella.
No le importaba lo muy enojado que estaba Sousuke, no le importó porque quizá había sido su culpa por no avisar antes.
—Bueno... Hoy tu compañero me dijo que habías sido cambiado de zona...—habló Haruka al fin.
—Sí, regresé a mi zona original.
—Yo... Tenía que saber porque no me dijiste nada al respecto, ¿no pensabas decirme?
—Pensaba hacerlo, no había necesidad de que vinieras—la voz de Sousuke se relajó un poco ahora.
Hubo un pequeño silencio entre ambos, en el cual se quedaron mirando fijamente; los ojos de Haruka siempre le parecieron tan hipnóticos, bajó un poco la vista mirando entonces sus delgados y pálidos labios, nunca lo había pensado, pero Haruka si le gustaba mucho.
Se inclinó un poco inconscientemente y notó los ojos de Haruka cerrarse.
No supo cómo o porque, pero cuando menos se dio cuenta sus labios y los de Haruka se unían en un beso, sintió los brazos de Haruka rodear su cuello, y él llevó sus grandes y ásperas manos a la cintura del más bajo acercándolo más hacia su propio cuerpo.
Cuando al fin ambas bocas decidieron separarse, sintieron el calor del aliento cerca una de otra, y al cabo de unos momentos, Haruka fue el primero en romper el silencio.
—No me dijiste si tienes pareja.
—No tengo—respondió Sousuke volviendo a besar los labios de Haruka.

Mientras tanto, Rin se encontraba en la sala, sentado en el sofá, con los brazos cruzados, cambiaba el canal del televisor cada dos segundos, suspiró estresado.
¿Qué rayos había pasado con Sousuke? Se había ido apenas entraron a casa, diciendo que debía verse con Mikoshiba. Estaba confundido. Sousuke nunca hacia eso.
Se levantó del sofá, apagando el televisor y después arrojó el control remoto en la mesita de noche, rascó su nuca subiendo a la recamara, cuando Sousuke estuviera en casa le preguntaría.
Mientras tanto, Rei tocaba la puerta de su amigo Makoto una y otra vez,  miraba a través de la rendija de la puerta, pero no había señales de vida.
Makoto no abría.
Suspiró y buscó la llave bajo el afelpado y después abrió la puerta despacio, estaba todo a oscuras y realmente pensó que Makoto no estaba, no fue hasta que encendió la luz eléctrica y se topó con un Makoto en frente de él sosteniendo un sartén, Rei soltó un grito y se echó para atrás lo mismo sucedió con Makoto.
—¡Casi me da un paro cardíaco, Rei!—gritó Makoto bajando el sartén.
—¡Lo mismo digo!—reprochó— ¡Yo no soy el que está parado a mitad del pasillo con un sartén en los brazos!— después de respirar hondo, tratando de que su corazón dejara de latir así de rápido, dijo:
—¿Dónde haz estado? Me dijeron en la estación de bomberos que no fuiste hoy— dijo Rei cerrando la puerta tras de sí.
—No me sentía de ánimos—murmuró Makoto dejando el sartén en un mueble y después caminando hasta el sofá y se sentaba. Rei le siguió mientras se quitaba el abrigo y lo colgaba en la entrada.
—¿Qué pasó, hablaste con él?—preguntó Rei sentándose frente a Makoto en un sillón a juego.
—Pues...—hizo una pausa y soltó un largo suspiro— me rechazó.
—¿Qué? ¿Es en serio?—Rei estaba realmente sorprendido pues, Makoto y Haruka tenían una química increíble y juntos realmente hacían bonita pareja.
—No te desanimes... Hay muchas personas que son mejores—trató Rei de consolarle.
—Para mi no, Rei. Yo estoy enamorado de Haru. Nada ni nadie me hará cambiar de opinión.
—Bueno, entonces no te sientas mal, si tanto lo amas no lo dejarás ir tan fácilmente.
Y con esas palabras, el ánimo de Makoto subió, Rei tenía razón, debía pelear por el amor de Haruka a como diera lugar.
—Acompáñame con él mañana, ¿lo harás, verdad,  Rei?
—Sí necesitas mi apoyo moral, estaré ahí-respondió el de ojos violáceos con una sonrisa.
Makoto también sonrió, estaba feliz. Agradecía tener a Rei como amigo.

La noche ya había avanzado bastante y una llamada telefónica hizo qué Rin se despertará, se levantó un poco, miró la hora, pasaban de la media noche. Con pesadez se levantó y buscó a Sousuke a su lado con la mano, no había vuelto. Suspiró cansado y después buscó el teléfono hasta hallarlo.
—¿Hola?-.
—Buenas noches, hermano. No he sido inoportuna ¿verdad?—la voz suave y femenina al otro lado de la línea hizo que el pelirrojo se olvidará de Sousuke por un momento.
—¡Gou! ¿Cómo estás?—No pudo evitar sentirse feliz tras escuchar la voz de su hermana.
—Bien, hermano. Llamaba para decirte que en una semana volveré a Japón—y la sonrisa en el rostro de Rin se hizo más grande.
—Sousuke y yo iremos por ti.
En ese instante Sousuke entró a la habitación y miró a Rin sentado a la orilla de la cama, dejó la chaqueta sobre una silla y se sentó cerca del pelirrojo.
—No, no lo olvidaré. Sí, estaremos ahí. Good Night.
Y entonces dejó el teléfono celular en el buró con una gran sonrisa en el rostro, Sousuke comenzó a colocarse el pijama y después observó a Rin.
—¿Quién era?—preguntó.
—Gou. Regresa a Japón la próxima semana— Rin se giró para ver a Sousuke el cual se fue directo a su lado de la cama murmurando un "Oh que bien".
Rin se quedó así, sin mover ni un músculo,  después se cruzó de brazos, caminando para quedar frente a Sousuke, el cual por inercia levantó la mirada.
—¿Qué ocurre?—preguntó.
—No me haz dicho sobre aquel asunto importante que fuiste a arreglar junto a Mikoshiba
Y Sousuke soltó un gruñido y apoyó sus brazos en la cama, ¿Era en serio que Rin pensaba hacer un interrogatorio a estas horas de la noche?
—Mikoshiba quería que ayudará a dar vistos buenos para que su hermano Momotarō pudiese entrar a la policía.

Y Rin alzó una ceja con duda, Sousuke mantuvo fija su mirada y le sonrió diciendo "¿Qué? Es en serio" Rin suspiró en señal de arrepentimiento, y después caminó a su lado de la cama, apagando antes la lámpara que había encendido para encontrar el teléfono celular.
Entonces Sousuke lo abrazó y besó su mejilla, se sentía culpable por haberle mentido a Rin, pero también lo hacía por él, porque sabía que si le decía que había estado con otro chico, besándose y abrazándose como si una pareja de novios se tratara, Sousuke más que nadie sabía que Rin sufriría.
Aspiró el aroma a cerezo del cabello pelirrojo y largo de Rin... El cabello de Haruka era negro y olía a menta, cerró los ojos recordando a Haruka y su dulce y suave rostro. Habían estado juntos, aunque no en la cama, si como una pareja de novios, después le había llevado a su edificio.... "Nanase" pensó Sousuke y miró el rojo cabello de Rin.
Amaba a Rin.
Pero parecía que también se estaba enamorando de Haruka.

Llevados por  el deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora