Capítulo 21.

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Erin Povs.

Las cosas habían tomado un rumbo muy diferente a todo, cada uno comenzaba a tomar su rumbo. El mío aún iniciaba, y no sabía si elegiría el correcto. Aun había cosas que no solo se solucionaban por sí solas, había que tomar otras riendas para arrearlos por el buen camino.

No mucho algunos amigos cercanos a mí, vinieron cuándo se les había informado que había salido del estado de coma. Muchos habían venido con sorpresas, y no era que me sintiera del todo bien teniéndolos sonrientes, y bromeando. Ellos aún no sabían nada de mi relación, y de Harry. Cada vez que lo mencionaban, yo salia por tomar el camino más fácil; el cambiar de tema.

Fueron unos gratos momento para saber que aunque se había desmoronado una avalancha no mucho antes de estar en otra, tenía a quienes más amistad me bindraban. Porque la confianza estaba ahí, entre nosotros, pero la mía ya no era igual a la de ellos. No confiaría en nadie más que mi hija.

Samuel; uno de los que había pasado gratos momentos conmigo, vino con ellos. Me alegré muchísimo al verlo, y para tener treinta y seis, se veía no más de veinteañero. Le había venido muy bien el ir a vivir a EE. UU. Comentó también que había visitado tantos lugares como se le fueron posibles, que uno de ellos fue ir a la casa blanca. También comentó que al no darse cuenta ya no le quedaba mucho dinero en su cuenta bancaria, y que tuvo que buscarse un trabajo de noche. Y fue ahí donde conoció a una tal Jen, una chica muy peculiar a las estadounidense, pero que lamentablemente no funcionó muy bien la relación que comenzaban a construir, y se vino de nuevo a Londres.

Al finalizar la reunión/sorpresa, cada uno comenzó a irse, hasta quedar Cloe, y el último hombre que había sido más que mi amigo en la secundaria.

Las rehabilitaciones habían venido de mejor en mejor, y era una de las cosas que más había deseado, ya no era tan necesario usar las muletas, pero mis piernas aun seguían acalambrandose por el estar mucho en pie.

Cloe, cogió mi brazo, dejado a Sam en la sala con Macky, quién le enseñaba las últimas tareas que se disponía a finalizar.

— Sé lo que ocurrió, — me dijo al llevarme a la cocina. Sus manos ya me habían soltado, pero la expresión que llevaba era de lástima — no me falta que me lo niegues.— terminó de decir.

No sabia que decirle, no sabía ya que más excusarme. Ella era una chica sabia, siempre lo fue, pero me imaginé que los rumores no había aún llegado a ella.

— No sé qué decirte,— le comenté — solo pensé que sería mejor que se quedara entre la familia.

— Yo soy tu familia, Erín— tomó mis manos entre las suyas, y me miró a los ojos. — ¿Recuerdas el juramento que hicimos la últimas horas de clases, antes que cada uno se fuera por su rumbo? ¿Recuerdas que aunque nosotras decíamos reunirnos, no importa el qué, siempre estaríamos juntas, pero en el muy en fondo nosotras cambiaríamos sin darnos cuenta?

— Sí, — me atiné a decirle.

Me lastimaba escucharla con la voz entrecortada, sabía cuán dura fue su vida con sus padres. También sabía que luchó para sacar a su padre de rehabilitación, después que su madre dejara la tierra para irse a una mejor.

— No sabes lo mal que me chocó al enterarme que mi mejor amiga hubiera caído a un estado de coma. No sabes lo que sentí al pensar que ya no te volvería a ver. — respiró profundamente, y luego sonrió — Pero míranos ahora, tu estando aquí, sin importar los cabizbajos que han estado viniendo, pero creeme cuando te digo que después de la tormenta viene la calma.

Guilty heart. →harry styles [mature]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora