Capitulo 21

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-Que te tiene miedo -repitió ella-. Eres fuerte e irascible, y ______ ha tenido una mala experiencia con un hombre que la ha maltratado durante los dos años que ha durado su matrimonio. ¿No crees que a ti en su lugar te pasaría lo mismo?

Justin resopló, dejándose caer en la silla que ______ había abandonado, y se pasó una mano por la nuca con el ceño fruncido.

-Esa sabandija... -farfulló-. ¡Y pensar que le he tenido lástima todo este tiempo... ! El muy canalla no hacía más que mentirme para mantenerme alejado de ella, para que no pudiera averiguar el infierno por el que la estaba haciendo pasar. Si al menos ella me lo hubiese dicho...

-¿Acaso la habrías escuchado, Justin? -le espetó su hermana-. Y, en cualquier caso, ¿por qué habría ido ______ a pedirte ayuda cuando tú le habías dejado muy claro que la querías fuera de tu vida, que no querías volver a saber nada de ella? -meneó la cabeza-. Ya no tendrás que preocuparte por que vuelva a observarte mientras trabajas desde la ventana. No se acercará a ella, ni siquiera para abrirla.

* * *

Después del almuerzo, Sandy se había quedado dormida viendo una película en la televisión, y ______, que quería estirar las piernas, había salido, asegurándose antes de que Justin no andaba cerca. El cielo se había nublado, y ella se preguntó si llovería. Llevaba varios días sin caer una gota, y sin duda los campos lo agradecerían.

Había empezado a caminar sin rumbo fijo, y sus pasos la habían llevado cerca del establo. Oyó voces dentro, voces de hombres, y en cuanto vio salir a Justin se paró en seco, giró en redondo, y comenzó a desandar el camino con prisa.

-¡______, espera! -la llamó él, yendo tras ella.

La joven se detuvo, y se volvió hacia él con los brazos cruzados, mirándolo cautelosa. Justin avanzaba hacia ella con las facciones rígidas. Parecía de mal humor... como de costumbre.

-No sabía que estabas por aquí -dijo ella poniéndose a la defensiva y sonrojándose ante su fija mirada.

-Oh, ya lo imagino -masculló él-: cuando yo entro en una habitación tú sales de ella; por la mañana te quedas en tu habitación hasta que yo ya he desayunado y he salido; ¡y si crees que yo pueda estar a menos de un kilómetro de la casa, ni sales al porche!

Los labios de la joven se entreabrieron, dejando escapar un suspiro tembloroso, y dio un paso atrás, asustada.

-¡No...! -le rogó él, queriendo abofetearse por haberse dejado llevar por su mal genio-. Está bien, no pasa nada. Perdona que haya sido tan brusco -le dijo, obligándose a hablar con suavidad.

______ cruzó los brazos sobre el pecho y lo miró aprehensiva. Él se quitó el sombrero y se secó la frente con la manga.

-¿Te acuerdas de Amarillo, el caballo que solías montar cuando venías al rancho a ver a Sandy? Lo cruzamos con Medianoche, y nació una potrilla a la que llamamos Chistera. ¿Te gustaría verla?

Su tono más amable pareció relajar un poco a la joven, quien asintió con la cabeza.

-Estupendo, vamos -dijo Justin.

Le tendió una mano, pero ella no descruzó los brazos, así que echó a andar y ella lo siguió.

En uno de los pesebres al fondo del establo- estaba la joven yegua. Era de color negro, con una mancha blanca alargada en la frente, y marcas blancas también en las patas hasta las rodillas.

-Hola, Chistera, hola, bonita... -la saludó Justin.

Abrió la puerta de madera, e hizo un gesto a ______ para que entrara con él. La joven estaba extasiada mirando a la yegua, y comenzó a acariciarla tiernamente.

-Qué suave es... -murmuró.

Justin sonrió al ver cómo brillaban sus ojos. Hacía tanto que no veía ese brillo en su mirada...

-Ya tiene un año y medio -le dijo-, y creemos que será una buena corredora, igual que su padre. He contratado a un entrenador y un jockey para que empiece a trabajar con ella a finales de esta misma semana.

______ lo escuchaba en silencio mientras acariciaba las crines del animal, pero, de pronto, se oyó fuera un trueno, y la yegua se inquietó. Ella también dio un respingo, conteniendo el aliento ante el inesperado ruido.

-Parece que vamos a tener tormenta -murmuró Justin, girándose hacia las puertas abiertas del establo y observando cómo había oscurecido.

Salieron del pesebre y Justin echó el cerrojo de la puerta antes de que desandaran sus pasos hacia la salida. Él se detuvo justo en el umbral, elevando el rostro hacia el cielo, y ______ hizo otro tanto.
Densos nubarrones entre negros y azulados cubrían toda la bóveda hasta el horizonte. El fogonazo de un relámpago lo iluminó todo, y lo siguió otro trueno retumbante.

- La naturaleza en todo su esplendor -comentó él-. Hermoso, ¿no?

Pero ______ se había estremecido, y había aprehensión otra vez en sus ojos.

-A mí no me lo parece. Detesto los ruidos fuertes.

Justin se apoyó en el marco de la puerta, observándola.

-Ruidos fuertes... ¿como por ejemplo gritos? - inquirió.

Ella se volvió sorprendida. Justin inspiró lentamente.

-______, sé lo que ocurrió en realidad en tu matrimonio.

-¿De veras? -contestó ella, soltando una risa amarga.

-Henry nos lo contó todo.

Ella se quedó callada un momento.

-¿Y creíste lo que te dijo? Eso sí que es sorprendente -le espetó con sarcasmo. Justin contrajo el rostro.

-Imaginaria que reaccionarías así.

A Hidden History (justin y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora