Capítulo 24.

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Habían pasado semanas después de que dejará a Mackenzie en casa, la situación no fue fácil cuando Erín habían regresado de su encuentro con Samuel. No dijimos nada, y preferí no hacerlo porque sabía que diría palabras que después me arrepentiría cuando pasarán los minutos. Estaba en falta aún, y si la cagaba más, sería peor remediar el tremendo error que llevó a que mi esposa se separase de mi con mi hija.

Le comenté a Liam lo sucedido, ya que si no le decía a alguien como realmente me sentía sabía que luego haría una locura, una locura quizás estúpida. Liam vivía en el cuarto piso de donde yo vivía últimamente. También me comentó que su ex había querido contactar con él, pidiéndole disculpas una y otra vez, pero que él consideraba que no lo haría. Qué cómo él quedaría como hombre saber que la mujer que él pensó iba a ser la madre de los hijos que él quiso tener lo había traicionado de una manera que consideraba aberración, y que no había una respuesta razonable por ello. No valía la pena, ya que según sus palabras, una mujer que te saca la vuelta; lo haría una vez más. Y que no hay cura para el que comete errores, que hasta el más alcohólico aunque dijera una y miles de veces que estaba curado; caería una vez más, al igual que un drogadicto.

Una parte de mi se consideró aludido, pero sabía más que nadie que yo no era esa persona que Liam había descrito, que yo ya estaba pagando en carne propia el sentir el rechazo de mi esposa, y la separación de lo más apreciado de ella; nuestra hija. Fruto de nuestro gran amor, y que consideraba que aún estaba ahí, que si luchaba hasta dar todo de mí; no se cansaría.

Y la recuperaría.

No sería fácil, de eso estaba cien por ciento seguro, pero no me rendiría, no cuando había alguien merodeando lo que era aún mío.

Había estado tratando ponerme al día con la empresa de mi padre, y lo había logrado. Zayn había estado verificando cada paso que se daba dentro, sabiendo que yo no podía hacerlo después de la gran metida de pata. Sí él no hubiera estado a cargo con todo, sabía que la empresa de mi padre hubiera estado en bancarrota. Le debía mucho, a él y a Louis, quien prefirió quedarse en Nueva York tratando de seguir haciendo contratos desde allá, y cuando Zayn me informó que después de su partida regresaría a Inglaterra de nuevo, me alegré aún más.

Quise hacer algo por él, y por Elizabeth, quien ya tenía fecha para su matrimonio y el cual se llevaría a cabo en el país que la vio nacer. Por eso, y otras razones más habían decidido regresar a Londres, y como tal agrado preferí hacerles una cena como bienvenida.

Salí hacia el supermarket recolectando lo que me era necesario para el estofado y papas a la francesa requerían. Y cuando ya iba a ir a pagar por los productos recordé que no habría una gran cena si no había un gran vino.

— Disculpe, ¿está en la cola?— giré el rostro, y asentí, sacando dinero para pagar. — ¿Harry?

Alcé el rostro a la persona detrás de mí, y fruncí el ceño— ¿Sí?

— Harry. Harry del parque, ¿no?— preguntó dudosa— Claro que sí. Eres Harry. El del parque. — concluyó.

Sonreí, y como si un foco se hubiera encendido encima de mi cabeza la recordé.

— ¿Megan?

— Sí— sonrío, intentando dejar las cosas en su otro brazo, extendió la mano— ¿Como has estado?

— Bien— estreché su palma —, he estado mucho mejor después de lo ocurrido en el parque sin duda alguna. — comenté, dejando los productos encima del estante eléctrico para pagar por lo mio.

— Me alegra escucharlo, no sabes cuanto — sacó su billetera, y luego me sonrío.

— Son veinte dólares, señor. —Volteé, y le asentí a la persona detrás de la caja— Bien, muchas gracias. Que tenga un buen día.

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⏰ Última actualización: Aug 16, 2015 ⏰

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