Chapitre Trois

1K 190 69
                                    

Doncaster UK.
Martes, 10:55 a.m

Louis se encontraba en American Airlines junto con Liam Payne su ex compañero de clases y actualmente mejor amigo. Esperando sentado en una pequeña e incómoda silla de manera impaciente su vuelo. Aquel que habían tardado en encontrar por más de dos horas seguidas, al igual que otras más buscando habitaciones para poder hospedarse; a causa de la repentina manera en la que los dos debían viajar a Los Ángeles California.

El castaño sentía como su cabeza palpitaba al zon de su respiración. Tenía horas con la misma jaqueca que a pesar de haber tomado un par de aspirinas, su intento por sentirse mejor fue en vano por tanto estrés, se encontraba bastante apabullado. Tenía en cuenta que él no era el único en sentirse así. Podía notar a simple vista como su amigo se había convertido en un manojo de nervios y no era para tanto, pues, sería su primera entrevistas de trabajo después de haber sido egresados de aquella prestigiosa universidad, para ahora poder tener la oportunidad de formar parte de una las más exitosas empresas de todo el continente Americano y por si fuera poco también en Europa.

Parpadeaba con bastante frecuencia pues, el desosiego comenzaba a abrumarlo y la bruma del sueño amenazaba con dejarlo inconsciente. Éste comenzó a cerrarlos lentamente cuando sintió como alguien lo estrujaba levemente de un lado hacía otro logrando que rápidamente abriera los ojos del tamaño de un plato.

— Es hora amigo.—Le dijo en un tono algo cansado y entusiasmada a la vez.

El ojiazul le regalo una sonrisa a Liam y se limitó a seguir el pasó de su amigo hasta llegar abordo.


(...)

Los Ángeles California.
Martes, 3:03 p.m

Harry se encontraba en su oficina, arreglando los papeleos para que todo saliera a la perfección con su próxima colección de ropa. A él le encantaba hacerse cargo de ese tipo de detalles, puesto que esa era su empresa y era una de las cosas que más disfruta hacer a pesar del gran trabajo que eso llevaba.

El rizado escucho unos leves golpes de parte del otro lado de la puerta.

— Adelante.— murmuró mientras mantenía su vista posada en la pantalla de la Macbook que se encontraba en su escritorio.

Ashley, su asistente entro a la oficina cerrando la puerta tras de ella, así mismo acercándose al rizado con su agenda en mano.

El ojiverde volteo a verla regalándole una sonrisa.

— ¿Qué pasa Vero...—El rizado no termino de decir las últimas letras del nombre cuando ya había sido interrumpido por la morena, corrigiendo su nombre.

— Ashley, es Ashley.

— Oh, claro. —Sonrió apenado—. Creo que tengo que apuntar tu nombre en algún lado o probablemente me haga un tatuaje con tu nombre para así no olvidarlo.—Dijo en tono sarcástico.

Pero de pronto vio la cara que su asistente había puesto y como sus mejillas comenzaban a tornarse coloradas. El rizado no podía descifrar si era por pena o por enojo, así que decidió retractarse rápidamente.

— O tal vez no y sólo tengo que apuntarlo. ¿Sabes qué? Dejemos este tema por la paz. ¿Qué sucede? —Dijo el rizado mientras apuntaba Ashley en una pequeña hoja de papel etiquetándolo con la palabra "Asistente".

— ¿Sabes? Puedes llamarme como tú gustes. Verónica no es un mal nombre, no te preocupes. —Murmuro un tanto avergonzada mientras acomodaba sus lentes.

— Esta bien. —Dijo el rizado al mismo tiempo que tomaba de nuevo la hoja y tachaba "Ashley" colocando a un lado de éste el nombre "Verónica".

— Listo. —Sonrió—. Ahora sí, puedes decirme que sucede.

— He venido a recordarte que para hoy están programadas las dos entrevistas de trabajo para Louis Tomlinson y Liam Payne.

— Excelente. ¿Algo más?

— Mmm... —La morena duró unos segundos en contestar. Mordió levemente su labio inferior con aquel nerviosismo como le era de costumbre al no saber si cometería una imprudencia. Dio un profundo suspiro—. Sí, la señorita Brooke se encuentra en la empresa. —Dijo con voz trémula.

— ¿Y por qué no la has hecho pasar? —Preguntó el rizado mientras buscaba un abrecartas en uno de los cajones que formaban parte de su escritorio.

— Porque la señorita no ha venido para su área. Solamente la vi subir a éste piso pero en realidad no sé para donde se dirigía, sin embargo, tomo un rumbo diferente al de su oficina.

El rizado cerró el cajón al no haber encontrado el abrecartas por ningún lado.

— Así que... ¿No se dirigía a mi oficina? —Pregunto el rizado con interés.

— Sí, solamente quería avisarte, tal vez no recuerde dónde se encuentra tu oficina o se perdió.

— Lo dudo, Brooke ha venido muchas veces a mi oficina. —murmuró un tanto confundido.

— ¿Quiere que valla a buscarla?

— No, está bien así. Puedes retirarte.

— Con permiso Harry. —Dijo la morena acercándose hacia la puerta, saliendo y cerrándola tras de ella.

Harry tomo su celular y comenzó a marcar al número de su prometida. Coloco éste a su oído. Después de unos segundos se escuchó la contestadora "El número que usted marcó no está disponible". Rápidamente el rizado colgó la llamada. Bufo y rodo los ojos. Odiaba que pasará ese tipo de cosas.

Dejó su celular en uno de los extremos de su escritorio y salió de su oficina.
Caminó hacía los pasillos su área de trabajo para ir directo al elevador y bajar a preguntar personalmente a recepción acerca de su futura esposa. Estuvo a punto de adentrarse al elevador cuando de pronto recordó que horas antes su mejor amigo, Zayn Malik, vicepresidente la empresa, había tenido una corta charla con él acerca de una nueva técnica de mercadotecnia que tenía en mente desde semanas atrás, que por desgracia no había podido ser aclarada el día de la junta general a causa de que el moreno tuvo que hacer un pequeño viaje de imprevisto.

El rizado debía regresar a su oficina por su celular y un par de carpetas que había dejado en el escritorio, para así poder llevárselas al moreno. Sin embargo, decidió no hacerlo e ir de una vez por todas. Ya que más tarde serían las entrevistas de trabajo y no tendría el tiempo necesario para hablar con éste.

Harry regresó al área de trabajo donde yacía la oficina de Malik. Sus pasos eran sumamente rápidos y no podía explicarse por qué. Se encontró con una par de personas que pasaron por un lado de él, al mismo tiempo que lo saludaban amablemente dándole las buenas tardes como era de costumbre, el rizado solamente les devolvió una sonrisa sincera.
Al ya estar a unos cuantos metros de la oficina de Zayn, se percató que la asistente de su mejor amigo no se encontraba en su lugar. Decidió entrar, a fin de cuentas ¿Que podría estar haciendo él en su oficina?

Giró la chapa de la puerta de cristal templado de la oficina del moreno. Abriéndola de manera normal mientras se adentraba a la oficina, al mismo tiempo que levantaba la mirada hacia él.

Rápidamente abrió los ojos como plato. Sentía como su respiración comenzaba a cortarse. Estaba casi seguro de que los segundos que marcaba el reloj de pared que yacía en la oficina de éste, se convertían en los más largos de toda su existencia.
La manera en la que el moreno lo veía desde su lugar con aquella expresión difícil de describir. Tal vez una mezcla de sorpresa y pánico envuelta en solo un sentimiento; inundo la habitación en un silenció incómodo.
El rizado sentía su sangre hervir. Aquellos ojos verde esmeralda sólo visualizaban esa escena, mientras permanecía de pie a un lado de la puerta sin movilidad. Sabía que en cualquier momento podía caer, sabía que lo haría.

No podía pensar nada más que no fuera en 3 cosas.

La primera: Zayn no estaba solo.
La segunda: Esa fue la peor pregunta que se había hecho a sí mismo "¿Que podría estar haciendo él en su oficina?"
Y la tercera, pero no menos importante: Su futura esposa lo engañaba con su mejor amigo.

El recuerdo de las 7 décadas {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora