X

917 67 19
                                    

Caminaron pues por la banqueta, pasando entre gente que iba y venía, Sousuke está con el entrecejo fruncido, quiere que Rin y Haruka no vuelvan a hablar, no es hasta que llegan a la entrada del edificio cuando Haruka se da cuenta.
-¿En qué piensas?-preguntó Haruka observando su rostro.
-En nada en particular.-
Y entonces mientras ambos entraban al edificio, Rin llegaba al edificio donde se encontraba Sasabe, debía hablarle sobre Haruka.
-¿Es amigo tuyo, Matsuoka-kun?
Y Rin asintió, Sasabe se llevó una mano a la barbilla, analizando con calma la situación.
-Suena genial, pero aún así me intriga saber ¿Cómo es que sabes que ese chico tiene potencial?-.
-Lo leo en sus ojos-fue la respuesta de Rin.
Rin estaba seguro, Sasabe podía verlo sin problemas, y entonces aceptó ver a Haruka en acción. Rin le daría las buenas nuevas a su amigo en cuanto llegará a su casa.
Sin saberlo... No hay que culpar a ninguno de los que están envueltos en estas terribles circunstancias, culpemos al destino, a la suerte, porque no es culpa de Haruka enamorarse de un hombre del que desconoce su historia, ni de Rin por no darse cuenta de lo que sucede y que sus ojos sigan reflejando al hombre bueno y leal que creían percibir. Así pues, tampoco es culpa de Sousuke el haberse enamorado de dos chicos.
Culpemos entonces al destino.
Y mientras Rin sube al taxi que lo llevará a su hogar, Haruka prepara el té y Sousuke espera paciente en el sofá, nervioso por lo que hará.
Al fin llega Haruka con ambas tazas de té, una la deja a disposición de Sousuke, el cual agradece con una sonrisa.
Haruka se sienta a su lado izquierdo llevando la taza a sus labios, Sousuke le observa, Haruka es tan distinto a Rin, eso piensa.
"¿Y si es mejor en la cama? ¿Qué haré?" pensó.
Si Haruka resultaba siendo mejor amante menos podría dejarlo, Sousuke tragó saliva. Sus instintos estaban ganando una batalla importante con la razón.
Quería a Haruka.
Quería poseerlo.
Su mano, empezó a acercarse, Haruka le había observado en cuanto sintió su proximidad, la mano de Sousuke había alcanzado su mejilla, era grande, tibia, áspera. Haruka no dejó de observarle, con sus ojos azules cual zafiro, penetrando su ser entero.
Y sus labios se demandaban, habían estado cerca, después se habían unido en una sola danza, entremezclando sus alientos.
Haruka rodeó con sus brazos el cuello de Sousuke, acercándose cada vez más, acortando la distancia que existe entre ambos. Sabe lo que va a pasar.
Desea que pase.
La lengua de Sousuke delinea el labio inferior de Haruka;Haruka lo entiende, abre su boca, dejando que aquel intruso profane todo lo que esté a su alcance. La lengua de Haruka también responde, rozando con la de Sousuke, ambas danzando a la par.
Sousuke lo ha olvidado.
El instinto ha ganado.
Las manos de Sousuke han descendido despacio, bajando por su pecho, su abdomen, introduciéndose bajo aquel molesto suéter blanco. La piel de Haruka es suave, tersa, cálida. Aquella mano aventurera no ha acabado su viaje, no hasta llegar a las tetillas de su anfitrión, el cual se ha separado del beso para soltar un gemido.
Aquel gemido ha despertado todos los pensamientos inmorales de Sousuke.
Bastaba eso.
Ambas manos salieron del interior del suéter de Haruka, lo tomaron de las orillas inferiores, y lo tiraron hacia arriba. Dejando aquella blanca piel expuesta, visible, y con un extraño imán de tacto.
Y Sousuke no se contuvo más. Aspiro el aroma de Haruka, luego le besó el cuello, blanco y pálido, sintió como Haruka se tensa, ha descubierto que el cuello es su punto débil. Sonríe, está contento tras su descubrimiento. Entonces comienza a lamer, chupar y morder aquella extensión a su antojo, logrando que Haruka gima cual adolescente.
Las manos de Haruka tampoco se han quedado quietas, le han quitado ya la camisa, han descendido por aquel abdomen, perfectamente dividido en sus respectivas regiones anatómicas, dibujando con la punta de sus dedos su camino. Han llegado al borde del pantalón de Sousuke, sus dedos se divierten con la orilla, pasando sobre la misma línea una y otra vez. Una de sus manos se aburre, decide aventurarse más, ha bajado hasta el cinturón, jugueteando con el broche.
Al final el "clic" de aquel cinturón se activa y las manos traviesas de Haruka se deslizan por los pantalones de Sousuke hasta llegar a su entrepierna, Sousuke se distrae un poco de seguir mordiendo una de las tetillas de Haruka para ahogar un gemido, aquellas manos acarician su entrepierna sin ningún pudor.
Poco a poco, la sangre comienza a reunirse en un punto en común, está erecto.
Haruka sonríe, se ha acomodado el cabello detrás de su oreja. Sousuke le observa, sabe que es lo que planea. Se ha bajado los pantalones y tomó a Haruka de la barbilla el cual le dio un beso en los labios antes de agacharse a atender "aquello".
Tomó la erección de Sousuke y acarició la punta con la yema de sus dedos. Comenzó después a lamer, su lengua hacia círculos en la punta y después comenzó a introducir aquel miembro a su cavidad bucal, moviendo su cabeza de atrás hacia adelante poco a poco; al cabo de un rato, Sousuke no contuvo más sus deseos, enredo sus dedos en los negros cabellos de Haruka haciendo que las simulaciones de embestidas sean más rápidas, Sousuke muerde su labio inferior, jadeante. Haruka está completamente ruborizado, siente como la punta del pene de su amante toca su epiglotis, levanta un poco la lengua reduciendo el espacio que hay entre su lengua y su paladar, apretando aquel miembro. Sousuke tira de los cabellos de Haruka gruñendo de placer, la calidez de la boca de Haruka es sorprendente. "voy a venirme" le susurró a Haruka el cual sólo dirigió sus orbes azules a su pareja, cuando sintió el líquido caliente se separó y Sousuke tomó el rostro de Haruka para besarlo.
Y después llevó sus manos a los pantalones de Haruka, los bajó, observó entonces su blanco trasero y entonces le dejo caer de frente al sofá, Haruka se sujetó de los costados, Sousuke se colocó detrás suyo comenzando a morder su espalda "Lamelos" ordenó llevando un par de dedos a los labios de Haruka el cual los lamio gustoso. Mientras Haruka lamia, Sousuke acariciaba aquel trasero, aquella cintura, recordó cuantas ganas tenía por poseer aquellas, por fin se le cumplía, el solo hecho de tener el trasero de Haruka rozando con su pene hizo que de nuevo éste se volviera a poner erecto.
Cuando al fin sus dedos estuvieron bien lubricados los sacó de la boca de Haruka. "Anda, ayúdame un poco. Separalas" ordenó Sousuke y Haruka obedeció.

Llevó ambas manos a sus nalgas abriéndolas, apoyando su tórax en el sofá, estaba tan avergonzado que ni siquiera volteó a ver a Sousuke, Sousuke sonrió complacido, estaba más que feliz; llevó una de sus manos a su espalda baja, subiendo despacio por toda su espalda, Haruka jadeó, sus manos siempre se sentían tan bien, pensó. Comenzó a introducir el primer dedo dentro de Haruka, el cual por inercia arqueó ligeramente su espalda y soltó un grito, a pesar de que Sousuke trataba de hacerlo lo más gentilmente posible [cosa que le jodía en lo más profundo del alma, porque de ser por él, se la hubiese metido desde hacía ya bastante rato].

Cuando sintió más espacio introdujo el segundo dedo, pronto estaría listo, cosa que lo llenaba de éxtasis, si de esa manera el interior de Haruka apretaba sus dedos, no se imaginaba como apretaría su "pequeño problema".

Sousuke sacó sus dedos, Haruka se giró con una mirada llena de reproche, sin embargo fue sustituida por otra muy distinta; los dedos de Sousuke no se comparaban con su miembro, aquello dolía, sentía su cóccix romperse en dos, pero se contuvo; Sousuke al sentir aquel cálido lugar no pudo seguir controlando la poca cordura que le quedaba, no se contuvo en cuanto comenzó con las embestidas.

Solo podía escuchar la voz de Haruka gimiendo y quejándose al principio, pero poco a poco solo quedaban gemidos y susurros que llevaban su nombre y pedían más, Sousuke colocó ambas manos en la cadera de Haruka para poder impulsarse más; la sala del departamento estaba llena de gemidos, gruñidos y sonidos húmedos consecuencia de la piel que chocaba en cada embestida; el celular de Haruka sonaba en el bolsillo de su pantalón, sin embargo nadie lo escuchaba.

Al otro lado de la línea, Rin espera para recibir la misma respuesta de hace 7 llamadas antes "Estoy ocupado, deja tu mensaje".



Llevados por  el deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora