Chapitre Dix

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Capítulo dedicado para:

AndySilvaHoran
&
YasPose

-¿Quieres darte prisa? Necesitamos llegar temprano.

- ¡Ya voy! - Se escuchó la voz de Liam proveniente del baño.

- ¿Sabes algo?-Tomó las llaves del vaciabolsillos que se encontraba sobre una mesa decorativa-. He llegado a la conclusión de que tengo por mejor amigo a una chica. -Alzó la voz para que el castaño lo escuchará.

Aveces le frustraba la manera en la que su amigo tardaba horas enteras mirándose en un espejo. Tenía en cuenta que él era un tanto cuidadoso con su aspecto pero aveces, solía exagerar a tal grado de exasperarlo. Se suponía que los hombres son más rápidos al momento de arreglarse, pero no él.

- Te escuche.- Mencionó a una lejana distancia, pero aún así su tono de voz remarcaba la indignación en sus palabras.

- Bien, eso era lo que quería.- Sonó victorioso.

- Listo.- Salió del baño y giró el cuerpo en su mismo eje encontrándose con su amigo mientras éste lo miraba de abajo hacía arriba con aspecto de frustración. 

Liam rodó los ojos y le sonrió cínicamente-.Tommo ¡Por dios!  Eres tan hedonista. -Mencionó mientras cerraba la puerta del baño detrás de él, dejando completamente penetrado el pasillo a loción costosa.

- ¿¡Que mierda!?.-Exclamó. Pronto llevó su mano hasta su nariz cohibiendo la entrada de oxigeno a sus pulmones, pues aquel olor amenazaba con dejarlo mareado-. ¿Gastaste toda tu loción el día hoy?- Cuestionó con el ceño fruncido.

- Mi loción no.- Le sonrió descaradamente.

El ojiazul abrió los ojos en exceso, tanto que estaba casi seguro que en cualquier momento su nervio óptico saltaría hacía el exterior de su cuerpo.

- Usaste mi loción.-No era una pregunta, esta vez le había afirmado lo anteriormente dicho.

El castaño se limitó a salir del lugar en dirección al elevador sin decir una sola palabra. Había notado aquella sonrisa maliciosa que había en su rostro después de haberle dicho aquello. Desgraciadamente no era la única vez que habían sucedido cosas así; inclusive algunas veces el castaño había utilizado los  cepillos de dientes del ojiazul pues, decía que mágicamente se perdían los suyos, cuando en realidad aparecían debajo de la cama dos o tres veces después de haberlos utilizado. Y no se diga de las cucharas; Cuando recién se habían instalado en la facultad, comenzaron a desaparecer de la nada, a tal grado de que sólo comían con tenedores y fue así durante dos semanas seguidas. El menor terminó por frustrarse ante la situación ya que, era imposible comer las sopas con tal utensilio de mesa formado por cuatro púas iguales, incapaces de sostener algún liquido. Así que sin más, decidió comprar un juego de cubiertos; Cuando Liam vio entrar a Louis con aquella caja llena de cucharas se mantuvo inmuto durante segundos. No se necesitaba tener dos dedos de frente para darse cuenta de cuan disgustado se encontraba. Ese mismo día el castaño le contó acerca de su fobia a las cucharas y cuan estúpido podía sonar aquello. Sin embargo, desde ese momento las cosas cambiaron; remplazaron las cucharas por algo llamado Tenedor-cuchara, que era prácticamente lo mismo pero aquel utensilio no le afectaba tanto como la misma simetría de aquel siniestro cubierto que atentaba con perturbar su tranquilidad, según Liam. Pero... ¿Qué demonios podía hacer? Si así era él. Una leve risotada broto de sus labios llamando la atención de su amigo quién lo miraba con el ceño fruncido.

- ¿De que te ríes?.- Preguntó incrédulo.

- De nada.- Intentó hacer su mayor esfuerzo por reprimir aquella sonrisa que remarcaban sus labios; a pesar de los años aún le seguían causando gracia aquellos recuerdos.

El recuerdo de las 7 décadas {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora