Chapitre Un

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Doncaster UK.
Lunes, 9:30 a.m

Era una mañana totalmente callada en su apartamento. El clima era demasiado agradable para ser verdad. El sol estaba en su punto perfecto, dando el resplandor de su amanecer a media mañana. Con una temperatura totalmente fría, pero soportable.
Louis se encontraba en la cocina preparando una taza de café para él. Al terminar, caminó por su apartamento, deteniéndose exactamente en el balcón de su habitación. Tomó asiento a un costado de éste donde se encontraban un par de sillas.

El ojiazul permanecía mirando hacia la calle mientras daba pequeños sorbos a su taza de café favorita color blanco y estampada con varios dibujos de pequeños gatos que yacía en sus manos. Realmente no sabía por qué esa era su taza favorita. Si a él nunca le han agradado los gatos, tal vez era alérgico, no lo sabía pero en realidad no los toleraba pero tal vez esa era su taza favorita por haber sido uno de los regalos de navidad hecho por su abuela. Después de salir de ese torpe pensamiento volvió a dedicar un par de miradas a las personas que se encontraban caminando por las calles.

El castaño terminó por darle un último sorbo a la taza de café que tenía entre sus manos. Se levantó lentamente de la silla para así adentrarse a su habitación; cerró las dos puertas del balcón tras de él.

Caminó hacía la mesita de noche para dejar la taza ya vacía en uno de los extremos de éste, para así poder estirarse lo más posible, tratando de que toda la pereza que permanecía en su cuerpo se fuera de una vez por todas.

Pero como era de esperarse, no sucedió. Así que optó por una de las mejores opciones para poder despertarse del todo, tomar una ducha fría. Se dirigió a una de las esquinas de su habitación,  en donde permanecían sus maletas totalmente hechas, aún. No había desempacado absolutamente nada desde que había regresado de Londres. La subió a uno de los pequeños sillones y sacó un par de bóxer color gris para su ropa interior. Sí, Tomlinson doblaba hasta su ropa interior, por la simple y única razón de la cual él  siempre había estado orgulloso de sí mismo, era bastante meticuloso, y le encantaba el orden.

Cerró la maleta y la coloco de nuevo en el lugar en donde estaba. Se dirigió hacía el baño de su habitación, mientras se quitaba cada una de las prendas que conformaban su pijama.

Se adentró al baño y abrió la regadera lo más rápido posible. Cuando yacía en ésta, comenzó a sentir leves escalofríos al momento deque las gotas de agua comenzarán a descender del cabello del castaño hasta su espalda totalmente desnuda; haciendo que cada uno de los bellos de sus extremidades comenzarán a erizarse, al contacto del agua fría con su piel. Al minuto ya se había acostumbrado a la temperatura del agua que lo empapaba con cada gota que caía de la regadera eléctrica. Tomó un poco de champú en la palma de su mano y lo colocó suavemente en su cabello haciendo leves movimientos circulares con las yemas de sus manos para que la fragancia de éste quedara impregnada en su cabellera.

Cerró la llave y tomó la toalla. Comenzó a desdoblarla y la ciño a su cintura, dejando ver su abdomen levemente marcado. Comenzó a caminar descalzo por el frío piso de por su habitación a la vez que recogía la ropa que estaba regada en el suelo, para así doblarla y dejarla en el cesto de ropa sucia.

Tomo la portátil que se encontraba en su cama para pronto encenderla. Comenzó a colocarse el bóxer y se dirigió hacía el closet, esperando a que hubiera aún ropa limpia que pudiera usar el día de hoy. El castaño no tenía ánimos de desempacar pues, eso implicaría tener que acomodar cada prenda en sus respectivos lugares y por el momento, el ojiazul sólo necesitaba descansar de aquel pesado viaje.

Y ¡Bingo! Había aun un par de cambios limpios para ser usados.

Tomo unos Skinny Jeans color beige combinándolos con una camisa denim color mezclilla oscuro con mangas dobladas hasta los codos y unos mocasines color marrón. Realmente se veía muy bien. Y ¿Cómo no verse así? si fue uno de los mejores en la escuela de toda la generación en la que estuvo, definitivamente amaba la moda.

El recuerdo de las 7 décadas {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora