Marie descansaba sobre la cama de Chace. La había tapado con una manta de cuadros a colores, una que pertenecía a mi amigo. La chica la sostenía con fuerza, aún en el mundo de los sueños. El cabello castaño rubio esparcido por la almohada, la expresión tranquila. No quería imaginar como se pondría cuando sus ojos se abrieran y viera que no se encuentra en su cuarto.
Solté un suspiro y saqué mi celular. Ninguna respuesta de Chace, como lo esperaba. Ya lo había llamado cerca de diez veces sin recibir respuesta alguna. ¿A donde se habría ido? Nada tenía sentido, era sumamente extraño que él desapareciera de un día para otro. Y mucho más si esa noche se trataba de su cita con Marie. No podría haberlo estropeado de esa manera... ¿O sí?
Escribí una simple nota y la dejé al lado de la cabeza de Marie, esperando que cuando despertará la viera. Luego salí del cuarto intentando no hacer ruido para no molestarla.
Una vez afuera empecé a pensar en los lugares donde se podría encontrar mi amigo. ¿El bar? ¿El parque? ¿La cancha? ¿La piscina de natación? A ninguno de esos lugares podría haberse llevado sus cosas.
Finalmente decidí que el lugar más prudente para buscarlo sería uno solo: El cuarto de Lana. Ir a verla no me molestaba en lo absoluto, sin embargo pensar en las consecuencias que eso podría traerme con Chace me frenó un poco. ¿Y si se volvía a molestar? No tendría porque, diría que lo había estado buscando preocupado.
Seguro de mi decisión avancé por fin a través de los pasillos.
* * *
Indeciso levanté la mano para golpear. A último momento había pensando en como reaccionaría Lana. Probablemente en un inicio me mandaría a la mierda, luego cuando le contará la razón por la que estaba irrumpiendo en su habitación se preocuparía. ¿Y si Chace estaba metido en problemas?
Me armé de valor y golpee tres veces la puerta. Hecho un manojo de nervios espere, me sorprendía lo maricón que me ponía cuando se trataba de Lana. Cuando pasaron cinco minutos volví a tocar, nuevamente no recibí respuesta alguna. Por el contrario, la puerta se abrió un poco.
Sorprendido reparé en que estaba abierta. La empujé lo suficiente para que se terminará de abrir y pudiera entrar al cuarto.
Observé sin palabras que las cosas de Lana tampoco estaban ahí.
* * *
- ¿Donde pueden haber ido? - la noticia había preocupado a todo el grupo. Phoebe no dejaba de armar teorías y decirlas en voz alta, para luego caer en la cuenta de que no podían ser ciertas.
- ¿Y si fueron a ver a su hermano? - aquello era lo más probable.
Mientras hablaban no dejaba de mirar mi celular una y otra vez, con la esperanza de encontrar un mensaje de Lana. A que Chace desapareciera estaba algo acostumbrado, solía hacerlo seguido cuando empezamos a ser amigos. Pero que Lana desapareciera era algo completamente nuevo.
La sensación que me había invadido luego de no encontrarla en la banca era una que aún no podía explicar. Me había acostumbrado mucho a su presencia, la sonrisa traviesa y los ojos azules indescriptibles. Todo eso dejaba un vació en mi interior al no estar presente.
- ¿O sea los dos han desaparecido? - volvió a preguntar Marie por centésima vez. Tenía una taza de café entre las manos y un aspecto bastante obvio. La resaca se estaba desquitando con ella.
Todos asintieron a su alrededor. Park, Liam, Phoebe, Marie, Louis, Kim y yo nos encontrábamos reunidos en una de las mesas que había en los terrenos. Estas solo eran utilizadas en el momento del almuerzo, cosa que estábamos haciendo en ese momento.
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|Cenizas|
Teen FictionLana King, desenvuelta y rebelde. La clase de chica que haría lo contrario a lo que le dijeras, la clase de chica que es inalcanzable para todo el mundo. Fría como el hielo, dura como una piedra. ¿Acaso tiene un corazón? Ryan Smith, el típico moja b...