La joven corrió lo más rápido que pudo hasta su casa en el centro, esperaba que los Vigías no la vieran, pero las calles estaban desiertas y sus esperanzas se desvanecían mientras las luces de los postes en cada esquina se iban encendiendo; logró llegar hasta la entrada, abrió a prisa y cerró tras de sí, le costaba respirar, los pulmones le ardían, sus piernas estaban acalambradas y temblaba de frío, busco a tientas la cerradura de la puerta, cerró con llave y puso la cadena de la puerta; los robos y la violencia casi no existían en "AE-N4", sin embargo ella no le temía a los pobladores, le temía a lo que estaba "sobre" ellos, los Superiores, le repugnaba ese nombre; todo el miedo que les tenia hace unas horas ahora estaba convertido en odio, deseaba vengarse por todas las mentiras que le habían metido en su cabeza a ella y a todos en esta zona.
Sus piernas no aguantaron su peso y quedo tendida sobre el suelo de madera, con la puerta clavándose en su espalda, quería llorar, se sentía impotente, pero no quería sentirse más débil de lo que ya era.
<<se lo llevaron>>, cerro los puños sintiendo la adrenalina llegándole a la cabeza, <<lo enredaron en su telaraña cómo a todos>>.
Quizo gritar su nombre para que todos se enteraran de lo que le habían hecho, sin embargo solo pudo pronunciarlo con un hilo de voz,
- Josh...
Su hermano ya no podía contestarle, la casa se sentía sola, al igual que ella.
Se levantó con pesadez y camino hasta la pared cercana a las escaleras, tecleó en la pequeña pantalla que controlaba la calefacción y subió la temperatura; se quitó el abrigo una vez que dejo de sentir frío. Quería que todo acabara ahí, no podía soportar despertar todos los días sin Josh, pero se forzó a si misma a seguir adelante; subió las escaleras que crujían a su paso, una vez que llegó al último escalón se detuvo, el cuarto de su hermano estaba frente ella, por un momento imaginó que si entraba, lo encontraría en su escritorio, estudiando; quitó la mirada de la puerta y camino hasta su cuarto sintiéndose pesada y adolorida, encendió la luz y miró sus muebles, nada parecía pertenecerle, escuchó una voz al fondo de su cabeza <<tienes razón, nada de esto es tuyo, ni siquiera tú>>.
No pudo controlarse, corrió a su cama y quitó las cobijas lanzándolas a un lado, tiro todo sobre su mesa de noche; quería quitarse de encima todo lo que ellos le habían dado, golpeo cada objeto que se le cruzaba, pero cuando llegó al librero, paró en seco; ahí estaba esa mitad de abajo que le pertenecía a su hermano, recordó entonces haber discutido con él.
~
-la casa es muy grande, pide un nuevo librero y colocalo en la sala.
Su hermano río,
-no quiero que estén en la sala, quiero que estén aquí - aún podía recordar el leve brillo en sus ojos, como diciéndole, "aquí contigo", lo cual la dejó si más opción que aceptar.
~
Con lágrimas corriéndole por las mejillas, pasó sus dedos por las contraportadas, entonces sintió una leve pinchazo en su dedo, lo retiró y se acercó para ver que había sido, una esquina de lo que parecía ser una hoja de papel, sobresalía entre los libros, con miedo la sacó lentamente; cuando dió el último jalón se encontró con un papel doblado a la mitad, se sentó en la orilla del colchón y secó sus lágrimas rápidamente, sabía que Josh no la dejaría sin nada más que decirle, pero ¿cuándo había tenido tiempo para escribirle esto?; desdobló el único pliege y vio la caligrafía de su hermano, una punzada en el corazón le obligó a leer.Leila:
Espero no sea muy tarde el momento en el que encuentres esta carta. Sonará dramático pero es obvio que me he ido y por eso estas leyendo esto.
Lamento no haberte podido decir todo esto en persona, y lamento aún más el que no haya podido evitar mi partida.
Leila, el mundo en el que vivimos esta retorcido, no creas nada de lo que te dicen, eres inteligente y se que podrás ayudarnos a todos;¿recuerdas la vieja cabaña donde solíamos pasar los veranos?, esperó que sí, no puedo decirte más pues temo que esto caiga en manos equivocadas; aquí tienes tu punto de partida.
Tengo la leve esperanza de volver a vernos, pero si no es así, recuerda que tu siempre fuiste más astuta y valiente que yo.
Te quiero hermanita,
Joshua.Las lágrimas le nublaban la vista, ¿a qué se refería con "eres inteligente y se que podrás salvarnos a todos"?, él era el inteligente, ella siempre fue la débil, <<nunca logré entenderte Josh>>; era obvio que su hermano sabía más de lo que aparentaba, " lamento aún más el que no haya podido evitar mi partida", ¿cómo iba a ser capaz de hacerlo, acaso lo sabía o sólo le hubiera gustado?, Leila intentaba ordenar sus ideas, "aquí tienes tu punto de partida", tenía que pensar rápido, pero no lograba entender a qué cabaña se refería Josh, ellos nunca habían salido del centro, estaba prohibido entrar al bosque y se suponía que no había nada ahí dentro.
Sin poder pensar en algo coherente volvió al librero, tomó los dos ibros entre los que estaba la carta, el primero era el favorito de su hermano, "Corrientes Alternas", una novela sobre dos hermanos gemelos que son secuestrados y puestos a prueba en un coliseo, al final a ambos se les prometía su libertad y la de su hermano si lograban derrotar a un último contrincante secreto, resultando en que ambos luchaban a muerte sin saberlo. Leila odiaba ese libro, lo abrío para ver si su hermano le había dejado alguna pista, pero estaba limpio; el segundo libro era uno que solían contarles sus padres cuando eran muy pequeños, "Buenas noches cachorro", sonrió ante el recuerdo, lo abrió para buscar nuevamente algo útil, no había nada. Los libros no tenían nada en común, parecían elegidos al azar, pero Leila sabía que debía haber algo más, algo se le estaba pasando, <<piensa Leila, piensa>>. Los veranos los pasaban haciendo trabajos comunitarios y...
El recuerdo le llego tan rápido que no tubo tiempo de saber como fue que encontró la respuesta, ¡Sus padres!, ellos solían contarles anécdotas de cuando eran jóvenes y pasaban el verano en un lugar llamado Roma, donde se encontraba un coliseo, como el de "Corrientes Alternas"; las ideas le llegaban una tras de otra.
- ¡Hermanos gemelos, Rómulo y Remo!
Miro entonces el libro con la portada de un perro caricaturesco mirando la luna.
<<La leyendo de Roma, los hermanos fueron alimentados por una loba, ¡eso debe ser, un lobo!...>>.
Se esforzó por buscar lugares con "Lobo" en el nombre, pero lo más cercano era "La montaña del lobo" que estaba a cientos de kilómetros fuera de los enrejados; miro de nuevo lo que tenia, todas las pistas estaban ahí, pero de una manera que solo ella y él podían entender, no podía ser así de obvio.
Busco en sus recuerdos como lo había hecho antes, cerro los ojos por un momento, cubriéndose la cara con las manos... y entonces lo entendió.
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Silent In The Trees
General Fiction¿Qué pasaría si tu vida ya no te perteneciera?, ¿Qué harías si seguir órdenes dejara de ser lo correcto?. Cuando Tyler conoce a una extraña joven, que podría significar una nueva era para el mundo, seguir el protocolo podría significar la vida o la...