Capítulo 9. De celebraciones y baños nocturnos.

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Kakashi está solo firmando unos papeles en la torre Hokage cuando llaman a la puerta. Es de noche y la única luz que ilumina la estancia es una pequeña lámpara.

-Entra –contesta esperando que sea Sakura.

-Buenas noches Kakashi-sama. –Éste levanta la mirada para ver al dueño de la voz.

-Tú también no, Tenzö. Además, ya me había acostumbrado a que me llamaras Sempai.

-Perdone Sempai.

-¿Qué sucede?

-Nada. Pero le esperamos en Ichiraku. ¿Por qué sigue aquí?

-¿Ichiraku?

-¿Lo ha olvidado? Habíamos quedado para celebrar el ascenso de Naruto.

Naruto había vuelto hacía unos días con el rango de Jonin tras haber pasado las pruebas en la aldea de Kumo, y les había citado a todos en Ichiraku para celebrarlo.

A todos.

Todos eran demasiada gente para Kakashi. Pero había prometido ir. Además, estaría ella.

-Perdón. Dame dos minutos y nos vamos.

Kakashi guarda algunas cosas en un cajón donde se encuentra el haori de Hokage, que había decidido no usar por lo incómodo que le resultaba, y apaga las luces.

...

Cuando llegan a Ichiraku ya están todos, incluso Akamaru y sus ninken, que rodean a Kiba esperando que deje caer algo de comida. Excepto Buru, que descansa junto a Sakura, mientras ésta le acaricia la cabeza.

-Suertudo –susurra Kakashi a éste.

Buru levanta la cabeza para verle, y vuelve a bajarla sin responder.

Naruto se lanza a abrazar y besar a cada uno de los asistentes entre bromas y sonrisas.

Kakashi no recordaba nunca haberle visto tan feliz.

Toma asiento entré Gai y Yamato, y lanza una pequeña cajita deslizándose por la mesa hasta Naruto.

-Felicidades Naruto.

-Gracias Rokudaime sensei. ¿Qué es?

-Ábrelo –responde resignándose a que le llame así.

Naruto sonríe y lo abre. Dentro encuentra un Hiraishin Kunai, el kunai que usaba Minato.

-¿Es... de él? –pregunta Naruto cambiando su sonrisa por un gesto serio.

-Sí. Me lo regaló cuando aprobé el examen a Jonin. Creo que él querría que lo tuvieras.

-Pero sensei, mi padre se lo regaló a usted, no quiero...

-Naruto. Tu padre seguro que te habría regalado uno de estos.

Naruto no sabía qué responder. Se levanta en silencio y va hasta él. Entonces le abraza sin decir nada y comienza a llorar.

-Kakashi sensei gracias. Muchas gracias. Usted es como un padre para mí.

Sakura se tensa ante ese comentario.

-No tengo edad para ser tu padre, Naruto –Kakashi parece haber leído la mente de Sakura.

-Un padre joven, quizás –responde Gai.

Todos rompen a reír. Todos menos Kakashi y Sakura.

...

De retazos de vida y vidas completasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora