Capitulo 32

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Al día siguiente, domingo, ______ estaba ya en Victoria.

-Si necesitas algo ya sabes cuál es el número del rancho -le dijo Sandy cuando hubieron llenado el frigorífico y su amiga estuvo instalada-. Vendré el sábado próximo con Shep -se quedó mirándola un momento, vacilante-. ¿Seguro que estarás bien?

-Pues claro que sí. Esto es Victoria, no Nueva York -murmuró ______ con una sonrisa.
Su amiga meneó la cabeza.

-Deberíamos haber hecho esto antes -le dijo-. Tenía la esperanza de que mi hermano se diese cuenta de lo ****a que estaba siendo, pero parece que me equivoqué. Supongo que se está haciendo demasiado viejo para cambiar.

______ se encogió de hombros.

-Si hubiera querido casarse ya lo habría hecho hace años. Me he dejado llevar por mis sueños. Qué absurdo, ¿no?, que lleve años enamorada de un hombre que no siente nada por mí...

Sandy suspiró con tristeza.

-Te veré el sábado. Llámame si necesitas cualquier cosa.

______ le aseguró que lo haría, y fue al vestíbulo para despedirla. Pasó el resto del día sintiéndose muy sola, ansiando que sonara el teléfono, que fuera Justin quien la llamaba para decirle que todo era un error. Pero no ocurrió, y a la mañana siguiente, ______ se había hecho ya a la idea de un futuro sin él.

Sandy le había dado un par de direcciones de sitios donde podía acudir en busca de trabajo, y no sólo fue a esos, sino también a otros cuatro que vio en el tablón de anuncios de la agencia de empleo.

Increíblemente, tuvo la suerte de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Una de las ofertas era de una inmobiliaria que necesitaba una recepcionista, y, aunque ______ no contaba con experiencia, la mujer que la entrevistó le dijo que era exactamente el perfil que estaban buscando, y que querían que empezara inmediatamente.

Y así, el martes, ______ estaba ya trabajando. Ese primer día le explicaron la rutina del puesto, y se pasó el día archivando, atendiendo llamadas, concertando citas para su jefe y los otros cuatro agentes de la inmobiliaria... Cuando llegó al apartamento al final de la jornada estaba rendida porque no estaba acostumbrada a tanta actividad, pero era un cansancio gratificante. Por primera vez en su vida se sentía útil, sentía que había tomado las riendas de su vida. Y poco a poco, su autoestima empezó a crecer.

Para el sábado, cuando llegó Sandy con un excitado Shep, ______ estaba radiante. Se había cortado el pelo y llevaba ropa nueva. Le brillaban los ojos y las sombras que había habido bajo ellos habían desaparecido.

-¡Estás estupenda! -exclamó Sandy-. ¡No puedo creerme lo cambiada que estás!

-Nunca había imaginado lo maravilloso que podía ser ganarse una misma la vida y poder hacer lo que quieras, sin tener que depender de nadie. Con el sueldo que tengo ni siquiera necesitaré el dinero del fideicomiso, y podré pagaros el alquiler del apartamento -le dijo, agachándose para acariciar al impaciente perrito-. Dios mío, cómo has crecido en estos días, Shep. ¡Te he echado tanto de menos...!

También echaba de menos a Justin, pero estaba esforzándose por no pensar en él. No podía dejar que pensara que estaba penando por él.
* * *
-¡¿Que ______ se ha ido?! -exclamó Justin fuera de sí cuando regresó dos semanas después, mientras cenaban-. ¿Cuándo?

Sandy contrajo el rostro. Sabía que no se lo iba a tomar bien.

-El día después de marcharte tú. Le he dejado nuestro apartamento en alquiler. Ha encontrado un trabajo como recepcionista en una inmobiliaria, y está realmente transformada, tendrías que verla.

A Justin le llevó un momento hacerse a las noticias. No había imaginado que se marcharía. Se había ido fuera con la esperanza de controlar su pasión antes de romper definitivamente sus lazos con ella. Lo que había ocurrido aquel día en el estudio había sido tan increíble que apenas había podido conciliar el sueño los días que siguieron.

Estaba loco por ella, pero no podía ceder, tenía que apartarse de ella porque era lo mejor para ambos. Aquello era lo que se había dicho el día que tomó el avión, pero tras dos semanas de negar sus sentimientos, lo único que había conseguido era frustrarse aún más. Sólo podía pensar en los dos angustiosos años que había pasado con Barry. Lo único que había pretendido era ahorrarle el calvario de atarse a un hombre mucho mayor que ella y acabar siendo infeliz. Pero, a pesar de sus nobles motivos, le había causado tanto dolor...

-Por cierto, ¿cómo está Lillian? -preguntó Sandy de repente en un tono sarcástico, mientras cortaba un trozo de rosbif de su plato.

Justin la miró contrariado.

-No lo sé, bien, supongo.

-¿No lo sabes? ¿Qué pasa, la perdiste en Nassau? -lo picó ella.

Justin alzó la vista y la miró furibundo.

-Nos encontramos en el aeropuerto, pero no íbamos juntos.

-Pero tú le dijiste a la señora Bird que...

Justin gruñó de pura frustración. ¿Era eso lo que ______ había creído, que se había marchado con Lillian después de lo que habían compartido?

-Da igual que fuera un malentendido -replicó su hermana-. El modo en que la has tratado todo este tiempo... -murmuró sacudiendo la cabeza-. ______ se pasó toda la noche llorando después de que te fueras -añadió, sin sentir lástima por él cuando palideció-. Se marchó de aquí maldiciéndote, pero el sábado, cuando la vi, estaba resplandeciente. Ni siquiera te mencionó.

Justin miró furioso a su hermana, que siguió comiendo tranquilamente como si no ocurriera nada.

-Mmm... esto está delicioso -murmuró-. ¿Has perdido el apetito?

Justin apartó su plato indignado.

-Sí.

-¿Por qué te irritas? Todo este tiempo no has hecho más que decir que la querías fuera de tu vida y al final lo has conseguido. ¿No estás contento?

Justin no contestó, sino que apuró malhumorado el café que quedaba en su taza.

-Además, eres demasiado viejo para ella, ¿recuerdas? -insistió Sandy, poniendo el dedo en la llaga-. Y tampoco quieres hijos. ______ todavía es joven, y está a tiempo de volver a casarse y formar una familia. Y hablando de formar una familia... Eso mismo me dijo el señor Foster el otro día de su hijo Barney, que estaba pensando que ya era hora de sentar la cabeza y formar una familia -sus ojos brillaron maliciosos al ver cómo Justin apretaba la mandíbula-. Oye, ¿no le habías encontrado un trabajo en Victoria a Barney? ¿Verdad que sería divertido que se encontrara con ______? A lo mejor acaban casándose...

Justin se levantó de la mesa, con tales náuseas que no podía ni mirar la comida que quedaba sobre la mesa. Fue hasta su estudio sin ver siquiera por dónde iba, y dio un portazo tras de sí. Abrió el mueble bar que tenía allí y sacó una botella de whisky.

«No», se dijo a sí mismo, «no, ésa no es la respuesta». Se quedó mirando un buen rato la botella y el vaso en su mano.

-¿Y por qué no? -masculló irritado, sirviéndose un trago.

A Hidden History (justin y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora