Y ese para siempre se había mantenido hasta el momento. Después del encuentro en el museo, Abigail había conducido a Bucky de regreso a la torre; hasta ese entonces, ella no estaba segura de que tan mal Bucky se encontraba, pero sabía, por lo que Steve le había contado, que su memoria había sido afectada.
Estando en su habitación, Bucky se relajó, había estado tenso todo el camino de regreso, siempre vigilando y temiendo que por su culpa la joven que iba de su mano se convirtiese en objetivo para Hydra.
La habitación de Abigail era cálida, las paredes tenían una vista extraña, como si fuesen paneles. Ella le había explicado que en efecto eso eran, que las tenía de esa manera porque ella era muy cambiante y le gustaba mirar diferentes cosas todos los días.
Lo que él había logrado ver de la habitación por la mira del rifle había sido muy poco, solo se había enfocado en ella y había pasado por alto el muro de bosquejos que la joven tenía; la mayoría eran del hombre que había visto en el museo.
-Lo lamentó- le había dicho ella. - No podía sacarte de mi mente y lo único que podía hacer era dibujar.
Él había mirado los dibujos mas de cerca, pero por mas que lo intentaba, no se reconocía en ninguno de ellos; no porque los bocetos de Abi fueran malos, sino porque aquel hombre al que veía no se parecía nada a él.
-¿Soy yo?- se había preguntado a sí mismo y sin darse cuenta aquella pequeña pregunta había hecho añicos el corazón de Abigail.
-Así es. Así fue como, te conocí, como te recordaba. - Bucky seguía mirando las imágenes, pensando, tratando de reconocerse en aquellos rostros joviales, tan llenos de vida y que contenían tantas emociones. Abigail había plasmado toda la gama de sentimientos que le había visto expresar; la sorpresa, el encanto, la seducción... la paz. Fue en ese boceto donde se detuvo, el hombre de ese boceto se encontraba con los ojos cerrados, dormido; y Abi había logrado transmitir la tranquilidad de alguien que se siente feliz, cómodo y con toda la vida por delante. Colocó la mano sobre el boceto, pero al ver el metal en lugar de la piel se horrorizó y se dirigió a la ventana.
-James- Abigail trataba de usar un tono dulce y tranquilo al acercarse a él, para no alterarlo más, pero ese nombre le era desconocido. -James- le dijo nuevamente tratando de atraer su atención. Estaba a punto de poner su mano sobre su hombro, pero tenía miedo, ya no sabía cómo reaccionaría. -James, mírame por favor- le había dicho ella con lágrimas en los ojos.
Él se había girado y al ver las lágrimas de la joven, una fuerte angustia le oprimió el corazón. Y ella, haciendo acopio de valor, le hizo la pregunta a cuya respuesta temía mas. -¿Me recuerdas?
-Eres Abigail.- Había dicho él, evadiendo la verdadera respuesta. No quería mentirle a ella, sabía que no debía hacerlo, pero también lo que menos quería era verla llorar.
-Si -le dijo sonriendo, secándose las lagrimas con el dorso de la mano. - Ese es mi nombre. -Luego la sonrisa se esfumó y acomodó un mechón del ahora largo cabello del sargento. - ¿Pero recuerdas quién soy yo?
Lo que Bucky estaba sintiendo en ese momento era algo nuevo, algo que sólo había sentido en sueños; tenía miedo, miedo a lastimar a aquella joven de grandes ojos y mirada suplicante, pero al final, decirle la verdad era lo que estaba obligado a hacer.
-Yo, lo lamento. Pero no te recuerdo.-
Ella se había mordido el dorso del dedo pulgar tratando de contener un sollozo, pero había sido algo inútil y ya sin poder hacer nada, se había ido a sentar a su cama.
-Por favor no llores. - le dijo él sentándose a su lado. -No tengo recuerdos de ti, todo lo que era me ha sido arrebatado, pero... Al mirarte, me siento tranquilo, siento que estoy donde debo estar. Ya no me siento, perdido.
