Capítulo 11. De despertares y miradas brillantes.

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-Buenas noches Buru. ¿Dónde está Kakashi? -pregunta Sakura acariciando al ninken.

-Está en casa, me mandó a buscarte.

-¿En casa?

-Le duele la cabeza, así que me pidió que te avisara.

-Oh, está bien. Gracias por venir.

-Me pidió que no te dejara ir a casa, que fueras a verle.

Sakura pone los ojos en blanco por un momento.

-No pensaba irme a casa si está con jaqueca. Vayamos a verle, anda.

...

Cuando entra a su casa, Kakashi se encuentra tumbado en el sofa con un brazo cubriéndole los ojos.

Sakura se acerca hasta su lado y pone su mano sobre su frente.

-No tienes fiebre, ¿cómo te encuentras?

Un gruñido.

Ya empezaba a entenderle, un gruñido era un sí o un bien. Dos era un no o un mal.

-Pues no pareces encontrarte muy bien.

Otro gruñido.

-Voy a buscarte unas pastillas.

-Sakura-chan, Kakashi lleva así todo el día -ladra un Pakkun acomodado en los pies de Kakashi.

-¿Todo el día? -pregunta mirando al ninken-. ¿Por qué no fuiste al hospital?

Dos gruñidos.

-Si no paso por la torre Hokage sabes que estoy trabajando en el hospital. Deberías haber ido.

Silencio.

-¿Qué intensidad? -dice sentándose a su lado.

-Si sigues hablando subirá a diez -responde en un susurro ronco.

-Perdona. Estoy preocupada -responde poniéndose un poco colorada.

Kakashi no dice nada, alarga un brazo para cogerla por el hombro y la tumba junto a él.

En algún momento de la noche, Kakashi despierta y la carga hasta la cama.

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Sakura despierta sobre el pecho de Kakashi. Él sigue durmiendo. Algo que no pasa muy a menudo. Siempre que se quedaba a dormir en su casa Kakashi despertaba antes que ella y le tenía el desayuno preparado cuando se levantaba.

Así que piensa en aprovechar la ocasión.

Se mete bajo la sábana y baja hasta sus caderas. Despacio sujeta del elástico del pantalón y lo desliza un poco, lo justo para dejar al descubierto su objeto de interés.

Sonríe. Y sin pensarlo más lleva sus manos a los testículos mientras con su lengua recorre la longitud del sexo de Kakashi.

Éste despierta dejando escapar un gemido ronco.

Mientras comienza a jugar con la erección dentro de su boca, Sakura nota las manos de Kakashi enredarse en su pelo.

Una de sus manos abandona los testículos para acompañar a su lengua. Y Kakashi deja escapar otro gemido.

-¿Qué crees que haces? –pregunta con voz ronca.

-¿Cómo va la jaqueca? –responde ella incorporándose a la vez que ríe-. ¿Se te pasó?

De retazos de vida y vidas completasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora