5- " Malditas Verdades"

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Bella POV...
-Te juro, que después de lo que me
has dicho, ya no soy capaz de
sentir dolor por cualquier cosa que
fueras capaz de hacerme en busca
de venganza... me importa un
bledo lo que me pase porque tú
convertiste mi vida en una
mierda... así que tú deja de ser el
cobarde y mátame de un maldita
vez...- quedé jadeante después de
que dije eso y lo reté con la
mirada a que continuara, hubo un
momento de silencio y lo vi
sostener el arma en sus manos
apuntándome directamente al
centro de mi pecho, tragué en
seco y me prometí no llorar, mis
quijada estaba tensa y mi cuerpo
solo se preparaba para recibir el
mortal impacto, el cual... nunca
llegó.
-aún te falta sufrir mucho...-
sentenció y se guardo el revolver
en su chaqueta...- y si piensas que
no puedes sentir dolor, estas muy
equivocada...- se acercó a mí en
tan solo una zancada y me cogió
del brazo, presionando con fuerza,
sabía que me hacía daño y yo
terminé haciendo un gesto de
dolor...- ¿Cómo le llamas a eso?
¿Placer? Se llama dolor Isabella...
y eso no es nada a lo que yo
sentí...
-eres un cobarde....- siseé
destilando rabia por cada letra...
-y tu una maldita puta a la que
solo utilizare para eso...
-me das asco...- dije con el mismo
tono de voz que antes y ahora
colocó su mano libre en mi nuca,
acercándome a él hasta que
nuestros alientos comenzaban a
mezclarse...
-¿asco? ¿Esto te da asco?- siseó
y chocó sus labios con los míos de
forma urgente, intenté no
responderle y comencé a
forcejear...- dime que no te
gusta...
-n...no...- murmuré a duras penas
y volvió a atacar mis labios... mi
espalda chocó con el respaldo del
sofá y eso solo hizo que Edward
me apretará más entre él y el
mueble, yo seguía intentando
alejarlo pero mis fuerzas no eran
nada comparado con las suyas,
¿Por qué demonios me hacía esto?
¿Por qué le gustaba provocarme y
utilizarme como una simple
prostituta? ¿Acaso Jacob había
hecho esto con su mujer? ¿La
había usado como a mí? el solo
pensamiento de mi marido con otra
mujer y sobre todo, el pensar que
la obligaba a hacer cosas que no
quería logró hacerme sacar
lágrimas.
-b...basta...- sollocé...-
¡Suéltame!- chillé y lo empujé,
Edward se hizo hacia atrás y me
miró con rencor...
-¿Qué sucede? ¿Te duele que te
use?
-déjame en paz...- murmuré sin
mirarlo y me alejé de él pero
obviamente me tomó del brazo con
brusquedad para detenerme.
-creí que había quedado muy en
claro que me molestaba que
alguien me ignorara.
-suéltame ya maldita sea...
¡DÉJAME!- mi voz sonó bastante
aguda y él me soltó no sin antes
soltar un gruñido de frustración.-
no quiero seguir aquí...- dije sin
más y él me sonrió con sorna y
burlándose...
-¿de que hablas?
-no quiero dormir contigo, no
quiero compartir nada contigo...
solo... solo quiero...
-¿ser libre? Jamás Isabella,
maldita sea, que entre en tu
cabeza que la única forma en que
vas a salir de aquí es porque te
halla matado por sacarme de
quicio...- me mordí el labio para
ahogar un sollozo que amenazaba
por salir y me abracé el torso,
Edward paseaba de un lado a otro
de su habitación intentando
calmarse.- es tarde ¿no vas a
cenar?- inquirió después de varios
minutos... yo negué...- entonces
ponte otra cosa mientras yo
vuelo.
-¿para que?- pregunté
levantando la mirada por unos
momentos.
-para que me demuestres que
puedes comportarte mejor cuando
te estoy follando y no comportarte
como una maldita perra frígida...-
sus palabras me ofendieron más de
lo que hubiera imaginado y tragué
el seco para no responderle nada,
me levanté del sofá.
-no voy a acostarme contigo...
-¿Qué dices? ¿No me obedeces?
-¡no voy a acostarme contigo! No
voy a dejar que me humilles
usándome solo cuando me
necesitas, si quieres a alguien con
quien pasar la noche consíguete a
una puta y haz con ella todo lo
que tu novia dejaba que le
hicieras, yo no soy igual, ¿Qué
mas quieres de mí? me tienes
encerrada, amenazada, te
acostaste conmigo para hacerte
sentir más hombre... ya no tengo
nada más que darte...
-me vas a obedecer Bella...
-¿o si no que? ¿Me vas a golpear?
¿Me vas a dejar aquí en esta
habitación? O vas a impedir que
hable con Emmet, con la única
persona que demuestra algo de
respeto por mí... ¿Por qué
demonios te molesta que este con
él? Oh ya se, tal vez sea porque tu
no llegas ni a ser la mitad de
hombre de lo que él es, porque no
sabes lo que es respetar a un
mujer, tal vez Tanya fue muy
afortunada al haber muerto que
estar soportando estar con un
maldito imbécil como lo eres ¡tú!-
como muchas veces antes, mi
mejilla ardió por el dolor y yo me
tambaleé hacia un lado por el
golpe, cerré los ojos con fuerza y
preferí no pensar en la maldita
humillación que tenía sobre mis
hombros.
-jamás la menciones... jamás
menciones su nombre, mucho
menos sabiendo que fue tu marido
el que acabo con su vida
¿comprendes?- caminé hacia el
baño sin verlo...- Bella...- me
llamó...- ¡ISABELLA!- cerré la
puerta justo en sus narices y me
recargué en la puerta sintiendo
las vibraciones de ésta gracias a
los golpes que Edward le propinaba
a la madera... cerré los ojos una
vez más y cuando lo abrí solo lo
hice para verme en el espejo que
estaba a mí lado, esta era mi
nueva realidad, mi cabello estaba
desarreglado, mi mejilla
completamente roja y tenía un
moretón en el pómulo de ese mismo
lado, una lágrima corrió por mi
mejilla izquierda y la limpié
rápidamente, no se porque lo hice,
pero gracias a la rabia que sentía,
golpeé mi rostro en el espejo con
mi mano y logré romperlo... sentí
algo caliente deslizarse por mi
muñeca y de no haber bajado la
vista posiblemente habría ignorado
la sangre que salía de la palma de
mi mano.
Edward POV...
Mil veces maldita... estúpida
perra... decía una y otra vez en mi
mente mientras daba golpes una y
otra vez a la puerta intentado
abrirla, después de dos minutos
dejé de hacerlo y me llevé las
manos a la cabeza, me sentía tan
jodidamente hecho mierda, si
antes había tenido un poco de
consideración por esa mujer ahora
ya no existía nada, no desde que
la mencionó a ella...
Tenía ganas de tumbar esa puerta
y sacar a Isabella de allí solo para
demostrarle quien era yo y que
conmigo no se jugaba, pero no
podía hacerlo, la rabia recorría
mis venas haciéndome temblar de
pies a cabeza, caminar de un lado
a otro por la habitación no era de
ninguna ayuda y mucho menos lo
era cuando mi maldita mente
comenzó a jugar entorno a los
eventos de la noche pasada...
¿Qué había pasado? ¿Cómo todo se
había salido de control? Su
cuerpo, su maldito cuerpo me hizo
bajar la guardia, no se si ella se
dio cuenta pero al menos supe que
decir y en que momento...
-Isabella... maldita sea... mil
veces maldita...- siseé antes de
tirar algunas porquerías al suelo
gracias a mi furia...entonces
recordé más, las sensaciones, su
cuerpo, sus gestos... ¿Por qué me
atormentaban esas cosas?... los
sonidos... los jadeos, suspiros...
los gemidos que yo le provocaba...
inclusive después de haber hablado
de más, después de tomarla casi
sin su consentimiento, aún así se
entregó por completo, aún así
sentí su cuerpo deshacerse en mis
brazos, gozando de cada maldita
sensación...
¿Qué había pasado? El recuerdo de
la noche pasada se fue solo para
dar lugar al de esta tarde, ella
con Emmet, mi amigo, mi
cómplice... mi hermano... maldita
sea, ¿Por qué? ¿Por qué sentía
esta maldita rabia solo al pensar
en ese maldito beso?
Salí de la habitación dando un
portazo y bajé las escaleras casi
corriendo, Emmet no estaría en su
habitación ahora, debía estar en el
comedor o en mi despacho.
-Jena ¿Dónde esta Emmet?- le
pregunté a mi sirvienta, ella se
puso pálida en cuando me vio a la
cara.
-es...esta en la sala señor, lleva
un rato allí.- no le contesté y me
fui directo al lugar, Peter
charlaba amenamente con ese tipo
y en cuanto me vio su sonrisa
desapreció para formar un gesto
de seriedad.
-sal de aquí...- le ordené al viejo,
a mi más fiel sirviente.
-claro señor...- murmuró, Emmet
se levantó del asiento y yo solo lo
tomé de la camisa y lo hice chocar
contra la pared, él imitó el
movimiento y también me cogió de
la ropa.
-¿Qué haces?- inquirió con voz
neutra y sin dejar de mirarme a
los ojos.
-¿Qué intentas Emmet?...- le di
un empujón y él parpadeó por el
golpe...- ¿quieres acostarte con
ella? ¿Quieres ayudarla, eso es?
- te estar precipitando como
acostumbras...
-¿Precipitando?- lo solté de
forma abrupta y me hice hacia
atrás...- ¿Por qué la estabas
besando?
-creo que eso es algo que no te
interesa hermano...
-es mi mujer...- no se porque
mierda dije eso de esa forma y él
solo frunció el ceño y ladeó el
rostro de forma perspicaz... si,
acababa de joderme a mí mismo.
-¿tu mujer? ¿El obligarla a
acostarse contigo la hace tu
mujer? ¿El usarla, golpearla y
humillarla la hace pertenecerte?
¿Qué mierda tienes en la cabeza
Edward? ¿Qué esta pasando
contigo maldita sea?- yo no le
contesté simplemente le sostuve la
mirada...- ¿tienes una idea de lo
que le estas provocando? Por
supuesto que no... solo piensas en
ti y en tu maldita venganza.
-sabes muy bien porque lo hago...
-comprende que no es la misma
situación, creí que cuando Tanya
supo la verdad tu te ibas a alejar
de esto, buscarías a la familia y
todo terminaría por las buenas,
Carlisle iba a hablar con Jacob y
todo se arreglaría pero no pasó
así, ok, fue algo malo para ambos
pero igual... después siguió... su
muerte...- me tensé al escuchar
eso, Emmet sabía claramente que
odiaba que mencionara esa
cosa...- pensé que te conocía, me
imaginé que al perder a la mujer
que amabas reconsiderarías las
cosas, irías sin dudar a Australia y
buscarías por todas partes, cielo
mar y tierra a tus padres y a tu
hermana, pero no pasó, te
aferraste a una maldita idea que
solo te esta llevando a la mierda y
solo esta destruyendo la vida de
una mujer inocente... ¿Qué no te
das cuenta? La estas matando
lento... Bella no se merece esto...
no merece lo que le haces...
-cállate...
-¡no Edward! Estoy cansado de
seguir al pie de la letra tus
instrucciones, de matar al que te
plazca porque piensas que todo el
maldito mundo es culpable de la
muerte de Tanya cuando solo hay
uno... uno que es tu maldito
hermano...- terminó gritando, yo
le solté tremendo golpe en la
quijada, el cual me regresó en tan
solo unos segundos...- un cerdo,
un imbécil bastardo es en lo que te
haz convertido...
-¿intentas firmar tu codena de
muerte Emmet?- el imbécil me
respondió con una carcajada.
-eres incapaz de matarme
estúpido... soy lo más cercando a
tu familia... pero te advierto que
si Bella derrama una lagrima más
por ti le vas a pagar muy caro.
-¿Por qué, eh? ¿Te gusta? ¿Te
molesta que yo tenga todo el
derecho sobre ella?
-tu no tienes el derecho de nada
imbécil...- espetó lleno de rabia,
yo sonreí con sorna... por supuesto
que tenía todos los derechos sobre
ella, Isabella era mía y tenía el
derecho de hacer con ella lo que
quisiera...
-es mi mujer... ¿comprendes?
-entonces, si te la das de muy
hombre diciendo que es tu mujer,
trátala como tal y no como una
maldita puta... no me voy a quedar
sentado viendo como la
humillas...- amenazó y yo no hice
más que verlo a los ojos con
rencor, en estos momentos solo
deseaba darle la paliza de su vida
pero conocía muy bien al imbécil,
yo mismo me había encargado de
tratarlo como igual y sabía de los
privilegios que gozaba por ser mi
amigo y mi hermano, el privilegio
de ponerme en mi lugar cuando yo
lo hacia con él...
-maldito imbécil...- siseé y cerré
mis manos en puños a los
costados...- no te quiero ver
cerca de Isabella, si quieres ser su
ángel guardián, confórmate con
saber que ella sigue viva... y si
acaso te gusta... lastima...- me
burlé y sonreí sarcásticamente,
mostrándole que la victoria era
mía otra vez...- me pertenece...-
logré hacer que se enfureciera, y
tal vez en estos momentos él
deseaba dejarme con la cara
sangrando tanto como yo la de él
pero no era capaz de atacarme por
la espalda, subí las escaleras
después de avisarle a Peter que
nadie iba a cenar esta noche, era
obvio, todos en esta casa
teníamos un poco de tensión; eran
apenas las nueve de la noche
cuando estaba entrando a mi
habitación, la cual era un
desastre total, había basura por
todos lados, me refiero a los
restos de cosas que estaban sobre
los buros que yo eché al suelo, la
luz estaba apagada y la puerta del
baño estaba cerrada, caminé hacia
allí pero me detuve cuando vi la
silueta del cuerpo de Bella sobre el
sofá, que estúpido hubiera sido
que ella siguiera allí dentro...
caminé hacia ella...
preguntándome si era bueno
tomarla en brazos y acostarla en
la cama...
Me incliné un poco hacia ella y por
primera vez la observe con
detenimiento, no cegado de rabia
como lo había hecho antes... su
rostro mostraba una paz inmensa,
sus pestañas adornaban
perfectamente sus ojos y las cejas
hacían un marco perfecto, sus
labios estaban entre abiertos por
unos milímetros, rosados y
voluminosos, invitándome a
tocarlos por todo el tiempo que
fuera necesario, sus mejillas
tenían un muy leve color rosa y no
se porque me sentí mal al ver el
pequeño moretón sobre su pómulo,
el que yo mismo le había hecho...
su rostro ladeado hacia que su
cuello se viera completamente
apetecible, sus brazos
descansaban sobre su regazo y el
tener las piernas dobladas hacia el
torso hacia ver más de sus
preciosos y suaves muslos, tragué
en seco cuando recordé esa
sensación, cuando sentí a flor de
piel como sus piernas se ceñían en
mi cintura, el recordar la calidez
de su sexo cuando la reclamaba
como mía... ahora miré sus brazos,
sus manos, esas frágiles manos
que recorrían mi pecho mientras la
tocaba... no se en que momento
caí de rodillas frente a ella y llevé
mi mano a su mentón, recorriendo
sus labios con mi pulgar...
- Edward...- su voz sonó tan clara
en mi cabeza, su rostro se veía de
la misma forma, no había lágrima
alguna en él, simplemente estaba
deformado por gesto de placer, sus
labios estaban hinchado gracias a
mis besos, gracias que los mordía
con devoción cuando intentaba
ahogar sus propios gemidos... ¿Por
qué demonios estaba pensando en
esto? Sin saber porque me fui
inclinando hacia ella, quería
sentirla de nuevo, quería sentir
sus labios moverse contra los míos
al responderme el beso...
Sin detenerme a pensar coloqué
mis manos en sus mejillas y
posiblemente abrió los ojos, no me
di cuenta, la besé sin
cuestionarme si hacerlo o no,
deslicé mi lengua por su labio
inferior y sin pedirle permiso me
adentré a su boca, saboreándola
como lo estaba deseando, por si
fuera poco, los labios de Bella
comenzaron a moverse al mismo
compas que los míos y como
respuesta, una de sus manos se
fue a mi cabello, sin lastimar,
simplemente hundiendo sus dedos
en esa zona...
No la deje hablar y tampoco
rehusarse, la hice levantare del
sofá y cuando estuvo
completamente de pie le saqué la
blusa casi de un tirón, aparté los
mechones de cabello que cubrían
su rostro y deslicé mis manos
hasta el borde de sus shorts de
mezclilla, los cuales estuviera en
el suelo en pocos segundos,
mientras le besaba, ella no parecía
querer desvestirme así que yo lo
hice por ella, cuando estuve solo
en bóxer, la cogí de la cintura y
caminé junto con ella hasta caer
en la cama.
-ahh...- jadeó en respuesta
cuando pasé mis manos por sus tan
perfectos senos, jugando con sus
pezones, tenía los ojos cerrados y
yo no podía detenerme, tampoco
quería, estaba cegado por el
deseo, uno que jamás había
sentido, una ganas inexplicables
de tomar Isabella sin pedir nada a
cambio, algo que nunca había
sucedido con Tanya... y la verdad,
el no saber porque, no me
importaba ni una mierda...- Ed...-
chilló en cuanto la dejé desnuda
bajo mi cuerpo, terminé de
quitarme la ropa y esta vez
ataqué sus labios con más fiereza
que antes, su lengua se acopló al
movimiento de la mía y sentí como
mi cabeza se desconectaba de mi
cuerpo en cuanto sus piernas
rodearon con firmeza mi cintura...
deslicé mi mano por su vientre
plano hasta que llegué a su
húmeda cavidad, introduje un par
de dedos en ese lugar en el que
pronto estaría, estaba tan lista,
tan preparada para mí... mordió mi
labio en cuanto pellizqué su
clítoris, sabía que le había
gustado, su espalda se arqueó en
respuesta y soltó un gemido que
me encantó... tenía sus manos
sobre las almohadas, lo cual me
permitía tocarla y besarla sin que
ella me lo impidiera...
Sin decir nada, como la noche
pasada, tomé un condón de la
mesa de noche y me lo puse
bastante rápido, mi miembro
reclamaba un poco de atención,
quería estar dentro de ella,
follarla con fuerza, hacerla mía...
Me acomodé entre sus piernas
lentamente...
-uhmm... Edward...- chilló en
cuanto la penetré con fuerza,
gemí sin poder contenerme al
sentir lo estrecha que era, maldita
sea, esta mujer era
completamente divina aunque me
costara aceptarlo, me encantaba
estar dentro de ella... comencé a
embestirla, lento y fuerte,
adentrándome lo más que pudiera
en su estrecha cavidad...
-mierda...- jadeé dando un par de
estocadas con toda la fuerza que
me era posible, mi pelvis chocaba
deliciosamente con la de ella y
podía sentir como mis testículos
chocaban con sus bien formados
glúteos... me moví más rápido
dentro de ella, mucho más rápido
de lo que verdaderamente
deseábamos pero es que esto me
provocaba... que la follara como
nunca había tomado a alguien, sus
gestos y sus gemidos me incitaban
a hacerla sentir más, a dañarla, a
hacerla sufrir de puro placer...
-Edward... Edward... ¡oh Dios!
¡Edward!- mordí su cuello y sentí
como cada uno de mis musculo se
tensaban, estaba tan cerca, tan
maravillosamente cerca del
orgasmo... sus piernas se ciñeron
a mi cintura y araño mi espalda
con una de sus manos, dándome a
entender que ella también estaba
en las mismas condiciones, seguí
moviéndome dentro, disminuyendo
la velocidad cuando estábamos a
punto, solo prologando el
momento...- ¡ahhhhh! Ah... Ed...
-Bella...- gemí y finalmente me
corrí con fuerza en su interior a
pocos segundo antes de que
sintiera como su cuerpo temblaba
bajo el mío y ella soltara un
gemido con mi nombre... hundí mi
rostro en su pecho sin poder
evitarlo... esto había sido
realmente genial, cuando salí de
ella me deshice del preservativo y
ladeé mi rostro para encontrarme
con su mirada, sus ojos brillaban,
no sabía si era por el mar de
sensaciones, porque se había
acostado conmigo de nuevo y
estaba molesta o si estaba
disfrutando como yo lo hacía solo
en este momento...
-tuviste lo que querías...- musitó
en con un hilo de voz, no supe
porque sus palabras me dejaron
sin habla... entonces, ¿Por qué
había parecido que le había
gustado si solo se había resignado
a satisfacerme como una puta?-
buenas noches...- agregó y se giró
para darme la espalda, me quedé
viendo su cabello y su espalda
desnuda, así que esto era...
simplemente resignación...
resignación a la vida que le estaba
esperando solo por formar parte
de mi venganza...

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