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Esa mañana Sakura se despertó con dolor de cuello. Kakashi se había quedado dormido con la cabeza sobre sus piernas mientras ella le acariciaba el cabello en el sofá. Y viendo que por fin dormía sin ayuda de pastillas no quiso moverse para no despertarle.
Cuando él despertó a primera hora, ella se fue a la cama un rato antes de tener que ir al hospital.
....
Sí, puede que en un comienzo fuera su favorito. Su disciplina. Su manera de pensar. Su seriedad. Le recordaba a él. Eso tenía que haberle alertado de algún modo. Sin embargo siguió entrenándole y ofreciéndole más atención que a sus otros dos mocosos. Cuando pensó en eso Sakura vino a su mente y pensó que ese ya no era un adjetivo apropiado: mocosos.
En cualquier caso, de eso hacía mucho tiempo. Y su relación con Sasuke había cambiado radicalmente.
Konoha le había perdonado todo por su intervención en la guerra. Y había quitado su nombre de la lista de los ninjas más buscados. Sin embargo él no se sentía como otros, como Naruto y Sakura. Él no era capaz de perdonarle. No por lo decepcionado que se sintió cuando se fue de la aldea buscando poder para vengarse de Itachi. No. No podía perdonarle porque había intentado matar a sus propios compañeros. Y si bien ellos podían irse a comer ramen con Sasuke como si nada, él sólo los había acompañado cuando Naruto o Sakura se lo pedían y se sentía sin fuerzas para negarles nada.
Así que estar ahí, a primera hora de la mañana, delante de él, que lucia esa sonrisa socarrona, le estaba matando.
Por eso se había puesto el haori y el molesto sombrero. Sólo por marcar un poco las distancias. No quería que le viera como Hatake Kakashi. No quería que le viera como si fuera aquel jounin que fue su maestro. No. Para él era Kakashi el Hokage.
-Entonces parece que el sensei se convierte en el alumno -comenta Sasuke con una sonrisa satisfecha-. Y más que eso. Había oído sobre entrenar al futuro Hokage, un alumno promesa. Pero nunca entrenar al Hokage.
-Sigue así y haré que te prohiban la entrada a la aldea -dice secamente, sin levantar la mirada, mientras ordena unos papeles en su mesa.
-No te lo tomes a malas Kakashi, era una broma.
-Hokage-sama para ti, Sasuke. -Se agacha a guardar una cosas en un cajón del escritorio.
Sasuke guarda silencio un momento, Kakashi se incorpora y se quita el sombrero dejándolo sobre su escritorio, no merecía la pena estar incómodo por él.
-Mmm. Supongo que es justo Kakashi. -Ignora la advertencia sobre el título que debe usar con él-. Que me odies, quiero decir.
-No te odio. Simplemente no me caes bien. -Éste se quita el haori y sale de detrás de la mesa. Todavía sin dirigirle la mirada pasa a su lado para recoger su chaleco de la percha junto a la puerta de la entrada.
-¿No es un poco lo mismo? -pregunta Sasuke girándose para verle.
-Oh, para nada Sasuke. No querrías que te odiara. Te lo aseguro -responde al Uchiha clavando su mirada rubí en él.
Sasuke da un paso atrás ante la impresión del Mangekyö girando.
-Entonces... ¿cómo funciona esto? -pregunta borrando la sonrisa de su cara.
Kakashi se encoge de hombros justo en el momento en que Tsunade y Sakura entran a su despacho.
-Buenos días -saluda Sasuke.
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De retazos de vida y vidas completas
Fiksi Penggemar¿De qué va? -qué gran pregunta-. No sé. Supongo que solo quería continuar la vida de Sakura y Kakashi tras la guerra. Darles un fondo a sus vidas más allá de que sean el backup de cómo Naruto llega a ser Hokage.