4- "Presa"

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Bella POV…
-ahh… Ed…- sus labios callaron
cualquier otro sonido que saliera
de mi boca y su cuerpo terminó de
hacer presión sobre el mío,
comencé a acomodar mis piernas a
cada lado de su cintura y él
acomodó sus manos a los costados
de mis hombros para apoyarse, mis
manos se enredaban en su cabello
y daba ligeros tirones cuando
sentía como chocaba su pelvis con
la mía, enviando sensaciones muy
lindas…
Mi cabeza no paraba de dar
vueltas, necesitaba respirar y al
parecer Edward también pero
ninguno de nosotros quería dejar
lo que hacía, eché mi cabeza hacia
atrás otra vez, esta vez abrí la
boca sin dejar escapar sonido
alguno y jalé todo el aire que pude
mientras él daba mordiscos y lamía
mi garganta, me hizo sentarme en
la cama y solo cruzamos la mirada
una vez para darnos cuenta el
deseo que no paraba de crecer por
tenernos tan cerca, sacó mi top
blanco de un solo tirón y me dio un
empujón para quitarme la falda y
dejarme en simple ropa interior.
Por primera vez y sin temor
alguno, llevé mis manos a los
botones de su camisa y comencé a
quitársela, cuando lo logré solo
bastó que sacudiera sus brazos
para botarla al suelo, me mordí el
labio al ver su torso, ¿Cuántas
veces lo había fantaseado en estos
últimos días? Pasé mis manos por
sus brazos, fuertes y marcando
sus músculos ahora que se apoyaba
en ellos, quería que me abrazara
con fuerza, que sostuviera mi
cuerpo con ellos…
Volví a tocar sus labios pero solo
por un momento antes de que él se
levantara, me quedé jadeante
sobre la cama y solo alcancé a
levantar la cabeza para ver como
se deshacía de sus pantalones,
contuve la respiración, maldita
sea, él era perfecto, recorrí todo
su cuerpo con mi mirada en
cuestión de segundos y no pude
evitar ver su erección, volví a
morderme el labio, eso iba a estar
dentro de mí muy pronto…
-¿te gusta lo que vez?- inquirió
con una sonrisa morbosa y no me
dejó si quiera responder porque ya
lo tenía sobre mí otra vez, sus
manos me hicieron elevarme un
poco solo para quitarme mi
sostén, sin vergüenza alguna llevó
ambas manos a mis senos y se
atrevió a darles un suave apretón
con ellas, solté un jadeo cuando lo
hizo y hundí mi cabeza entre las
almohadas, pero esto apenas
comenzaba, sus labios fueron
dejando besos desde mis labios, mi
mentón, mi cuello, mi pecho, hasta
que su lengua se deslizó por uno
de mis pezones, sus dedos jugaban
con el borde de mis bragas y yo
movía mis caderas
inconscientemente para que las
quitara de un buena vez…
-Edward…- gemí esta vez y
arqueé mi espalda, mi ultima
prenda se apartó de mí después de
unos minutos y quedé
completamente desnuda frente a
él, a su merced por así decirlo; mis
piernas estaban sobre sus muslos
mientras nuestros sexos se
rozaban cada vez que él movía su
pelvis contra mis caderas en el
momento que compartíamos el beso
más húmedo, erótico y excitante
que jamás había tenido…
Algo era extraño, o tal vez él así
acostumbraba, nunca me había
dicho nada, ni me miraba si quiera
a los ojos, simplemente se
dedicaba a saciar sus deseos sobre
mí, sus manos recorrían mi cuerpo
y tocaba hasta las partes más
intimas ganando gemidos por parte
mía en las que solo decía su
nombre…
No me explicaba como era ahora
como para no detener esto, no
sabía porque mi cuerpo
reaccionaba de forma diferente
ante él, como era capaz de
alejarme de esta realidad cuando
me besaba y como me podían volver
loca los suspiros y jadeos que
hacía por muy pocas veces…
-uhmm… Ed… no pares…- rogué
entre jadeos cuando estaba a
punto de llegar a la cima gracias a
sus maravillosas manos, sus labios
se apoderaban de mis senos sin
darles tregua y mis labios
posiblemente ya estaban bastante
hinchados y rojizos de tanto
morderlos y de tantos besos.-
¡ahh!- chillé y hundí mi cabeza en
las almohadas otra vez, esta vez
cerré los ojos con fuerza y arqueé
mi espalda al sentirme tan cerca
del cielo pero cuando más lo
quería, él dejó de tocarme, no
evité soltar un gruñido por lo que
hizo, abrí los ojos para verlo
estirar su brazos hacia el cajón
del buro y después de unos
segundos se puso un
preservativo…
-no quiero tener un hijo bastardo
contigo…- y ahí se rompió toda la
magia, el sueño en el que estaba
se acabó y el poco sentimiento que
había se evaporó… no dije nada,
no era capaz de decir nada, y es
que la verdad no tenía nada que
reprocharle, yo no era nada de él y
él tampoco significaba nada para
mí, pero aún así…
-es…espera…- jadeé bastante
bajito pero lo hice cuando sentí su
miembro en mi entrada…-
Edward…- agregué para que se
detuviera, no… no podía
entregarme a él, no después de…
de que solo me estuviera usando
como una puta cualquiera…
-no…- sentenció y me embistió
con fuerza, encogí las piernas
para no sentir lo que sentí, me
había lastimado, quería detenerlo
ahora, pero después de haberlo
intentado solo una vez empujando
sus brazos y moviendo mis caderas
para que saliera de mí, él me
embistió por primera vez,
obligándome a cambiar de
opinión…- Ed…- chillé de placer o
de suplica… no lo se, se sentía
bien, delicioso… pero… también
había incomodidad… aún así, no
hice nada más, simplemente mis
deseos volvieron a ganar y dejaba
que Edward hiciera de mi cuerpo lo
que quisiera, sus manos sostenían
mis caderas para poder impulsarse
con más y más fuerza dentro de mí
y con cada embestida lo sentía aún
más dentro, no salía ningún
gemido de mi boca pero mis labios
si estaban separados, me estaba
dando placer… o tal vez solo
saciaba el de él, eso era lo más
probable…
-¡Ahh! ¡Edward!- gemí bastante
alto sin poder contenerme y esa
burbuja en mi vientre estalló
dejándome inmóvil y llenándome
con el orgasmo que él me provocó.
-uhmm… mierda Tanya…- ¿Qué
había dicho? ¿Tanya? Cerró sus
ojos disfrutando del placer, sus
manos soltaron mis caderas y yo
intenté buscar su mirada, solo eso
necesitaba, era todo… pero no
hubo nada… ¿Cómo demonios fui
capaz de hacer esto? ¿Por qué caí
tan bajo? Y no solo eso… me
sentía terrible como mujer,
porque… él, había dicho el nombre
de otra, no el mío, tal vez era mi
castigo, por haberme metido con
un tipo que solo deseaba mi cuerpo
y nada más; Edward descansó su
cuerpo sobre el colchón,
dejándome libre, ladeé mi rostro
para ver su cara, tenía los ojos
cerrados y aún trataba de
recobrar su respiración normal…
quería decirle algo, como un "me
llamo Bella"… solo eso… o… ¿Por
qué hicimos esto?. ..
Solo había silencio, nada más que
silencio; volví a mirar hacia el
techo y con movimientos lentos
jalé la sábana que estaba en mis
piernas para cubrir mi torso, como
era de esperarse mi orgullo ganó y
hablé lo más firme que pude…
-me llamo Bella…- musité y sin
siquiera verlo me giré para darle
la espalda, él no me contestó y tal
vez eso fue lo mejor, cerré los
ojos, intentado caer en la
inconsciencia pero no fue hasta
varios minutos que me perdí por
completo en la negrura…
Esta noche no soñé nada, se
podría decir que tuve el sueño más
tranquilo de toda mi vida, lástima
que solo había sido eso, un simple
y tonto sueño…
Abrí los ojos de golpe cuando
Edward se levantó de la cama y
logró botar al suelo un vaso de
cristal, el que solía usar cuando
tenía sed a mitad de la noche.
-maldición…- masculló y acto
seguido se hizo silencio, intenté
agudizar mi oído pero lo único que
alcanzaba a distinguir eran sus
pasos alrededor de su habitación,
su respiración, yo estaba de
espaldas a él y no podía verme a la
cara, pero al mismo tiempo yo no
quería voltear… ¿acaso él no
sentía la misma vergüenza que yo?
