Una vida, una vida... Nada cambiaría. ¿O lo haría?
"Tienes el poder" le había dicho Howard, pero tenerlo no quería decir, usarlo.
Sabiendo que Stark estaba bien y que la continuidad espacio-tiempo parecía fluir de forma normal (había llamado a Tony y vio que todo seguía como lo había dejado) Había invitado a Howard a comer algo (su estómago había hablado por ella) pero después de las insulsas proposiciones del fondue, había declinado la invitación.
Pensó en ir al comedor pero las multitudes no se le antojaban en ese momento, tenía varias voces en su mente, fragmentos de historia, otros más de recuerdos, consejos que había recibido conforme pasaban los años y el persistente sentimiento de que debía hacer algo.
La felicidad se sobreestima, las personas que la poseen no dan gracias por ella y aquellas que la buscan durante toda su vida; cuando por fin la han encontrado, no la saben ver. Abigail no podía decir que su vida hubiese sido triste. Magníficas personas habían dejado sus enseñanzas en ella, había vivido cosa por las que muchos morirían y... Tenía un don.
Perdida dentro de sus pensamientos, caminó hasta un manzano, un viejo árbol que le servía de escondite. O mejor dicho, le había servido. Sentado en una de las ramas bajas del árbol, Bucky la miraba, balanceando los pies.
-Me persigues Abigail- le dijo sonriendo.
-Para tu información, acabas de profanar mi santuario.
-¿Disculpa?
-Aquí vengo a pensar, a desafanarme de la vida y ahora tú estas aquí.
-¿Eso es un problema?
-Uno grandísimo - ella lo miró sonriendo- Tu simple presencia no me deja pensar.
-Muchos agradecerían poder tener la mente en blanco. Te estoy haciendo un favor. Pensar en ocasiones solo empeora la situación.
-Te concedo el punto en esta ocasión.
-¿Cómo está Howard?- Abi había trepado hasta donde se encontraba Bucky y él le ofreció la mano para que subiera.
-¿Howard? ¿Ya no es el científico loco?
-Aún lo es, cuando se encuentra en el laboratorio, pero hoy hablaste con la persona, con Howard Stark ¿Que le dijo su hijo?
-Básicamente lo agobio con preguntas de trabajo.- El estómago de Abigail gruño y ella muy apenada se cubrió el abdomen con las manos, abrazándose a si misma.
-Tienes razón, aun no comemos nada. - dijo Bucky sonriendo. Luego se puso de pie, estiró sus manos y tomando impulso saltó, alcanzando la rama sobre sus cabezas, trepando a ella.
-¿Qué haces?
-Ninguna novia mía va a morir de hambre. Jamás, mucho menos estando bajo mi cuidado.- Abi solo escuchaba la voz de Bucky, pues él había continuado trepando y las ramas ahora lo ocultaba.
-¿Soy tu novia? ¿Y ese titulo formal cuando lo obtuve? - Abi se había sonrojado y claramente lo sentía, pero al no ser vista, su tono de voz solo denotaba diversión, sin una nota de nerviosismo.
-Desde que te di el oso. Admitámoslo, se pueden tener amiguitas pero - algunas hojas cayeron sobre el cabello de Abigail, acompañado del golpe sordo de los pies de Bucky contra la rama donde ella se encontraba. Su cabello estaba revuelto y lleno de ramitas. Se sentó junto a ella y de su chaqueta sacó 2 rojas y, al parecer, jugosas manzanas. - Solo a alguien especial le das un presente que signifique algo para ambos. Ten preciosa - le dio la manzana a Abi, ella la sostuvo y se quedo mirándola, con una sonrisa boba en su rostro debido a las palabras de Bucky. Y de improviso sintió sus labios contra su mejilla. - Combina con tus mejillas.
Abigail lo miró y él le regalo una sonrisa antes de morder su manzana.
-¿Si eres mi novia, Abigail?
-No te regrese el oso ¿O si?
Él la besó, balanceando su peso para no caerse de la rama. Aunque cautos, ambos lo disfrutaron. Abi jamás había probado manzana tan deliciosa, pues los labios del sargento tenían aún el jugo de la que había mordido.
Se quedaron en silencio, balanceando los pies mientras comían, Abi trataba de hacer crujir lo menos posible su manzana, pero era imposible y Bucky se reía de sus fallidos intentos. Ambos tenían tanta hambre que aquella manzana que era mas grande que sus puños se terminó en menos de 5 minutos.
-Creo que será mejor comer algo mas sustancioso. Me han llegado rumores de un lugar cerca de aquí, buena comida, buen ambiente y una increíble música en vivo. ¿Te apetece?
-¿Comida y baile contigo? ¿Quien podría negarse a tan exquisita oferta? Además tengo que pulir los pasos de baile que me enseñaste. Quizá ahora si te pueda seguir el ritmo.
Es inexplicable cómo en medio del caos y la destrucción, la más mínima chispa de alegría irradia más vida alrededor de las personas. El lugar al que fueron era una pequeña fonda, bien abastecida y con un mínimo de daños notables de la guerra. Todo dentro era alegría y buenos momentos. Abi agradeció por el respiro, quizá no lo había notado por estar con Bucky, pero estar participando tan constantemente en misiones y teniendo que terminar en ocasiones con las vidas de otros, la tenían desgastada.
Comieron, rieron, bailaron y disfrutaron de su compañía hasta que les pidieron que se retiraran del lugar. Siguieron riendo y haciendo bobadas de camino a la base y a pesar de no querer separarse, tuvieron que decir adiós. Cada uno tenía un compañero de habitación que se encontraba presente y pese a que sopesaron la idea de dormir en el gimnasio (si es que dormían) creyeron que ese ya no seria más su escondite. Sin más remedio, Bucky corrió a su habitación, sacó el regalo de Abi y se lo entregó.
-Solo en caso de que no te vea mañana, señorita escurridiza.
-Empiezo a creer que quieres deshacerte de mí.
-Eso jamás.
Abi tenía el oso fuertemente abrazado a su pecho y aunque no tenía intenciones de regresar a su tiempo, su cuerpo la engañaba constantemente y a sabiendas que esa noche dormiría pacíficamente la idea de un viaje no se podía descartar.
-¿Me acompañaras a mi habitación?
-Una dama tan valiente como tú, debería ser capaz de llegar sola.- Abi hizo un pequeño puchero y Bucky no desaprovechó el momento para besarla y luego la tomó de la mano.- Aunque nunca sabes que clase de depravado podría estar rondando los corredores en estos instantes.- Abi soltó una sonora carcajada y se dejó guiar de regreso.
Estando frente a su habitación, abrió con mucha cautela, tratando de no sobresaltar a Peggie.
-Espera- dijo introduciéndose en la oscura habitación. Rebusco entre sus cosas y encontró su teléfono. Howard no tenía mala memoria, lo había dejado justo exactamente donde ella lo guardaba. Escuchando de nuevo a su alrededor y una vez que se cercioró de que Peggie seguía dormida, salió de puntitas al corredor. - Tienes que ser prudente con esto Bucky, nadie lo debe ver, por hoy te lo dejaré -dijo entregándole el dispositivo que la había ayudado a comprobar su historia. -Es solo en caso de emergencias. Pero creo que tendré que diseñar uno más simple para ti y que pase desapercibido. No quiero que jamás me sientas lejos de ti, por voluntad propia dudo en el alma que te dejaría, pero dadas las circunstancias y aunque aprecio mucho el detalle; necesitaremos más que un oso para comunicarnos.
-Esto significa que mañana no te veré.
-No, significa, que pase lo que pase, encontraremos la manera de estar juntos. No tenemos limitaciones.
-Eres asombrosa- Por más asombroso que fuese el dispositivo, tener a Abi entre sus brazos le urgía más que jugar con la tecnología futurista, e inhalando profundamente su aroma, cerró los ojos dejando que sus brazos sintiesen completamente a la joven.
-Y tu eres tan violable- Abi rió, contra su pecho y Bucky inmediatamente abrió los ojos separándola de su cuerpo y encontrándose con los risueños ojos de Abigail.
-¿Soy tan qué?
-Adorable, amor mío, adorable - dijo besándolo y dirigiéndose hacia la puerta de la habitación.- Aunque el deseo te haga escuchar cosas diferentes.
Bucky ya se apresuraba tras de ella, pero era un juego y Abigail, con la ventaja que le llevaba, cerró la puerta dejándolos a ambos en las partes contrarias.
Bucky iba a tocar la puerta y desistió en el último momento. Recargó su cabeza en la puerta y cerró sus ojos, suspirando y mordiéndose los labios.
-Descansa Abigail - dijo en tono bajo, más para él que para alguien más. Después, se marchó.
-Buenas noches James- Abi había permanecido recargada contra la puerta escuchando los sonidos del exterior. Y al oír los pasos que se alejaban de donde estaba, se fue a recostar a su cama con una sonrisa en el rostro.
Durmió, como siempre, aferrada a sus cosas. Tenía que haber un claro vínculo entre los objetos y su persona para transportarlos con ella. Y tuvo razón, cuando despertó su pequeño osito se encontraba con ella en su habitación en la torre Stark (ella era la única que vivía ahí, pues desde que la relación de Tony y Peppers se intensificó, ella decidió que hacia mal tercio en la mansión) Al abrir los ojos inmediatamente corrió hacia el teléfono para hablar con Bucky, pero la señal no enlazaba.
-Quizá no ha pasado el tiempo haya y por eso no enlaza. ¡Son tan complicadas las líneas de tiempo! Solo espero poder regresar al momento exacto en que me fui.
Mas tranquila por su situación, le habló a Tony para decirle que había regresado y que iría con su madre. Después acomodo al pequeño Bucky en su cama, deposito un beso entre sus felpudas orejas y bajó los escalones para preparar el desayuno (algo ligero para su madre y para ella).
Se dirigió de inmediato a la residencia donde se encontraba Peggie, ella odiaba tenerla en ese lugar pero por su delicada condición y por los viajes inesperados que ella acostumbraba realizar, no podía tenerla con ella. No sería responsable dejar a su madre sin cuidados en su condición. Entró saludando al personal y se dirigió a la habitación de su madre.
Podía escuchar la suave respiración de Peggie aun con la puerta cerrada, era tan diferente al de su compañera de cuarto, pero aún así tan familiar.
Respiró profundo, tragándose su miedo y tocó a la puerta.
-Adelante- contestó la voz proveniente del interior de la habitación.
:Hoy está en su día bueno: Abi pensó entrando aliviada a la habitación.
-Hola mamá, buenos días.
-Hola mi cielo ¿dormiste bien?
-Perfectamente mamá ¿y tú? ¿Todo en orden?
-Por el momento mi cielo. Te he extrañado, siento que no te he visto en mucho tiempo ¿Has estado ausente tú, o he estado ausente yo?
-Creo que esta vez he sido yo.
-¿Trabajo o viajes?
-Ambos, pero es una larga historia. Hay que desayunar primero.
Peggie aceptó de buena gana, aunque Abi no era la mejor cocinera del mundo, para su madre (que había perdido un poco su sentido del gusto) cualquier cosa que su hija hiciera, le alegraba el alma.
Los momentos de lucidez de Peggie iban disminuyendo cada tanto o con ciertas personas, pero por suerte para Abi (que tenía la idea que era por la energía que ella desprendía) si encontraba a su madre en un momento de lucidez, este se quedaba mientras ambas estuvieran juntas.
-¿A dónde has ido mi niña? ¿Qué personajes has conocido?
- Mamá, se que tal vez es mucho pedir pero ¿qué recuerdas de tu tiempo en servicio, en la Segunda Guerra Mundial?
-Recuerdo a Steve, recuerdo las misiones, la desolación que dejaba Hydra a su paso y lo mucho que nos costó deshacernos de ellos, a costa de la vida de muchos valientes. - Abi sentía que era una crueldad lo que estaba haciendo, su madre había pasado por los mejores y los peores momentos durante esa época y recordarle a Steve, siempre le traía lagrimas a sus ojos.
-Si hubieras podido cambiar algo ¿qué sería?
-No lo sé, Steve fue pieza fundamental en el desmantelamiento de Hydra, pero siempre me pregunto ¿qué habría sucedido después? Tú sabes que esa no fue la última guerra que se peleó. A veces me pregunto, si con la ayuda de Steve se pudieron salvar más vidas.
-Entonces salvarías a Steve Rogers.
-Mi niña- Peggie tomó la mano de su hija, mirándola con infinita ternura. - Él fue único en su clase, la persona con más valores, moral y corazón que he conocido, pero por algo pasan las cosas. Quizá, si Steve hubiese vivido, mi historia seria diferente. No me malentiendas, ame a tu padre...
-Pero Steve se quedó con tu corazón.
-Con parte de él, mis hijos se han quedado con él resto y no podría imaginarme mi vida sin ustedes en ella.
-Mamá ¿te acuerdas de mi?- ahora era a Abi a quien le escocían los ojos.
-Por supuesto que te recuerdo mi niña. Hoy todo está en su lugar. - Peggie tenía entre sus manos el rostro de Abigail y acomodaba el cabello de lo joven.
-No creo que me haya dado a entender. Me refiero... ¿tienes recuerdos de una joven igual a mí en tus años de servicio?
-Oh, por fin has llegado. - La ternura se había escapado de su mirada pero la sonrisa se mantenía intacta.
-¿Si me recuerdas?
-Si, mi mejor amiga y confidente. Me hiciste falta al final de la guerra, te perdí tan de repente como a Steve. Pero antes de la misión me dijiste que no temiera, que pasara lo que pasara aún habría un futuro para las 2, que permaneciera atenta y con el corazón abierto. Tú sabías perfectamente lo que pasaría y me contaste tu historia, tu verdad. Al principio no te creí, pensé que estabas nerviosa por la misión, hasta que llegó el momento y Howard te trajo a mi. Ambos sabíamos quien eras cuando te vimos. Y aunque eras una personitas, ya tenias el brillo que te distingue mi amor. No sé si Howard te lo dijo alguna vez, pero solo encontrarte te puso en mis manos, ninguno hizo ningún esfuerzo de buscar a tus padres. Él me contó tu historia, la que le habías contado y todas las piezas embonaron.
-No, no lo menciono.
-Él fue, aunque algo excéntrico, un hombre con buenas intenciones y estaba muy encariñado contigo.
-Quizá. Sin querer le rompí el corazón.
-Eso no lo sé, durante la guerra no convivimos tanto, no fue así hasta que iniciamos con S.H.I.E.L.D., aunque Steve si mencionó en algún momento la inconformidad que presentaba Stark por tu relación con el sargento Barnes. Aún así, él estaba destinado a rescatarte en tu propio tiempo. ¿En qué parte de la historia estas mi cielo?
-Queremos atrapar a Zola. Por cierto, aunque te lo diré cuando regrese. Lamento que no te incluyeran en la misión, sé lo mucho que querías acompañarnos.
Su madre rió, una risa que pocas veces desde que cayó enferma había escuchado.
-Mi vida, que joven eres. Aun tienes que aprender. Gracias por tus palabras, pero lo superare pronto. Cada obstáculo que pusieron frente a mi, me impulso a seguir adelante. Deja que haga mi rabieta, yo estaré bien. - después la risa se apagó y miró seriamente a su hija. Abi temió por un momento que la lucidez de su madre se hubiera escapado, pero pronto descubrió que no lo había hecho -Me preocupas más tú mi cielo. Creo que sabes lo que pasará, te conté la historia muchas veces. No sé si lo recuerdes, pero era de tus favoritas. Cualquier historia que hablara de Bucky siempre te tenía en suspenso. Pienso que las cosas ya estaban destinadas a pasar. Se fuerte amor mío y disfrútalo lo más que puedas.
-¿Va a morir pronto?-las palabras se trabaron en su garganta, el miedo apoderándose de ella.
-No recuerdo la fecha exacta, ni bajo que términos sucedió. Solo recuerdo verte a ti y a Steve destrozados, ambos culpándose por su pérdida y ambos acompañándose en su dolor.
-¿Entonces no sabes que pasó en realidad?
-Lo que sucedió solo tú y Steve lo saben. Los informes solo dicen caído en batalla, pero nunca ahondan en las misiones secretas.
-Fury- dijo sintiendo algo de esperanza.
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What if...?
FanfictionAbigail es una joven mutante con el poder de viajar en el tiempo, un poder que no controla a voluntad, sólo necesita cerrar los ojos, relajar los sentidos y dejarse llevar. Este viaje la llevará 70 años atrás, en medio de una guerra, pero morir en...