Por una fracción de segundo, todo el control, la calma y la conciencia de Abigail se desvanecieron; y colgando sus brazos del cuello de un sorprendido Bucky, lo besó; lo besó como antaño, como tantas veces lo había soñado, como solo ella sabía hacerlo; con toda el alma, dejándolo sentir todo lo que ella sentía. En un principio el beso no tuvo el efecto deseado y Bucky se había asustado y quedado estático, no sabía que hacer, no sabía como corresponderle; se había quedado simplemente sintiendo el calor de los labios de Abigail, la humedad y el sabor salado de las lágrimas que habían caído sobre ellos momentos atrás.
Todo le parecía una ilusión, como tantas otras que había tenido antes de que Hydra lo pusiera de vuelta en criogenizacion. Siempre, en los últimos momentos de conciencia, cuando el frío comenzaba a entumecer sus extremidades y el dolor llegaba a puntos críticos, su mente le daba una anestesia, algo que lo relajaba; una imagen lejana, difuminada siempre por aces de una brillante luz; podía distinguir en esos últimos instantes, la silueta de una joven, el calor de sus manos contra las suyas, el cosquilleo que su respiración le provocaba en el cuello, podía sentir como su corazón se agitaba por su cercanía, escuchaba el eco de su risa... Pero siempre perdía el detalle, siempre el frío llegaba a él antes de poder saber quien era ese "ángel de luz" que lo salvaba de su agonía. Hasta ese momento, en que cerró los ojos, pues ya no sentía miedo, un primitivo instinto lo hacía aferrarse a la joven que lo besaba, y las ansias y necesidad por fin lo habían hecho sucumbir y regresarle la muestra de afecto de la misma manera.
Ya en ese estado de paz y felicidad, la imagen tras sus párpados por fin se había aclarado y vio que todo lo que había presenciado tantas veces atrás no había sido una ilusión, eran fragmentos de un recuerdo, un recuerdo que ahora se esclarecía; en donde él y la joven que ahora tenía entre sus brazos, se encontraban en una cama, los dos se reían y se amaban.
La impresión lo hizo abrir los ojos de golpe y romper el beso, tomando a la joven por los hombros y mirándola detenidamente.
-Abi- le había dicho pasando su mano por el contorno de su rostro. - Abigail, todo este tiempo fuiste tú, jamás me abandonaste. - Ella lo miraba impresionada, pero había algo más en su mirada y Bucky supo leerle los ojos fácilmente, ellos estaban llenos de amor y recordó la primera vez que miró a través de esos ojos, la felicidad que había sentido cuando bailaron por primera vez, la tranquilidad que aquellos mismos ojos le habían dado después de las pesadillas, después del rescate; como lo habían acompañado y lo habían salvado en varias ocaciones. Él se encontraba tan feliz, sentía tanta dicha, que abrazó a Abigail con fuerza y dulzura a la vez, teniendo cuidado de no herirla. Ella no había opuesto resistencia, y así, de poco, ambos se fueron recostando en la cama, quedando la cabeza de Abigail recargada en el pecho de Bucky, escuchando su corazón que en ningún momento había cambiado sus acordes y seguía tocando la misma melodía que el suyo tocaba.
Se quedaron dormidos, y por primera vez en 70 años, Bucky volvió a soñar, y todos sus sueños fueron sobre Abigail, vio parte de su pasado, un presente y el futuro que quería tener junto a ella. Antes de que el sol despuntara los primeros rayos, Abigail se había despertado entre jadeos, sudores y agitadas palpitaciones. Bucky se había despertado momentos antes, cuando comenzó a sentir como el cuerpo de Abigail se agitaba bajo el suyo, y cuando la joven saltó de la cama aterrada y mirando a todos lados, él rápidamente se había acercado a ella y la había sostenido junto a él, acurrucandola en sus brazos.
-Ya pasó, todo está bien. Yo estoy aquí.
-Pensé que todo había sido un sueño, la soledad comenzó a consumirme y la oscuridad me devoró, sentí frío y creí, creí que había muerto.
-Fue un sueño, no estas sola, ninguno de los 2 lo está, ya no más. Y eso nadie nos lo va a arrebatar.
-¿Y si vienen por nosotros? Bucky, odio ser una presa, no poder vivir plenamente, temiendo siempre que alguien venga y me arrebate mi felicidad.
-Creo que el tiempo de ser presa se ha terminado, hay que ser cazadores de nuevo. Entendería si no quieres regresar a esa vida, pero yo no voy a dejar que nadie me aparte de tu lado y que nadie te lastimé.
Abi había quitado su cabeza del protector pecho de Bucky y lo había mirado directo a los ojos, acariciando su pómulo con cuidado.
-Yo había prometido protegerte y fallé, aunque creo que así debía ser, en la época que nos conocimos no teníamos un futuro, pero aquí; el tiempo es nuestro, el destino y el mundo también. Yo voy a hacer pagar a los que te lastimaron.
-¿Entonces, quieres venir conmigo por una nueva misión?
-Contigo hasta el fin del mundo, y más aún si por fin voy a saciar mi sed de venganza.
...
Fue así como comenzó la cacería. Abigail había empacado todo lo necesario, había dejado una nota de despedida para Tony, donde le explicaba la situación, y así ambos habían partido, recolectando los fragmentos de S.H.I.E.L.D que encontraban y viendo todas las posibles conexiones con Hydra, trabajando siempre de incógnito. Habían logrado deshacerse de varias cabecillas de la organización, pero había más cosas que hacer además de tomar venganza.
Abigail había trabajado con Bucky para ayudarle a recuperar sus memorias, era un arduo trabajo, lleno de complicaciones y horas de agonía, pero hasta el momento todo había salido bien y ella había podido ayudarle a recuperar varias memorias de los últimos años; algunas eran sobre la guerra, sobre su tiempo juntos y otras más eran sobre sus años como el soldado del invierno. Para Bucky, recuperar sus memorias era un alivio, pero algunas de ellas no eran placenteras y en esos momentos el remordimiento y la angustia lo invadían y Abi se quedaba con él hasta que desaparecían, diciéndole que ya no lo haría más, que no traería mas secretos a la luz, pero Bucky se negaba, él tenía que recordar para enmendar el pasado y hacer las cosas bien.
En el último encuentro con Hydra, el brazo metálicos de Bucky había sufrido ciertos desperfectos y Abigail había aprovechado la ocasión para repararlo y agregarle algunas mejoras, que después de haber quedado satisfechos y exhaustos, habían comprobado en efecto, cumplía su función y satisfacía las necesidades.
-¿Quieres posponer la misión?- Bucky le decía mientras acariciaba su cabello.
-No, ya estamos cerca, hay que terminarlo y después... Siempre he querido visitar Nueva Zelanda ¿te apetece? Creo que tenemos tiempo, S.H.I.E.L.D ya se está haciendo cargo de lo que queda de Hydra. Quizá nos podemos tomar un descanso.
-Un descanso, hace mucho que no tengo uno de esos. Creo que sería perfecto, dormir, pasear, comer hasta saciarnos. Suena bien.
-Esa no era la idea que tenía en mente pero también me agrada.
-Bueno, ¿entonces qué tenías en mente? Yo estoy aquí para complacerte.
-Eso tenía en mente, complacerte. ¿Recuerdas el futuro que tenias planeado para nosotros en cuanto terminara la guerra?
-No, creo que ese recuerdo aun no lo recupero. ¿Me ayudas?
-Pues - dijo ella mirándolo de frente, besando sus labios y bajando despacio por su cuello . - Tenía que ver contigo- dijo depositando otro beso cerca de su hombro- conmigo - dijo besando ahora su clavícula- y con un pequeño Bucky- terminó su recorrido de besos de regreso en su mejilla. Y después le sonrió.
-Me agrada ese plan, pero...
-¿Qué? ¿Ahora tú quieres posponerlo?
-No, pero ¿podríamos agregar al resultado de esa ecuación una pequeña Abi?
-Todas las que quieras- le dijo felizmente recostándose sobre su hombro. -Pero el tío Steve y la abuela Peggie tienen que conocerlos.
-Sí, creo que es lo más apropiado. Terminando, será el momento de volver. Aunque temo que si lo hacemos nuestra familia pase por algún peligro.
-Estando juntos, nosotros somos el peligro. No hay nada que temer.
-Entonces, quizá no haya que esperar a Nueva Zelanda. - Le dijo él abrazándola y comenzando de nuevo el juego que ambos amaban jugar.
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What if...?
Fiksi PenggemarAbigail es una joven mutante con el poder de viajar en el tiempo, un poder que no controla a voluntad, sólo necesita cerrar los ojos, relajar los sentidos y dejarse llevar. Este viaje la llevará 70 años atrás, en medio de una guerra, pero morir en...