| 9. Tal vez, tal vez |

279 18 1
                                    

La clase terminó y todos empezaron a salir en orden, con el tiempo la emoción de salir primeros del aula se había esfumado. Ya no había tiempo para esa clase de tonterías. Escogí quedarme un rato más por una única razón.

- Lana King tomando apuntes en una clase, no creí que viviría lo suficiente para ver esto - Lana alzó la cabeza para sonreírme.

- Yo nunca pensé que vería a un descerebrado como tú entender una clase del profesor Sain - me jodió y le sonreí a modo de respuesta. Era imposible no sonreír con ella cerca. 

- ¿Almorzamos juntos? - hice la pregunta lo más natural que pude aunque en el interior me estaba muriendo de los nervios y cruzando los dedos.

- Para la próxima, tengo trabajo que hacer - recogió con rapidez sus cosas y las guardo en su maleta como pudo.

- Con esta son seis que me debes - Lana puso los ojos en blanco, pero sonrió ampliamente.

- Nos vemos donde siempre - se despidió y sus rulos desaparecieron por la puerta.

Solté todo el aire que había contenido y salí también por la puerta, dejando el salón de historia universal a mis espaldas.  

Mis intenciones con Lana no habían cambiado ni un poco, estaba decidido a conseguirla aunque me tomará meses...o años. Ya no se trataba de una mera atracción física, sino existía algo nuevo que no era capaz de describir. La quería, joder, como la quería. Y tenía que hacer algo al respecto, por lo que dirigí mis pasos al lugar en donde encontraría lo que necesitaba.

En pocos minutos terminé en una de las mesas del comedor principal, frente a Phoebe y Kim.

- ¿Qué quieres? - preguntó de golpe Phoebe y yo me hice el ofendido.

- ¿Acaso no puedo pasar algo de tiempo con mis dos mejores amigas? - Kim asintió con la cabeza en son de burla, como si yo tuviera la razón.

- Habla, Smith, antes de que agotes nuestra paciencia - era increíble la rapidez con la que notaban las cosas. Eso en conjunto con su capacidad de trabajar en equipo y ser prácticamente una unidad era bastante sorprendente.

- Necesito ayuda con algo - la primera reacción de Phoebe fue dejar de lado su plato de patatas fritas, un signo de que estaba claramente interesada.

- ¿Con una chica? - adivinó y asentí con la cabeza.

- Oh Dios mío, ¿A quién dejaste embarazada? - exclamó Kim llevándose una mano a la boca.

- ¿Te has contagiado de algo? - agregó Phoebe asustada.

- No, joder, hace mucho que no me tiró a alguien - las dos me miraron como si estuviera mintiendo -. En serio - recalqué un poco cabreado. Era fastidioso lo promiscuo que me consideraban.

- Bueno, ¿Cuál es tu problema entonces?  - me invitó a seguir Kim dándole un sorbo a su bebida.

- Me gusta Lana - decidí soltar la bomba -, y quiero algo con ella -. Kim casi se atragantó con su bebida mientras Phoebe sonreía con suficiencia.

- Págame - le dijo a su hermana tendiéndole la mano, Kim sacó un par de billetes de su bolsillo y los dejó en la mano de su gemela.

- ¿Apostaron con esto...? - intenté sonar indignado aunque no dio mucho resultado.

- No iba a perder la oportunidad de ganar algo de dinero fácil - fue la simple excusa de Phoebe, encogiéndose de hombros -. Como sea, todos sabíamos que Lana te iba a terminar poniendo caliente.

- ¡No es eso! - estaba empezando a cabrearme seriamente con ese par. 

- ¿Entonces? - ni siquiera yo sabía la respuesta a eso.

|Cenizas|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora