Capítulo IIl. Una Despedida, Un Comienzo

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Sentí que su disculpa era de corazón, era una verdadera disculpa sin superficialidad alguna. En el fondo, era como un sueño, era como si algo en todo eso no encajara del todo, pero mi cerebro me aseguraba que todo eso era verdad.
- Sasuke-kun. ¿Esto... esto es real?
- Sí, es real
- ¿En serio?
- Sakura, créeme cuando te digo que esto es real, no me hagas enfadar.
- Lo... Lo siento.
- ¿Que haces aquí?
- Solamente llegué aquí por casualidad. ¿Y tu?
- Recordaba, algunas cosas sobre esta vieja academia.

Hubo un largo silencio y nos miramos por un minuto. Había tanto que quería decirle y mi garganta estaba atascada, las palabras no salían y eso hacía sentirme incómoda.

- ¿Sasuke?
- Hummm.

Giró a verme y de pronto me di cuenta de que sus ojos, en contraste con el atardecer, eran sumamente bellos, grandes y oscuros. Y ese mismo pensamiento fue el que me trajo de vuelta a la realidad. Era tarde y tenía que regresar a casa.

- Me tengo que ir - me di la media vuelta y caminé un par de pasos - buenas noches, Sasuke.

De pronto sentí que algo me detenía, y estaba sujetándose a mi brazo derecho. Eran sus manos, deteniendo mi huida.

- No te vayas. Ahora no.

No comprendía lo que estaba pidiéndome, pues ese no era el estilo del Uchiha.

- ¿Porqué?
- Simplemente no quiero, ¿puedes hacerlo?
- Yo... Yo no sé , Sasuke-kun.
- Quiero hablar contigo, crees que yo, ¿Crees que pueda invitarte a cenar?

Me quedé helada, ¿este era de verdad Sasuke?, ¿era el mismo Sasuke que intentó destruir Konoha?
No parecía serlo, y eso me desconcertaba bastante. Más aún porque nunca había sido tan amable conmigo, es más, nunca había visto que él fuera amable con nadie. Asentí con la cabeza a su petición, esperando que no fuera alguien más usando el jutsu de transformación, alguien que quisiera engañarme.
Comenzamos a caminar, con paso lento, y nos dirigimos a Yaquiniku, de pronto comenzó a hablar.
- Sakura, escucha, no soy muy bueno en esto, y la verdad es que ni siquiera sé que decir - puso una mano en su cintura y la otra la puso en su cuello, parecía algo tenso - sabes bien que no hablo mucho, pero quiero contarte algunas cosas. Primero es que la vieja Tsunade me hizo parte de Anbu
- ¿Anbu? - Dije de verdad sorprendida - ¿Ella te unió?
- La verdad es que a mi no me agrada mucho la idea, pero ella me dijo que sólo será por un tiempo, mientras se convence de que no soy más una amenaza para la aldea. Por eso accedí.
- Entiendo, pero, ¿por cuanto tiempo crees que sea?
- Espero que no mucho. Pero eso es lo de menos, hay otras cosas.
- ¿Cómo qué?
- Bueno, pues, como que mi primera misión es en la aldea de la nube, me iré mañana por la mañana. Junto con Kakashi y ese tal Sai. No sé cuanto dure la misión, y no se siquiera que debo hacer. Pero creo que lograré soportarlo, además, la vieja selló mi Chakra, por lo que ahora sólo uso taijutsu. Estoy prácticamente indefenso.
Aunque comprendí inmediatamente todas sus palabras, había algo que no lograba capturar.

- Humm, entiendo, pero, ¿por que me dices todo esto a mi?

Llegamos al restaurante y me miró, indeciso de lo que iba a decir, entramos y al pedir una mesa y susurró:
- Eso es algo que yo también quiero saber.
Me deslice en el sillón, y el se sentó al lado mío y no enfrente, cómo yo esperaba. El estar tan cerca de él, me hacía estremecer, hacía mucho tiempo que no sentia esa cercanía, prácticamente desde que éramos el equipo 7 en los exámenes chunnin.
La mesera nos atendió y ordené solamente un té, ya que no tenía nada de hambre, como siempre, sólo que esta vez, era por la emoción de estar con él.

- Quisiera preguntarte algo - abrí los ojos de par en par - ¿Por que me esperaste todo este tiempo?

Su pregunta me tomó por sorpresa, y la verdad es que no supe que contestar, pues esa pregunta, me la había hecho yo misma hace no mucho tiempo, sin haber encontrado respuesta alguna.

- Si te digo la verdad, es que ni yo misma lo sé - desconcertado, asintió y pude ver en sus ojos un atisbo de desilusión, pues esa no era la respuesta que el esperaba, pero después continúe - nunca logré saber el porqué te he estado esperando, nunca hubo una razón en concreto, y no la necesito. Sólo sabía que debía hacerlo, sin ningún motivo o razón, eso era lo único que necesitaba. Era lo que necesitaba mi corazón. Con eso me bastó.

Al principio no comprendía lo que le dije, pero poco a poco se formó una curva en sus labios, haciendo una pequeña sonrisa. También sonreí y el aire se volvió más ligero. Ése era Sasuke, ese era el Sasuke del que me enamoré. Éste, el original, mostraba rasgos de un chico de mi edad, con ojos dulces, y una sonrisa infantil.
- Gracias, de verdad.
Mis mejillas se pusieron calientes, y de pronto nuestro momento se vió arruinado, pues la mesera trajo lo que habíamos ordenado.
- Bien... pues... entonces... ahora, el fastidioso de Naruto me ha dicho que no comes y veo que es verdad.
- Ahh, esto, simplemente no tengo hambre.
- No quiero que te enfermes.
- No te preocupes, estaré bien...
- No es una pregunta, es una orden.

Y ahí estaba de nuevo, el Sasuke controlador, mandón y odioso de siempre, por un lado, me alegaba ver que estaba bien, pero por otro, deseaba que no fuera así siempre.

- ¿Puedo pedir un último favor? - asentí - Quiero que cuando vuelva de la misión, estés ahí para mí. Sé que suena muy egoísta, pero quiero estar seguro.
- ¿Seguro de que?
- De que seguirás esperando sin ninguna razón.
- Creo que ya hay una razón.
- ¿Cual es?
- La razón es... La razón eres tú.

Sonrió ampliamente, haciéndome la más feliz en toda la aldea. Así terminé mi té, siendo el mejor que haya probado en toda mi vida.

Me acompañó hasta mi casa y no hablamos mucho, pues para mí las palabras sobraban en ese momento. Simplemente tocamos temas sobre nuestros compañeros shinobi, Naruto, Ino, Shikamaru, etc. Pero fueron temas vagos. Al llegar a mi casa, me detuvo antes de entrar.

- Sakura... - Me tomó por la cintura, y me rodeó con sus brazos, mis labios estaban muy cerca de los suyos y nuestras respiraciones agitadas se fundieron en una sola, instintivamente le rodee el cuello con mis manos, lo mire a los ojos, esperando que terminara la frase - buenas noches.

Me besó la frente y desapareció en la negra noche.

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Muchas gracias por leer, espero poder hacer más largos los capítulos, puesto que ya estaré de vacaciones y por un rato me dedicaré de lleno a esto. Si quieren agregar o quitar algo avisenme y lo revisaré. Sus comentarios y votos son muy importantes para mi, así que dejenlos aquí abajito.
Les mando un saludo y les recuerdo que los quiero.
PD. No olviden pasarse por mi otra historia Nacer, Saga Fénix. Está igual de interesante que esta.

:*

Una Última Oportunidad.   (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora