CAPÍTULO 5: DÍA EN EL ZOOLÓGICO

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Capítulo 5: Día en el zoológico.

Pov Edward

El hermano y la cuñada de Bella eran geniales, me lo había pasado en grande con ellos cenando, en el cine y... después con el asunto de la mecedora y la lámpara.

No me extrañaba ni un poco el especial cariño que mi hermana sentía por Bella, ella era sencillamente genial en todo lo que hacía, fresca, genuina, sincera, sencilla, siempre lograba sorprenderme con algo, cada vez tenía más claro que ella era sin duda lo que yo buscaba y cada vez estaba más seguro de que había hecho lo correcto al venir a conocerla.

El incidente de la mecedora había sido magnifico. ¿Dos mujeres hechas y derechas aterrorizadas por una simple película...? en fin sencillamente extraordinario. Pero lo que me había llegado al alma fue su encantador detalle de no despertarme porque me veía según ella, muy mono durmiendo. La manera en que había conseguido quitarle el miedo me había encantado. Rogaba porque tuviera siempre mucho miedo y yo pudiera estar ahí para quitárselo.

Emmett era igual que mi tío Aro y no me costó ni un segundo hacerme a él y a sus bromas. Pareciera que nos conocíamos de toda la vida, quizás también fuera porque Alice me había hablado de ellos.

Rosalie era una mezcla entre Alice y Bella. Se la veía una mujer fuerte, con carácter, dura y capaz, pero a la vez tierna, dulce, cariñosa y, sobre todo, fiel y muy buena amiga de sus amigos entre los que esperaba encontrarme. Se notaba que adoraba a Emmett y a su hermana. Según me había contado Bella ella era huérfana de padre y madre y siempre había estado sola hasta que los conoció. En pocas palabras una mujer que se había hecho a sí misma, luchando ella sola contra la vida.

Estábamos en la habitación del hotel recogiendo mis cosas. Emmett se había ofrecido a acompañarme, poniendo a mi disposición un fabuloso jeep de su propiedad. Tendría que ver la manera de alquilar o comprarme un coche, aunque Bella me había ofrecido su volvo azul qué casualidad ¿no? los dos teníamos el mismo gusto por los coches.

Mi móvil sonó sacándome de mis pensamientos, miré el visor, diablo numero 3, y me dio miedo, mucho miedo. Bella ya me había contado que Irina le dijo por el msn que tenía una idea, y ¡Dios que pavor me daba! Hablé con ella un momento por teléfono y...bueno he de reconocer que había tenido una gran idea con la que nos evitaba tener que despedir a Black y que este nos metiera en problemas legales. Ahora a ver que les parecía al resto del Consejo de Administración ya que el mercado español, al igual que todos los mercados, estaba bastante mal y no era buen momento, pero Irina era Irina.

Esme, Aro, Alice, y Kate seguro que votaban que sí, esperaba que mi padre también lo hiciera ya que como Presidente tenía el poder de votar en el nombre de cualquiera que estuviera ausente y en este caso ese era yo. Esperaba que por lo menos votara sí por mí. Irina estaba claro lo que iba a hacer, pero mi tío Cayo no sé yo y mi madre seguro que se oponía. Pero Irina tenía mucha labia y estaba convencido de que seguro que pondría de nuestra parte a los otros dos miembros del Consejo de Administración, Jane y Alec. Ellos eran primos de Aro, Cayo , Esme y mi madre, hijos de un hermano de mi abuelo y a los que no sabía aun como catalogar, eran.... la extraña pareja.

Colgué el teléfono y me fijé en la cara de interrogación de Emmett al ver el nombre del visor así que me puse a explicar por segunda vez en poco tiempo la historia del cuarteto, de la Madrastra y de Cruella.

—¡Madre mía, otras tres mas como Alice!, desde luego tú no te aburres. Y eso que todavía no conoces a Renée Swan, espera a conocerla y verás, seguro que añades un diablo más a la lista. Mi padre a veces se desespera con ella y sus locas ideas. El caso es que tu hermana ya nos habló de ellas y también de la plasta esa que no te deja en paz pero nunca nos dio tanta información.

UNA CITA CASI A CIEGASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora