Capítulo 24

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Capítulo 24: Editado/Corregido.

Deje una rosa blanca en la tumba de mi mejor amiga y me sente aún lado de ella.
—Hola Clau, siento no haber venido antes. Te extraño tanto, te necesito mucho, necesito tus consejos y que me hagas reír con tus bobadas. Hace unos días hablé con Luke le dije que ya no participaría en las peleas ni en las carreras. —Dejé que una lágrima cayera por mi mejilla —Leo ya sabe la verdad y se fue de la casa, estoy muy segura que si estuvieras aquí me dirías "Te lo dije, boba" y si tienes razón me lo dijiste pero ahora ya no puedo hacer nada. Pero algo bueno tenía que salir de todo esto y es que estoy esperando un bebé, no le he dicho a nadie todavía, tu eres la primera en saberlo, si es niña le pondré Renata, en tu honor por que se que nunca te gustó Claudia y siempre preferiste tu segundo nombre; Renata. Siempre seras mi mejor amiga Clau —Me levanté del piso y sali del cementerio para dirigirme a mi casa.
En toda esta semana no he hablado con Leo y me he sentido muy débil pero me mantenia de pié por mi bebé. Todas las noche hablaba con el mientras acariciaba mi vientre apenas notable.
Llegue a mi casa y subí a mi habitación.
Aaron y Esme ya se habían mudado por lo que ahora me encontraba totalmente sola.
Entré a mi habitación y me dirigí al baño, mire mi rostro en el espejo, tenia unas ojeras notable por el cansancio y las noches que llevaba sin dormir por las nauseas.
Me puse una pijama y me recosté en la cama tapando mi cuerpo con la cobijas y acurrucadome en ellas, sin embargo algo me faltaba, la presencia de él , sentir su brazo al rededor de mi cintura, o sus besos por las mañana, muchas veces soñé o sentí su presencia al lado mio, pero cuando volteo no hay nada, se que es mi mente que esta jugando conmigo. Liz no queria hablar conmigo lo que me hacía sentir aún más sola pero ella tenía sus razones.  Y sin darme cuenta quede profundamente dormida.
***
Me desperté sintiendo me incompleta, me levanté de la cama y me metí al baño para darme una ducha y cepillar mis dientes, luego me vestí y baje a la cocina, agarré una barra de chocolate y salí de mi casa para dirigirme a la de Leo. Ya no podía seguir así quería aclarar esto de una vez, si iba a rechazarme o no tenía que saberlo hoy.
—¿Que haces aquí? — Preguntó cuando abrió la puerta.
—Necesito hablar contigo
—Te dije que necesitaba tiempo.
—Por favor, sólo déjame explicarte y luego decides si rechazarme o no. —Él  se hizo a un lado indicándole que pasará.
Su casa era casi igual que la mía nada más que la de él no estaba tan descuidada.
—Siéntate —Señaló el sofá gris oscuro, asenti y me sente en el y Leo se sento en uno que estaba enfrente mío. Él sólo me miro sin decir nada por lo que deduci que ya debía empezar a hablar.
—Creo que ya sabes por que te oculte lo que soy, no quería que me ignoraras y me rechazaras. Sé que nosotros para los vampiros somos simple estorbos y bueno... —Moví mis manos nerviosa y miré hacía el piso. No sabía que decir.
—Sólo pensaste en ti, en tu felicidad pero no pesaste en mi. ¿Que tal si yo no queria esto? Fuiste muy egoísta.
—Si te lo hubiera dicho desde un principio ni siquiera me hubieses mirado, el plan era acercarme a ti y luego decírtelo pero... ya habíamos construido tanto que temí derrumbarlo con esto. Es verdad fui egoísta y no pensé en ti y si ahora quieres — Suspire tratando de encontrar algo de fuerza en mi para decirle esto. — quieres rechazarme lo entenderé y me alejare de ti para siempre y no volveré a molestarte, lo prometo.
P.D.V de Leo
No sabía que decirle, una parte de mi quería ir a abrazarla y besarla y la otra parte queria alejarla por un tiempo, no para siempre. No podría vivir tanto tiempo sin ella.
Sé que ella es muy orgullosa y que de seguro lo pensó más de dos vesces antes de venir. Estaba contra la espada y la pared.
La pared eran esos ojitos mieles que me miraban con esperanza y en donde podría perderme cuántas veces quisier y la espada era mi orgullo.
—Yo... — No sabía que decir y ella soltó un suspiro antes de volver a bajar la mirada. Luego la levantó y me miro con una sonrisa triste y fingida.
—No te preocupes, sé lo que dirás;  Te prometo que no volverás a saber de mí. —Se levantó del sofá y caminó a la puerta. Mientras yo me quedé mido sin saber como reaccionar y cuando escuche la puerta cerrarse fue cuando me decidí.
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6 capítulos para el final

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