Capitulo 23

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Al día siguiente le habían dado la tarde libre a la señora Bird, así que Sandy y ______ se fueron a la cocina para hacer ellas mismas una tarta para la cena.

-Mi hermano está hoy más irritable que de costumbre -le comentó Sandy a su amiga mientras batía los huevos-. Nunca lo había oído lanzar semejantes epítetos.

Desde luego era imposible no darse cuenta, se dijo ______, que llevaba un buen rato tratando de ignorar la discusión que se oía a través de la ventana abierta. Giró la cabeza en esa dirección. Desde allí podía verse el gran edificio de metal donde se guardaban los vehículos que se utilizaban en el rancho. Y, precisamente en ese momento, Justin estaba reparando una camioneta con dos de sus hombres. La joven observó que uno de ellos tiraba enfadado una llave inglesa al suelo y se alejaba a grandes zancadas farfullando algo y lanzando los brazos al aire.

-¡Hawkins, vuelve aquí o búscate otro empleo! -le gritó Justin.

- ¡Pues me buscaré otro! -le espetó Hawkins girando la cabeza, pero sin detenerse-. ¡No puede haber nada peor que esto!

-¡Gallina! -voceó burlón el otro hombre.

-¿Quieres irte con él, Charlie? -le preguntó Justin con ojos relampagueantes.
Charlie se apresuró a recoger del suelo la llave inglesa y se la entregó a su jefe, quien, cubierto de grasa de arriba abajo, volvió a inclinarse sobre el motor de la camioneta.

______ estaba temblando. Los gritos y las voces enfadadas la ponían muy nerviosa, y Justin acababa de mostrarse más volátil de lo que jamás hubiera imaginado que pudiera ser. Según parecía, al estar en su propio rancho y no sentirse obligado. a controlar su temperamento como lo hacía en los actos sociales, ante la gente, era aún más terrible.

-¿Cómo puedes soportarlo? -le preguntó a Sandy, frunciendo las cejas.

Su amiga dejó lo que estaba haciendo y giró la cabeza hacia ella.

-No es como Barry -le dijo con suavidad-, no es un hombre violento. De hecho, en el fondo es un pedazo de pan. Lo que ves no es el auténtico Justin -le señaló un bote a ______-. Pásame la esencia de vainilla. Gracias. Mi hermano siempre ha ocultado su verdadero yo bajo esa coraza llena de pinchos -continuó- para evitar que la gente pueda darse cuenta de lo vulnerable que es en realidad.

-A otro perro con ese hueso -replicó ______ incrédula-. Tu hermano tiene un corazón de hielo.

Sandy dio un ligero respingo que ______ no advirtió, y dejó el bote de vainilla sobre la encimera de la cocina con un carraspeo.

-Pero, tú no lo odias, ¿verdad? -inquirió vocalizando tan alto y claro como si estuviera recitando una frase en una obra de teatro.

Su amiga se sonrojó y la miró extrañada. Empezó a protestar, preguntándole a qué venía aquello, pero Sandy insistió.

-¿Odias a mi hermano?

-No, por supuesto que no... -farfulló ______ bajando la vista-, pero estos últimos años las cosas habrían sido más fáciles para mí si lo hubiera odiado.

Barry hizo de mi vida un infierno. No puedes imaginar lo que era para mí que me acusara por sentimientos que yo no podía evitar, y que me refregara por la cara todo el tiempo el hecho de que Justin me hubiera rechazado. Estaba celoso de Justin... horriblemente celoso, a pesar incluso de que no me quisiera tampoco para él. Pero no pudo soportarlo cuando se enteró de lo que sentía por tu hermano. Aquella última noche me habría matado si...
Un leve sonido detrás de ellas le hizo volver el rostro, y encontró al ranchero de pie en el umbral de la puerta trasera. Su rostro estaba pálido, y sus facciones tensas.

-¿Siempre escuchas las conversaciones de los demás? -le espetó ______, dando por fin una muestra de carácter-. Vamos, siéntate y ponte cómodo -le dijo con sarcasmo, extendiendo un brazo para alcanzar una silla.

Al hacerlo, le dio sin querer con el codo a un paquete de harina que había justo en el borde de la encimera, y estuvo a punto de caer al suelo, pero se agachó y lo salvó antes de que lo tocase, no sin cierta torpeza en sus movimientos.

-La señorita Elegancia... -masculló Justin burlón.

Lo había dicho sin malicia, casi sin pensar, sólo porque ella había reaccionado de un modo hostil a su presencia, pero para ______ aquello fue la gota que colmó el vaso.

Vio cómo la expresión altiva del ranchero se convertía al instante en una de arrepentimiento al recordar, demasiado tarde, lo que Henry les había revelado acerca de cómo Barry se metía con ella, pero ______ había perdido el control sobre sí misma.

Ni siquiera pensó. Movida por la furia que la sacudía por dentro, se giró sobre los talones y le lanzó el paquete de harina con todas sus fuerzas.
La bolsa de papel se rompió nada más chocar contra su pecho, y de pronto se vio cubierto de arriba abajo por una fina capa blanca que se mezcló con la grasa, y envuelto en una nube de polvo.

-Alquitranado y emplumado... -murmuró Sandy divertida, prorrumpiendo en grandes carcajadas.

Justin, que se había quedado de piedra, la miró furibundo, y después a ______, quien estaba tan sorprendida como él por lo que acababa de hacer.
______ vio un destello amenazador en los pálidos ojos azules de Justin, lo vio enrojecer de ira, y sintió que las rodillas le temblaban al recordar el modo en que Barry había reaccionado las pocas veces que se había atrevido a plantarle cara. Alzó la vista aprehensiva y contrajo el rostro, esperando que explotara, esperando que la golpeara... Pero no ocurrió.

Justin había visto la expresión de temor en sus ojos, y eso hizo que controlara al punto su enfado, aunque jamás la habría pegado, como era obvio que ella temía.

-Para ser una mujer que odia la violencia -le dijo con los labios blancos por la harina-, no se puede decir que seas precisamente pacífica.

Y, con una media sonrisa, salió de la cocina, dejando tras de sí un reguero blanco.

- ¡Y que te sirva de lección! -le gritó su hermana burlona-: ¡no se debe enfadar a una mujer que está cocinando!

Charlie, que estaba fuera esperándolo, empezó a reír sin poder parar, y los improperios de Justin se oyeron en todo el rancho.

______ estaba hecha un flan por lo que acababa de hacer, y todavía no podía creerse que Justin no hubiera tomado represalias. Se sentía tan confundida y a la vez tan aliviada, que rompió a llorar. Sandy la abrazó, incapaz de mantener el rostro serio ante lo tragicómico de la situación:

-Oh, vamos, ______, no se morirá por un poco de harina... Además, si no consigue quitársela, ya que está engrasado y enharinado, siempre podemos echarlo en una sartén y freírlo bien...

______ no pudo menos que echarse a reír en medio de las lágrimas al imaginar a un Justin crujiente y dorado, con su sombrero y sus botas, sobre una enorme fuente y rodeado de lechuga.

A Hidden History (justin y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora