Capitulo 36

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Se apartó un poco, puso las manos en las mejillas de ______, y la besó con ternura en la frente y los párpados. Después, tomó una de las manos de ella, y la puso sobre su pecho.

-¿Puedes sentir los latidos de mi corazón? -le preguntó con voz ronca.

-Sí -asintió ella quedamente-. Late... muy aprisa.

Justin puso la palma de su otra mano encima del seno izquierdo de la joven.

-El tuyo también -murmuró-. Acércate más a mí, ______ -susurraron sus labios, a escasos centímetros de los de ella-, quiero sentir tus piernas contra las mías.

-Pero, Justin, el otro día dijiste que... -comenzó ella.

-Lo sé.

______ se adelantó, y contuvo el aliento al entrar en contacto con la parte más íntima de la anatomía de Justin.

-No te apartes -le dijo él-. No me importa que notes lo excitado que estoy. Ya no me importa...

______ subió las manos al fornido pecho, sintiendo un agradable cosquilleo al hacerlo.

-Acaríciame -le dijo Justin, tirando de sus labios con los suyos-. Vuélveme loco.

______ deslizó las palmas de sus manos extasiada por la vasta superficie, y observó cómo los ojos de Justin se oscurecían de placer.

-¿Te gusta? -le preguntó extasiada.

-Me gusta muchísimo -murmuró él frotando su nariz contra la de ella. El silencio en la habitación se veía roto sólo por los susurros y la respiración entrecortada de ambos-, pero me gustaría todavía más si no hubiera ninguna prenda entre nosotros.

______ se dijo que debía estar loca, pero introdujo las manos por debajo de su camiseta hasta encontrar el enganché del sujetador y lo desabrochó mientras respondía a los lánguidos besos de Justin. Sin pensarlo, se sacó la camiseta, y de pronto sintió sus senos desnudos contra la densa mata de vello del húmedo pecho masculino.

-¡Dios...! -jadeó él excitado, poniéndose rígido.

______ se quedó muy quieta, y sus ojos buscaron los de él. A Justin le temblaban las manos cuando volvió a colocarlas en sus mejillas para alzar su rostro.

-Abre la boca -murmuró contra sus labios.

En los turbulentos minutos que siguieron, las manos y bocas de ambos iniciaron una actividad frenética, que no parecía ser capaz de extinguir el deseo que los consumía. Sus cuerpos se frotaban, pero aun así no era suficiente, y ______ se lo dijo así a Justin en un suspiro tembloroso mientras él devoraba sus labios.

-Sólo hay un modo de que estemos lo suficientemente cerca el uno del otro como para satisfacernos por completo -le dijo Justin con voz ronca-, y tú sabes cuál es.

-Sí, lo sé... -jadeó ella. Sus brazos rodearon la espalda desnuda del ranchero, e hincó sus dedos en ella-. ¡Justin!

Él la había levantado de repente en sus brazos, y estaba mirándola con un brillo fascinante en sus ojos claros, formulando una pregunta para la que no hacían falta palabras.

______ hundió el rostro en su cuello sudoroso y se aferró a él temblorosa.

Hiciera lo que hiciera Justin, estaría bien. Si él no quería comprometerse, sí podría tener un recuerdo de lo hermoso que podría haber sido.

-Dame al menos un hijo, Justin... -le rogó angustiada-. Dame eso si no puedo tener otra cosa...

El enmudeció. Miró a la hermosa joven a la que sus fuertes brazos sostenían, y sus palabras le llegaron al corazón.

-¡______! -murmuró.

Ella abrió los ojos y lo miró implorante.

-¿Es algo tan extraordinario? -inquirió-. Ya sé que no quieres ataduras, y no te pediré nada, si es que es eso lo que te preocupa.

Justin, incapaz de articular palabra, la abrazó contra su pecho y la acunó.

-Oh, Justin, ¿no te gustaría tener un hijo? -insistió ella-. Cuidaría tan bien de él, y tú podrías venir a verlo cuando quisieras...

El cerró los ojos, dejando escapar un gruñido, y por un instante la fuerza de sus manos la lastimó. ______ se mordió el labio inferior. Probablemente

Justin sentía lástima por ella al verla humillarse de esa manera y no sabía qué hacer.

______ se obligó a respirar lentamente, en un esfuerzo por controlar los acelerados latidos de su corazón. ¿Cómo podría volver a mirarlo a la cara después de lo que le acababa de decir? ¿Por qué insistía en humillarse, en ponerse en ridículo? ¿Cuándo iba a aprender?

-Bájame, Justin, por favor -le dijo con la poca dignidad que le quedaba.

Sin embargo, para su sorpresa, Justin besó sus párpados y sus mejillas, húmedas por las lágrimas que rodaban por ellas, y no la dejó en el suelo, sino que la llevó hasta el sofá donde había estado sentado, y la depositó con cuidado en él, como si fuera el más preciado de los tesoros.

-¿Justin? -lo llamó anonadada.

El se inclinó, buscando sus labios, y se posaron sobre los de ella en un beso casi desesperado. ______ subió la mano hasta su rostro, y al acariciar la curtida mejilla, la notaron húmeda: ¿estaba... llorando? Abrió los ojos sorprendida y despegó sus labios de los de él, apartándose un poco para poder ver su rostro.
En efecto, no sólo la mejilla de Justin estaba húmeda, sino también sus ojos, y, al contrario de lo que habrían hecho otros hombres, la miró sin avergonzarse en modo alguno por mostrar tan abiertamente sus sentimientos.

-Échate hacia atrás -le dijo.

______ lo hizo, y él trazó con sus manos la curvatura de sus senos desnudos, explorándolos en silencio. Se inclinó entonces sobre ella, y con exquisita ternura deslizó sus labios a lo largo de la cicatriz. Frotó el endurecido pezón con la punta de su nariz, y después lo mordisqueó y lamió delicadamente hasta hacerla gemir.
Justin pasó una mano por detrás de su espalda, y la arqueó hacia sus ardorosos labios.

-Probablemente no seré tan fértil como un hombre joven -farfulló-. No lo conseguiremos a la primera.

Y ______ se estremeció de placer al comprender el significado de sus palabras. Los labios de Justin descendieron entre sus senos, y fueron imprimiendo besos por su estómago, hasta alcanzar la cintura, zona a la que prodigó sus atenciones durante largo rato.

Cuando finalmente levantó la cabeza para tomar aliento, se tumbó en el sofá con una exhausta ______ entre sus brazos. Sus piernas se entrelazaron íntimamente, pero de un modo tan natural, que parecía que hubieran yacido
juntos toda su vida.

Ella tenía la cabeza apoyada en el pecho del ranchero, escuchando los acompasados latidos de su corazón.

-¿Por qué has parado? -inquirió soñolienta.

La mano de Justin la acarició lentamente desde la nuca hasta el hueco de la espalda.

-Porque no voy a dejarte embarazada hasta que nos casemos -murmuró.

A Hidden History (justin y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora