Chapitre Cinq

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El rizado cerro fuerte la puerta tras de él, recargando su espalda en ésta. Su respiración cada vez era más rápida, no podía contenerse, no podía detenerse. Sentía que en cualquier momento podra derrumbarse. Sus manos comenzaron a temblar al zon de su respiración.

Pasó las yemas de sus dedos por los caireles de su cabello. No podía procesar todo lo que había pasado, no podía entender porqué ellos. ¿Cómo le pudo hacer eso la chica que iba ser su esposa?¿Cómo pudo haber hecho eso la persona que meses atrás él había escogido para pasar el resto de su vida y formar una familia? ¿Cómo la persona que ama lo había podido engañar con su mejor amigo?

 ¿Cómo su amigo también pudo haber hecho eso después de todas las cosas vividas? después de ser casi como hermanos.

Era lo más repugnante que alguien le había hecho en su vida. No podía dejar de pensar en esa traición. Su mente comenzaba a taladrarle lentamente los nombres de  ellos dos. Su cabeza amenazaba con explotar en cuestión de segundos. Sus pensamientos no estaban acordes con lo que deseaba hacer. No podía dejar de sentir asco por ellos dos. No podía evitar que le doliera. No podía evitar sentirse destrozado por dentro. No podía evitar llorar. Entonces, fue ahí cuando se dio cuenta que no podía más. Un liquido proveniente de sus ojos comenzaba a descender a paso lento por sus mejillas, haciendo que éstos se volvieran más acuosos de lo que ya se encontraban. La opresión en su pecho cada vez se hacía más grande y las granas de llorar eran incesables. 

Junto las rodillas a su pecho y se abrazó a sus pierna escondiendo su rostro bajo sus brazos, dejando que las lágrimas comenzarán a descender por si solas.

"A veces no basta con cerrar la puerta, a veces hay que ponerle llave... y perderla

A veces es tan difícil que no hieran tus sentimientos cuando lo único que has tratado de hacer, es que las personas que están a tu alrededor sonrían. A veces lo único que puedes hacer después de que rompieron tu corazón es apartarte de los demás, quedándote solo para tratar de así poder encontrar los pedazos perdidos que tu corazón acaba de desprender con cada recuerdo que antes sanaba tu alma pero que ahora solamente te hiere."

Después de un par de minutos, Harry salió de su ensimismamiento dejo explotar un ultimo sollozo a lo ancho de la habitación. Alzó su rostro, pasando las yemas de sus manos bruscamente para así limpiar los restos de lágrimas que estorbaba en su rostro ya color carmesin. Se mantuvo estático mirando hacía la nada, asimilando las cosas de mejor manera antes de cometer una estupidez de la cual después pudiera arrepentirse.

Al instante el rizado ya se encontraba de pie. Dio un gran suspiro al mismo tiempo que apretaba sus ojos mientras los mantenía cerrados. Se sentía abatido. Sin embargo, eso no fue escusa para realizar lo que tenía en mente, entonces... salió de su oficina encaminándose hacía el escritorio de su asistente.

— Verónica.—Habló el rizado con la voz más grave de lo normal y fría como la nieve.

Ésta rápidamente se incorporó de su asiento y lo miro algo trémula.

— ¿S..si Harry? —Siseó algo asustada.

— Quiero la carta de renuncia de Malik en mi escritorio lo antes posible. ¿Entendiste? —Ordenó seco.
La morena abrió los ojos excesivamente. Sin embargo, se limitó a asentir la orden de su jefe.

El rizado regreso de nueva cuenta a su oficina, sin siquiera haberse dado cuenta que había dejado la puerta de ésta entreabierta.

Se dirigió a su escritorio en busca de un par de papeles, de pronto algo logro captar su completa atención. En el escritorio se encontraba un porta retrato con varias fotografías de Brooke y él  durante su últimas vacaciones en las Bahamas, el año pasado.
El rizado río irónicamente al recordar ese día.

El recuerdo de las 7 décadas {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora