Capítulo XVII.

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Cuando vi que Akira me miraba, simplemente recordé a Sasuke.
Recordé su mirada profunda y oscura, aquellos ojos onix eran simplemente hermosos, su cabello, azabache que me recordaba a la noche, su piel blanca como la luna, su boca, esa boca que cuando sonreía derretía a cualquier chica. Su actitud misteriosa siempre me había gustado, al igual que a otras 50 chicas en la academia. Pero nunca comprendí lo que Sasuke representaba, nunca traté de entenderlo y fui egoísta al pensar en traerlo de regreso a Konoha, por que sólo pensaba en aquello que yo quería, y nunca lo apoyé, nunca confíe en el.

Después de pensar en eso, miré a Akira, él no era Sasuke, y eso me hacía sufrir, por que sabía que aún quedaba historia entre nosotros dos, aunque no fuera amor, incluso cariño, al menos estoy segura que la tendremos como miembros del equipo 7, como compañeros de trabajo, o incluso como viejos conocidos que solo se saludan de vez en cuando por la calle.

Dentro, en mi interior, algo gritaba y pataleaba, me decía que debía hacer algo para salir de allí. Mi subconsciente me obligaba a quedarme, era una buena opción para dejar que el amor de mi vida encontrase al amor de su vida. Dejar que una chica fuerte y decidida estuviera a su lado. Una chica que lo comprendiera y apoyara en todo. Una buena esposa.

Pero mi corazón se resistía a aquella idea. Mi corazón me decía que debía seguir luchando, luchar por mi libertad y convertirme en esa mujer para él. Esa mujer que él necesitaba.

Tenía un gran conflicto dentro de mí. Pero entonces lo entendí, pues aún cuando no estuviera con Sasuke, yo sería libre de elegir con quién compartir mi vida. Podía elegir con quién casarme.

Y Akira no era una opción.

- No quiero hacer esto - retrocedí unos pasos - Déjame ir, necesito salir de aquí.
- Me temo que eso no será posible, querida.

Reuní todas mis fuerzas y le lancé un golpe a la cara, intentando provocar algún daño. Pero mi rapidez no fue suficiente y mi puño lento solo fue detenido por la mano de Akira, quien me había tomado de la muñeca, y su agarre era tan fuerte que dolía.

- Recuerda que ahora eres débil - me sujeto por la cintura con fuerza - No deberías de luchar, de todas formas no saldrás de aquí.

Sentía como la rabia crecía en mi garganta y en mi pecho, pero no podía moverme, no podía golpearlo, no podía hacer nada. Era una completa inútil de nuevo. Bajé la cabeza y comence a apretar los dientes, pues en ese momento Akira estaba riendo, como si ya hubiera ganado. Y yo no se lo iba a permitir.

- Probablemente mi fuerza no sea suficiente, pero eso no significa que sea débil, y ten por seguro que esta noche seguiré estando soltera.

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- Muy bien, ahora que todos conocen el plan, trabajaremos juntos para rescatar a su compañera y habrá que rezar para que detengamos el plan de Akira.

Misaki hablaba con determinación, estaba decidida a detener a quien ella se dirigía como amo.

- Vamos de una vez - la voz del rubio sonaba desesperada - quiero patearle el trasero a ese idiota.

Los tres asistieron y decididos tomaron su papel. Sasuke y Misaki se separaron del grupo, su trabajo era el de entrar sigilosamente para rescatar a Sakura en el menor tiempo posible.

Cuando estuvieron completamente solos, Misaki no pudo contener su curiosidad.

- ¿Por que es que estás tan decidido a rescatarla?
- Es mi compañera - mintió sin siquiera mirar a la chica - somos un equipo y no debemos dejarla atrás.
- ¿Es sólo eso? ¿Una compañera más?
El azabache comenzó a desesperarse. Pero seguía sin mirarla. Estaban parados junto a un pasillo que no estaba lejos de la habitación donde se suponía que estaba Sakura.

- Se que no confías en mí - Misaki parecía avergonzada - creo que si yo fuera tú, tampoco lo haría, es difícil encontrar a alguien en quien confiar.

La chica guardó silencio un momento, esperando a que Sasuke dijera algo, pero este no lo hizo, entonces y después de un incómodo silencio, la chica volvió a hablar.

- ¿Sabes? - en su rostro se dibujó una sonrisa - se nota que no es una simple compañera - Sasuke vigilaba el pasillo, esperando alguna señal - eres demasiado orgulloso para aceptarlo, pero tu mirada no miente.

- No tengo idea de lo que estás hablando - sus ojos seguían en el pasillo, mas no estaba poniendo la más mínima atención, pues el oji-negro comenzaba a tener un leve sonrojo - Además ese no es asunto tuyo.

La evasiva del chico solo demostraba una cosa, aquella chica peli-rosa no era simplemente una compañera, sino que se trataba de alguien muy especial para él.

- En eso tienes razón - una sonrisa triunfante apareció en su rostro - Nada de eso me importa - la sonrisa fue apagándose - el amor en sí, no me importa.

Un suspiro salio de su boca, y con el la chica parecía triste, abatida.

- No es que no crea en él, pero con todo lo que ha pasado... - miró al suelo, con dolor en las pupilas -Si de verdad la quieres, lucha por ella.

Desconcertado, Sasuke la miró, tratando de descifrar aquella frase, pero le fue imposible, pues aquella frase solo significaba una sola cosa.

Luchar.

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Akira me había sujetado por la muñeca, y su agarre era fuerte, haciendo que el dolor corriera por mi brazo.

- Está claro que no comprendes el asunto - soltó mi mano y se dio la vuelta - ¿Por qué habrías de rehusarte a casarte conmigo? - una pequeña risa salió de su boca - ¿No te has dado cuenta de todo lo que te puedo ofrecer? - volvió a mirarme, pero esta vez sus ojos no tenían nada malo en ellos - Tendrías riqueza, poder, amor, una familia llena de tranquilidad, serías una excelente reina.

Aquellas palabras no significaron nada para mí, pues no podría casarme con él.

- Eso no importa - mis ojos seguían llenos de lágrimas - no mientras no este con alguien a quien ame de verdad.

- Amor - llevó una mano a sus labios - Eso es simplemente una ilusión en la que algunos se aferran a creer, pero en realidad no existe.

Se sentó y enlazó los dedos.

- ¿Así que estás enamorada?
- Sí - había tomado una decisión - y quiero que sea feliz, aunque no sea conmigo.

Después de decir aquello, me miró, pero su expresión era una mezcla de varios sentimientos, fue ahí cuando comprendí que el también estaba enamorado. El también había querido a alguien a tal grado de renunciar a ella.

Odio, dolor, decepción, tristeza, satisfacción, eso reflejaban sus ojos.

- Sabes muy bien a lo que me refiero.
Me miró, pero esta vez, su mirada era fría.
- Lo único que sé, es que vas a casarte conmigo en este momento.

En un rápido movimiento, Akira estaba parado delante mío, sus ojos volvieron al estado de tristeza, no logré reaccionar hasta que me di cuenta que sus labios estaban unidos a los mios.

Akira estaba besándome.

Una Última Oportunidad.   (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora