Chapitre quatorze

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Había permanecido horas enteras tratando de diseñar varias prendas, pero a final de cuentas ni una lograba convencerlo con exactitud.

Se encontraba sentado a unos cuantos centímetros de Harry y por ende, era imposible poder concentrarse. Le sucedía exactamente lo mismo de hace horas. La presencia del rizado era demasiado fuerte para sentirse cómodamente estable. Tampoco tenía la necesidad de salir corriendo como lo deseaba unas horas atrás. Al contrario, ya comenzaba a acostumbrarse a aquella leve incomodidad o sensación que éste le causaba en el interior.

Alzó la vista por inercia hacía donde se encontraba ocupado Harry. La luz tenue del computador hacía resaltar la piel pálida del rizado.

Ya comenzaba a oscurecer. Las luces de la ciudad comenzaban a iluminarse y reflejar su resplandor por los altos ventanales de cristal de la oficina. Y aún seguía ahí, en la misma habitación que él. De nueva cuenta mirándolo desde la raíz de sus castaños rizos hasta su perfectamente estructurada mandíbula. ¿Qué demonios hacía? ¿Y por qué lo veía tanto?
¿Que tal si éste se percataba de que lo estaba mirando?

Sacudió levemente su cabeza como forma de negación. De pronto la mirada de alguien se postró hacía él. ¿Y quién más podría ser? Si sólo se encontraban Harry y él.
Louis abrió los ojos excesivamente y agachó lo más rápido posible la cabeza fingiendo que veía los diseños.

El rizado se percató de la mirada del castaño hacía él. Frunció levemente la nariz para evitar esbozar una sonrisa. Miró de reojo al castaño aún con la postura hacía el computador. Aclaró su garganta con demasiado énfasis de que éste lo escuchará.

- ¿Qué tal los diseños? -Pregunto torpemente. Frunció el ceño.

- Bien, solamente siento que les hace falta algo.-Dijo cabizbajo. Tratando de mantenerse al margen. Pero le era imposible
Cada palabra que salía de sus labios tenía un toque de nerviosismo.

Harry lo notó. Pensó que tal vez se trataba de lo incómodo que era tener que trabajar en el mismo sitio que la persona a cargo; siendo algo muy pesado para él solo. Sin embargo, tenía que ser lo mas rápido posible. Aquellos diseños tenían que ser terminados ese mismo día.

Se incorporó de su asiento y caminó hacía donde se encontraba el castaño. Se colocó tras de él para ver el diseño que se encontraba haciendo.
Louis no se había dado cuenta de que el rizado yacía detrás suyo, a causa de su entera concentración al esmerarse en poner los últimos arreglos a su ya casi terminado trabajo.

Pasó su brazo por el costado del hombro de Louis sin siquiera pensarlo, asimismo señalando el diseño. El castaño se tensó completamente al haber sentido el brazo de Harry rosar su hombro. Se suponía que se encontraba en su asiento.
Como las veces anteriores, desde que había conocido al rizado, sintió aquella leve corriente eléctrica recorrer su espina dorsal, mandándole miles de sensaciones en un siantamén de segundo. Movió su cabeza al lado contrario de donde la mano del rizado estaba. Dio un leve suspiro, pues era imposible no hacerlo.

- Me parece bien lo que estás haciendo con esta parte de la prenda, pero falta algo... -Dijo aún viendo el diseño.

El castaño se tensó un poco. El rostro de ojiverde se encontraba serio mantenía sus labios rectos. Sentía que en cualquier comento tomaría el papel con el diseño impregnado ahí y lo haría bolita para tirarlo a la basura como diversas veces lo había hecho él mismo. Estaba tratando con el mejor empresario de todo California y si no le parecían sus diseños podía conseguir en segundos alguien más que pudiera hacerlos.
Louis era demasiado duro consigo mismo sobre todo con su trabajo y cada cosa que hacía.
Intento decir algo pero una vez más las palabras se quedaron atoradas en su garganta. ¿Por qué demonios cada vez que Harry se encontraba cerca de él le sucedía eso? Comenzaba a frustrarse. Aclaró su garganta para así decir lo que tenía en mente.

El recuerdo de las 7 décadas {l.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora