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El murmuro incesante era ensordecedor, la confusión y el pánico se apoderaron de él.
-por favor
Suplicó Tyler.
-déjame ir, no entiendo.... no entiendo nada.
Las figuras no se inmutaron, al igual que la extraña mujer que lo mantenía preso en su agarre.
- por favor
Suplico una última vez, al borde de la desesperacion.
La chica entonces se acercó a su oído y susurró con calma.
-querías respuestas, ¿no es así? -hizo una pausa- que lastima que no eres capaz de aceptarlas.
Soltó su brazo con desprecio, el ardor sustituyó el frío que antes emanaba de la herida, pudo mover su cuerpo, sin pensarlo dos veces comenzó a correr siguiendo la orilla de la playa, no quería volver al extraño bosque, tenía que encontrar una salida.
Al igual que en la habitación de las voces, sus acciones molestaron a las siluetas, las cuales comenzaron a gritar la misma frase, esta vez por fin puedo entender.
- ¡nos traicionaste!, ¡nos traicionaste!
Tyler siguió corriendo, intentando alejarse de las extrañas apariciones, pero se encontraban en toda la playa, se detuvo de golpe, debía tomar una decisión rápida, se dirigió de nuevo al bosque, se estaba acercando a la vegetación cuando otro sonido ahogó los gritos, Tyler cubrió sus oídos pero fue en vano, miró a su alrededor, las siluetas continuaban gritando, a la distancia podía ver a la mujer que lo miraba atenta, parecía que sólo él era consiente de ese ruido. Una leve luz comenzó a aparecer desde el horizonte sobre la línea del mar, Tyler observaba sorprendido, el ruido iba disminuyendo mientras más brillante se volvía la luz... era la luna, mientras se elevaba algo se apoderó de él: un sentimiento de calma, ya no escuchaba a las siluetas, dejó de temer por su vida, sabía que todo estaría bien ahora. Una pequeña voz se formó en el fondo de su mente.
-sígueme
Tyler no reconoció la voz, pero le resultaba familiar.
- ¿dónde estás?
La luna dejó de elevarse una vez que se posicionó sobre ellos.
-sígueme
Le volvió a pedir la vocesilla.
Tyler miró la luna.
-¿eres tú?

                                        ***

El frío de la madrugada golpeó la cara de Leila al momento de salir de los ductos, volvió a mirar atrás, los oficiales se estaban acercando, Kurt aceleró el paso, las piernas de Leila se encontraban cansadas, respiraba con dificultad, su cuerpo se estaba dando por vencido.
-Kurt...
Él le apretó más la mano impulsándola a continuar.
-¡Deténganse ahora o abran represalias!
Gritaban furiosos los oficiales.
- ¡Detenganse!, ¡detenganse!
Kurt tomaba caminos al azar, internándose más entre los árboles, los oficiales parecían tener algunos problemas para seguirlos en este terreno. Cuando lograron sacarles ventaja se escondieron entre unos arbustos.
-¿qué hacemos ahora?
Kurt pensó unos segundos, tomó la mano de Leila.
-quédate aquí, voy a alejarlos de ti
Kurt se levanto de un salto pero Leila lo volvió a atraer a su altura.
-estás loco
-es la mejor opción
Intento volver a levantarse.
-harás que nos maten a ambos, no conozco la zona y una vez que te atrapen no les tomará tiempo encontrarme.
Kurt pensó por un momento
- no sé qué hacer... no se me ocurre nada
Leila pudo ver el miedo en sus ojos. Buscó alrededor intentando encontrar la respuesta, se sentía perdida y vulnerable aquí afuera, si él no sabía que hacer, seguramente estaban problemas, la esperanza comenzaba a abandonar su cuerpo. Miró abajo al paquete que aún sostenía con fuerza, pensó en todo lo que había sacrificado por llegar a este momento,<<no voy a entregárselos>>. Se quitó la mochila y guardó el paquete en ella, después volvió a colocársela en la espalda, tomó el hombro de Kurt.
-Llegamos muy lejos y no pienso darme por vencída ahora.
Kurt le clavo la mirada
-¿Qué más podemos hacer? no podemos correr por siempre
Un pensamiento cruzó su mente, era una mala idea, pero era lo único que tenían.
-Podemos pelear
La respuesta tomó por sorpresa a Kurt, pero no le quito la mirada, estaba pensando.
-De acuerdo...
Un escalofrío recorrió su espalda, su instinto le pedía que reflexionara, pero ya no había tiempo.
-busca alguna rama o roca -le ordenó Kurt- esperemos a que se acrecen... -pensó un momento- los tomaremos por sorpresa
Leila asintió, las manos le temblaban, Kurt busco entre la tierra al igual que ella. Las pisadas no tardaron en volver, Leila busco la mirada de Kurt, el puso un dedo sobre sus labios indicando que se mantuviera callada, en la otra mano sostenía una roca mediana. Leila no había tenido surte, se encontraba desarmada, Kurt lo noto, negó con la cabeza y sólo moviendo los labios le dijo "no te muevas".
Leila negó, no iba a abandonarlo, busco con la mirada alrededor, había una rama de buen tamaño, pero estaba lejos de su alcance, las pisadas estaban por llegar, una vez que se escucharon a su altura Kurt saltó sobre uno de ellos, Leila vacilo por un momento, pero decidió en ir por la rama, cuando se levantó vio como Kurt estaba sobre uno de los oficiales; sin embargo, habia logrado sujetar su brazo, por lo que no podía golpearlo con la roca, detrás de ellos se encontraba el otro oficial, Kurt debió haber derribado a ambos, ya que este comenzaba a incorporarse. Leila aprovecho la situación para ir contra él, el oficial reacciono al verla y se cubrió el rostro con el brazo, Leila lo golpeó con fuerza, el oficial gruñio, estaba por darle un segundo golpe cuando él fue más rápido y le dio una patada en la rodilla, tirandola; desde el suelo vio como Kurt había logrado zafarse del oficial y comenzaba a golpearlo en la cara, este intentaba detener los golpes con su brazos, pero Kurt le sujeto uno contra el suelo y siguió atacándolo, el oficial comenzó a gritar de dolor mientras intentaba pelear con el brazo que tenía libre, se estaba quedando sin fuerza.
Su compañero ignoró a Leila y fue contra Kurt, dandole una patada a la altura de las costillas logrando quitárlo de encima. Leila se levantó con torpeza por el golpe en la pierna, el primer oficial parecía inconsciente y Kurt se retorcía en el suelo.
-¡Arriba!
Le grito el segundo oficial, el primero apenas y se movía en el suelo. Leila corrió y logró golpearlo en la espalda con la rama, pero el golpe fue muy débil, por lo que el oficial aprovechó la cercanía para conectarle un puñetazo en el estómago que le sacó el aire y la hizo caer de rodillas.
-¡Déjala!
Kurt se había levantado, lanzó todo su peso contra él, ambos terminaron en el suelo donde comenzaron a forcejear. Leila aún esforzándose por recuperar aire observó la escena con los ojos llenos de lágrimas por el dolor, el segundo oficial logró derribar a Kurt y se encontraba intentando golpear su rostro mientras Kurt escondía su cabeza entre sus brazos. Leila supo que tenía que pelear, se levanto aún sosteniendo su estómago, buscó la roca que antes tenía Kurt, el primer oficial seguía inconsciente en el suelo, la roca estaba junto a él, Leila la tomó con ambas manos, camino sigilosa hasta quedar detrás del segundo oficial, levantó ambas manos en aire pero antes de poder golpearlo el primer oficial gritó desde el suelo.
-¡Alto por favor!
El segundo oficial advirtió la presencia de Leila, esta vez ella reaccionó primero y logró golpearlo cerca del cuello, hiriéndolo.
-¡Basta, basta...los dejaremos ir!
Suplico el primer oficial
-¡Cállate! -Le grito el segundo, mientras sostenía su herida
-¡Lo juro, los dejaremos libres, pero deténganse!
-¡eres un cobarde!
Gruño el segundo como respuesta.
-¿por qué deberíamos creerles?
Cuestionó Kurt aún en el suelo, el segundo oficial puso de nuevo su atención en el muchacho, estaba a punto de golpearlo cuando el primero lo detuvo.
Praesidio!
El segundo oficial clavó la mirada en su compañero.
Hubo un silencio antes de que el primero continuara.
-No sobrevivirán más de un día aquí afuera, ¡ya están muertos!
Leila no supo si era una amenaza o una afirmación.
El segundo oficial tardó un momento pero por fin soltó a Kurt con brusquedad, Leila se hizo a un lado y sostuvo la roca a la altura de su cara, el oficial la miró con una risa burlona, ayudó a su compañero a levantarse y pasó su brazo sobre sus hombros para ayudarlo a caminar, Kurt aprovecho para levantarse y colocarse frente a Leila; el segundo oficial seguía mirándolos burlón, Leila observo al primero, tenía la cara inchada y llena de sangre por los golpes, Kurt le había destrozado los lentes de visión nocturna, de no ser por su compañero podría haberlo matado.
-No saben lo que les espera
Escupió el segundo. Ambos oficiales dieron la vuelta y comenzaron a alejarse. Los jóvenes los observaron por unos minutos, cuando estaban lo bastante lejos Kurt volteo para examinar a Leila.
-¿Estás bien?
Ella miraba sobre su hombro a los oficiales, ninguno volteo atrás.
-¿Leila?
Puso su mirada sobre Kurt, tenía varios golpes en la cara y una línea de sangre corría a un lado de su ojo.
-¿Por qué se detuvieron?
Kurt tomó su mano.
-No lo sé, pero debemos irnos antes de que cambien de opinión.
Volvió a mirar sobre su hombro, ya casi no podía verlos.
De nada mediato comenzaron a correr, una vez que se acostumbró al paso Leila miró a su alrededor, tenía miedo, creía saber porque esos guardias los habían abandonado ahí afuera, <<ya están muertos>>, las palabras retumbaban en su cabeza.

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2018 ⏰

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