Y aquí estaba yo, dentro de un supermercado comprando algunas golosinas que Tae me pedía, sé que odiaba la comida de hospital pero ¿mandarme al mercado a comprarle golosinas?
En fin, y a todo esto, hoy es el último día que Tae estaría en el hospital y eso me pone bastante feliz.
—¡Gracias! —Agradecí a la anciana que me atendió, con una enorme sonrisa que he contagiado a la mujer,
—Por nada, hijo, vaya con cuidado —me respondió la mujer con una enorme sonrisa.
El día pinta bastante bueno.
Corrí unas cuantas cuadras hacia el hospital, miré la hora, diez en punto de la mañana, el sol estaba cálido pero el aire congelaba, estábamos a muy poco de llegar a octubre y con ello venia el otoño, ferias y parques de diversiones serian abiertos en esta temporada... Quizás podría ir con Tae a la feria y tener una... eh ¡ah! Mi cara se siente caliente, definitivamente el amor me sienta muy cursi y puedo llegar a ser empalagoso.
Pero la idea ronda mi cabeza por bastante tiempo, seria bastante divertido verlo revolotear de emoción,tomando mi mano y jalándome a subirme a juegos mecánicos que amenazan con sacarme más de un grito de susto y desequilibrar mi bienestar cardíaco.
Dejé de correr para darme un respiro, mi sonrisa no se borraba, las sonrisas y miradas suyas atacan mi cabeza, su sonrisa y sus ojos son lo único que quiero ver, ese brillo que hace palpitar mi corazón, por fin podría expresarle todo y, quizás...
¡Mucha miel!
Me obligué a mí mismo dejar de parecer un bobo con tremenda cara de idiota, me incorporé para seguir mi camino. En él me encontré saludando a algunas enfermeras que se habían encargado de Tae, llegué al elevador mirando de nuevo la hora, diez con ocho minutos, Taehyung debía estar hablando con sus padres, con este... eh, accidente, sus padres lo llamaban a cada cierta hora, a veces él me decía que saludara pero luego yo negaba tapándome el rostro por alta pena que sentía, a lo que a Tae le hacía gracia mis expresiones.
Algo importante es que, decidimos mantener esto en secreto de los chicos, solo por ahora, el único que lo sabe es Jimin, quien me acosaba con su ceja subiendo y bajando repetidamente y su sonrisa de "I know you know I know". Suga, ¿qué puedo decir?, él solo se reserva a saber que estamos bien, no quiere saber más. Y por mi está bien, de verdad, no quiero que esto incomode a nadie.
El elevador llega a mi destino y sonrió quitándome los lentes negros y poniéndome la gorra hacia atrás, aquí no importaba tanto quien era, nadie me reconocía. Caminé un poco hasta llegar a la puerta, iba a abrirla cuando los gritos de una chica me sacaron de mis pensamientos, indagué el lugar hacia encontrar el lugar de donde provenían los gritos, recorrí hasta el final del pasillo y ahí había una chica rubia y con los ojos llenos de delineador negro escurrido, junto a ella había dos hombres tomándolas de los brazos y frente un doctor.
—¡Basta, Corín! —El chico más joven que la sostenía, la sostuvo más agresivamente—¡Estás enferma!
—¡No lo estoy! ¡Soy libre de amar a quien yo quiera! —Gritó de nuevo, yo estaba escondido y pensando en irme cuando la chica continua gritando— ¡Yo la amo y ustedes no son nadie para decirme a quien amar! —Un golpe en el rostro de la chica me congeló.
—Eres una enferma, no deberías hablar así ¿amar a una mujer?, ¿estás loca? Tú no eres una abominación, ¡y no voy a permitir que mi hija sea una enferma! —La voz de una mujer que había llegado y golpeado a la chica, lloraba mirando a su hija.
¿Qué demonios?
Pegué mi espalda a la pared confundido, aquí, ser gay es sinónimo de estar fallándole a la nación entera y lo entendía, hasta hace poco yo me sentía así. Ahora que lo pienso... ¿Qué dirían mis padres si les digo que me gusta un chico? ¡Me desheredan! ¡Me sacarían a patadas! Mi familia es tan moral y religiosa que posiblemente me harían lo mismo que a esta chica.
Agacho la cabeza borrando toda emoción de mi rostro, a eso le temía, estar enamorado significaba sacrificar cosas, lo entiendo pero, yo no puedo fallarle a mis padres y, esto, no lo sé...
De nuevo dudo... ¡Agh!
¿De qué sirve amar si te dirán que es prohibido? Comprendo los prejuicios, seguro que sí, pero no estoy preparado para sentir el rechazo en carne propia.
El destino para aquella chica luce bastante sombrío y triste, incluso me han dado ganas de reventarle la cara a esos tipos que la sujetan como si fuera un animal más no me muevo de mi lugar ya que eso no es de mi incumbencia.
—¿Hope? —Me había distraído tanto que no lo noté, Taehyung estaba parado frente a mí, subí la mirada y él me sonrió y yo también lo hice, levanté mis brazos y él se lanzó a mí, abrazándome.
Él lo valía, valía perderlo todo.
—¿Qué pasa? —subió su rostro pero no lo dejé, mantuve mi rostro en su cabello pensando en lo que quería, yo lo quiero, lo amo pero las cosas ahora no son muy claras para mí— ¿Hope?
Necesito un poco de tiempo, pensarlo bien y prepararme a mí mismo para cuando tenga que decirlo en voz alta, con orgullo y completamente seguro que podré amortiguar todo lo que posiblemente pase con un solo beso suyo porque sí, solo es él, nadie más.
Porque con Taehyung he encontrado respuestas a muchas dudas que han habido en mi adolescencia, e incluso ahora que soy mayor, ahora entiendo porque las chicas nunca fueron mi fuerte y los chicos solo los encontraba ''bien''.
Puede que realmente no esté definida mi sexualidad pero definitivamente solo es él, el único quien puede mover en mi cada fibra de mi ser con una simple sonrisa.
—Nada, está todo bien —mi voz sonaba dudosa pero él no dijo más, solo me abrazó más fuerte—. Te traje esto —levanté la bolsa blanca que tenía en la mano.
—¡Mío! —Tomó la bolsa y la apegó a él— Gracias —se puso a hurgar la bolsa mientras yo lo veía, se miraba bastante entretenido mirando lo que había traído—. ¿Qué tanto me miras? De seguro piensas que soy infantil —arrugó la nariz e infló los cachetes.
—¿Infantil? Para nada, ¿tierno? Por mucho —enfaticé mi sonrisa, mirando como sé tapaba la cara.
Cuando iba a abrazarlo y robarle un beso, de reojo miré pasar a la chica rubia de hace un momento, llorando y siendo tomada de los hombros, me detuve, no pude hacerlo.
—¿La conoces? —Volví a verlo, negué para luego pasar mi mano por mi nuca, de verdad que soy un idiota.
—Vamos —pasé mi brazo por sus hombros, acerqué mi rostro a su cara y le sonreí.
En cuanto salimos del pasillo, recordé donde estábamos, había olvidado que hoy es dado de alta, me detuve a verlo, tenía ropa normal y no esa enorme bata de hospital, lo miré dudoso.
—¿Hasta ahorita te das cuenta que ya he sido dado de alta? ¡Bobo!
—Te quedaba mejor el vestidito —bromeé.
—¡Que no era un vestido! —Me reprocho y no pude evitar reír.
-Sí, sí, lo que diga, señorita—explote en risas mientras el golpeaba mi hombro— ¡Auh! jajaja ¡oye!
En la entrada estaba esperándonos los chicos, estaban bromeando entre ellos, en cuanto miraron a Tae, corrieron a abrazarlo y a cargarlo, todos estábamos muy felices, el ambiente era bueno ¿qué más podía pedir? Aunque pensándolo bien...
Si pudiera pedir algo, desearía que esto sea una realidad que nunca acabe, poder verlos felices a todos, ver la felicidad que desprende Taehyung y yo ser la razón de esas sonrisas es más que suficiente para mí. Solo quiero que todo esté bien pero sé que esto será difícil.
—¿Comida? ¿Alguien por favor quiere pensar en la comida? —Exclamó Kook quien estaba hasta atrás de todos.
—Tú solo piensas en tragar —contestó Suga.
Todos nos reímos de eso, subimos a la camioneta entre empujones y codazos pues todos queríamos estar aún lado de Tae.
Atrás, perros, es mío.
Cabe resaltar que fue un día bastante bueno, comimos, jugueteamos y perdimos el tiempo, regresamos el tiempo a nuestros inicios como trainees y fue excelente pero lo que más me gusto es como tuvimos Tae y yo nuestras manos unidas bajo la mesa todo el tiempo.
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¿AMIGOS? ; VH
FanfictionHay cosas que nunca se podrán controlar, como enamórate. Tan espontáneo y sin prejuicios, solo que... la sociedad sí los tiene y obliga al hombre a seguir sus normas. Hoseok y TaeHyung descubren con el tiempo que los prejuicios marcados por la so...