Silent In The Trees

-XII-

Kurt la observó sin entender.
- ¿A qué te refieres?.
-La carta, no es el bosque donde tenemos que buscar, es en el centro comunitario.
-¿Crees que tu hermano escondió algo ahí?.
- Estoy casi segura.
La mente de Leila la gritaba que tenía que volver, hablar con Tane y buscar a Josh.
- Tenemos que ir.
Bajó las escaleras corriendo.
-Leila espera.
-¡Tenemos que encontrarlo!.
-Leila el toque de queda, no podemos salir.
Leila abrió la puerta de entrada, pero Kurt la cerró violentamente y la tomo de los hombros.
- No podemos hacer nada.
Leila forcejeó.
- ¡Tenemos que encontrarlo, tenemos... Tengo...
Las lágrimas corrían por sus mejillas, volvió a sentirse impotente y furiosa consigo misma.
- Es mi hermano... ¡Es mi hermano y no puedo ayudarlo!.
Kurt la abrazó, Leila se quedó tiesa, sintió mucha ira, quería que la soltara.
- Lo sé Leila, lo sé.
<<¡No sabes nada!>>
- Sé lo que es sentirse solo, la impotencia de no poder salvar a quienes más amas... Intentar con todas tus fuerzas que algo funcione y fallar a cada intento...
Kurt la apretó más fuerte, su voz sonaba obscura y triste.
- Querer ayudar a otros sin saber cómo salvarte a ti mismo. - continuó.
Leila se retiró para ver el rostro de Kurt, estaba con la cabeza baja y la mirada perdida, de repente parecía más viejo, como si la pesadez de todo una vida lo hubiera atacado en ese mismo momento.
- pero ya no estás sola
La soltó del abrazo y bajo su mano hasta tomar la suya. La ira de Leila se desvaneció al ver a Kurt tan vulnerable, pero sintió un vacío en el corazón cuando su mirada se encontró con la de él.
-Vamos a encontrarlo, te lo prometo.
Ella solo asintió, pero no pudo deshacerse de sentimiento de culpabilidad por no haber entendido la clave que le había dejado Josh.
Soltó la mano de Kurt. No supo que decirle.
-Voy... Voy arriba.
Kurt solo asintió; Leila camino a las escalares.
-Leila... - la voz de Kurt la detuvo.
Miro atrás, él sólo la observo, quizo decir algo pero no pudo.
-Yo... Descansa
-Descansa, Kurt.
Subió las escaleras y entro a su habitación, se sentó en su cama y observo por la ventana, la calle estaba sola, a lo lejos se veían los edificios del centro, solo algunas luces se apreciaban en ellos.
Leila quería idear un plan para poder entrar al centro comunitario, pero su mente se encontraba ocupada por el amargo momento que le había dejado Kurt. Imagino cómo fue para él escapar de AE-N4.
<<¿Qué habrá pasado con sus padres?, ¿estarán ahí afuera?.
Tal vez por eso sonaba tan triste... >>
Se tiro de espaldas en su cama, mirando al techo, extrañaba a su familia, quería despertar y encontrar que todo fue un mal sueño, que sus padres seguían vivos y que Josh nunca se había ido.

Había pasado poco más de una hora; Leila seguía mirando al techo, no podía dormir, sus pensamientos se repetían y se enredaban entre sí.
Salió de su habitación, se dirigió al cuarto de Josh, pero cambio de parecer y bajo las escaleras, caminó por la sala; Kurt no estaba en el sillon, sintió una ráfaga de aire, la puerta trasera estaba abierta. Era extraño pues solo había salido al "jardín", que era un pequeño pedazo de pasto atrás de la casa, unas dos veces en toda su vida. Kurt estaba sentado en el suelo cubierto con una manta.
-Hola...
Kurt se sorprendió un poco, se hizo a un lado para hacerle espacio a Leila.
-Necesitaba aire y como no puedo sentarme en la entrada...
Leila se sentó junto a él, Kurt extendió el brazo con la manta para cubrirla, ella  la tomó.
-Gracias
Por varios minutos no dijeron nada, solo observaron el triste pasto y la pared de ladrillo a unos metros de ellos.
Leila apoyo su cabeza en el hombro de Kurt, él la abrazó. Ella sentía como sus hombros subían y bajaban con su respiración. Quizo darle las gracias por todo lo que había hecho por ella sin siquiera conocerla, por ella y por Josh, a quién sí conoció. Todo era tan extraño, pero no se sentía así.
Antes de darse cuenta, ya estaba dormida.

                                 ***

El frío lo despertó, un fuerte viento azotaba su cara, abrió los ojos y todo lucia blanco y brillante, se incorporó lentamente, el suelo y todo su alrededor estaba lleno de nieve, no podía ver bien lo que había delante suyo. Buscó desesperado un lugar donde protegerse de la nevada, pero la casa había desaparecido.
Comenzó a caminar con lentitud pues el aire lo empujaba de vuelta, estuvo vagando por lo que le pareció una eternidad cuándo a lo lejos vio una sombra.
Intento correr, debido a la nieve y las ráfagas de viento tropezó un par de veces antes de lograr acercársele lo suficiente a la mancha grisasea, de cerca distinguió que era una silueta, le pereció familiar.
-¡Ayuda!
Comenzó a gritar
-¡Ayuda!
Tropezó una vez más
-¡Oye! -gritó desde el piso.
La silueta no se movió, Tyler distinguió a la mujer misteriosa que había escuchado en la obscuridad, su cabello revoloteaba con el fuerte viento.
Camino hasta quedar atrás de ella, llevaba puesto un camisón y estaba quieta, no parecía molestarle la nieve.
-Oye...
La chica no parecía escuchar.
-¿Qué haces aquí?, ¿Quién eres?.
Tyler se acerco a la chica, su piel lucia pálida, tocó su hombro para hacerla reaccionar, al hacerlo sintió dolor, quito la mano de inmediato, sangraba.
La piel de la chica estaba hecha de hielo, Tyler la rodeo, ella siguió quieta, cuando estuvo frente a la extraña aparición forzó la vista para ver su rostro, tenia la cabeza gacha y los ojos cerrados, sus labios estaban azules.
Tenia miedo de tocarla otra vez, su mano le ardía por la cortada, acercó tembloroso sus dedos a su pálido rostro, la chica estaba totalmente congelada.
-¿Quién eres?
Susurró él.
-quién er...
¿No me recuerdas?
Escucho la voz al fondo de su cabeza.
Era ella, pero su cuerpo seguía rígido.
-¿Quién eres?
Le preguntó más alterado por no ver que moviera sus labios.
¿Tyler?
-¿Cómo sabes mi nombre?
No recibió respuesta, solo el cabello castaño de la chica se movía por el viento.
Antes de poder preguntar nuevamente, los labios de la chica se movieron por fin, una sola palabra escapo de ellos con una voz lejana.
-Luna.