Honestamente, me sentía mal
moralmente, alcancé a poner mi
mano izquierda frente a mis ojos,
allí reposaba mi anillo de
matrimonio… solté un suspiro
involuntario y rogué porque
Edward no lo hubiera escuchado,
fingí seguir dormida y con la
misma me giré sobre la cama,
mantuve los ojos cerrados para
que él pensara que solo me
acomodaba para dormir mejor,
creo que se lo creyó, solo que yo
me lamenté porque mi torso quedo
descubierto, aun así, lo oculté con
mis brazos y entonces empecé a
abrir los ojos, pero muy poco y mis
pestañas se rozaban… él se
estaba vistiendo; esperé a que
entrara al baño, cuando lo hizo,
yo me levanté lo más rápido que
pude y cogí una camisa blanca que
estaba en el sofá, me puse las
bragas y saqué los zapatos de
debajo de la cama, me estaba
amarrando el cabello cuando la
puerta del baño se abrió, pero no
me quedé para verlo, simplemente
salí de la habitación mientras "me
acomodaba el cabello" y caminé lo
más rápido que pude por el pasillo,
esta vez no lo pensé dos veces y
fui directo a las escaleras para ir
al tercer nivel, sí Edward me
buscaba, iría al piso de abajo y a
los jardines, no acá…
-¿hola?- murmuré para
cerciorarme que no había nadie, y
en efecto, todo el piso estaba
vacio… caminé por el estrecho
pasillo y me atreví a mirar todo lo
que allí había, el tercer piso era
incluso más espacioso, cerca de las
escaleras, había dos muebles
rojos, frente a los dos enormes
ventanales, a la derecha estaba el
pasillo principal, que conectaba a
tres habitación y por la izquierda,
donde había menos iluminación,
solo había una habitación; me
crucé de brazos y miré hacia
atrás, para ver que nadie me
seguía; entonces comencé a
explorar…
Dos de las tres habitaciones del
pasillo principal estaban cerradas
con llave, la última era solamente
algo parecido a una habitación de
huéspedes, después caminé hacia el
otro lado, al principio sentí como sí
ir a esa habitación fuera una mala
idea, pero mi curiosidad ganó,
pensé que estaría bajo llave pero
no era así, asomé la cabeza antes
de entrar por completo, esa
habitación era enorme, había una
cama, dos sofás y una puerta que
supuse era el closet, una enorme
ventana dejaba a la vista el
hermoso paisaje de árboles y había
cientos de papeles y libros sobre
los cuatro buros que estaban allí,
en la mesa de centro había dos
cuadros, caminé hacia ellos. Eran
fotografías, en una estaba una
mujer de cabello rojizo y ojos
entre azul y gris, era bastante
bonita, la otra fotografía estaba
cuarteada y era como si alguien le
hubiera arrancado un pedazo,
pero lo que se alcanzaba a ver era
un jardín; dejé ambos cuadros en
su lugar y seguí mirando la
habitación, esta vez caminé hacia
el closet, lo abrí, había bastante
ropa allí y toda era de mujer,
fruncí el ceño, ¿acaso la chica de
la foto era la novia de Edward o
algo así?
Caminé hacia el buro más grande,
el que tenía más cajones, de todas
formas, todos tenían llave, sobre
éste había una cajita donde
estaban guardados varios collares
y brazaletes de oro puro, estaban
hermosos, pero eso no fue todo, di
un respingo cuando escuché que
alguien daba un portazo en una de
las habitaciones del extremo
contrario del pasillo, gracias a mis
nervios, tiré al suelo un montón
de papeles y tres libros, me agaché
a levantarlos de inmediato;
mientras lo hacía, me encontré
con varias fotografías de la misma
mujer, era casi ocho, y en la
ultima también aparecía Edward…
Solté un jadeo y me levanté lento
mientras veía esa fotografía con
sorpresa y bastante
incertidumbre, él abrazaba a la
chica de la cintura y le depositaba
un beso en la mejilla mientras ella
sonreía, se veían tan felices…
-¿Qué haces?- me llevé las manos
a la espalda ocultando mi
descubrimiento y miré al tipo que
estaba frente a mí.
-yo… eh… amm…- no sabía que
demonios decir y comencé a mirar
toda la habitación…
-si Edward te encuentra aquí será
muy difícil tranquilizarlo.
-¿A sí? Amm… lo siento…- sonreí
con nerviosismo y arrugué la
fotografía para ocultarla en mi
puño cerrado.- ¿Qué haces aquí?
-eso mismo me pregunto… pero,
no importa… yo venía a ver unas
cosas, antes de que Edward se
vaya.
-oh… ¿tú irás con él?- Emmet
levantó una ceja y caminó hacia
mí.
-no… quiero quedarme.
-¿te permite hacer eso?
-puedo hacer lo que yo quiera…-
yo asentí sin saber que decir y
pasé a su lado con rapidez…-
¿Bella?- me giré cuando me
llamó…
-dime…
-amm…- me miró de arriba a
abajo…- eh nada… el desayuno
estará en unos minutos, puedes ir
bajando.
-claro… gracias Emmet…- musité
y salí de allí casi corriendo; miré
hacia atrás cuando llegué al
segundo piso y entre a la
habitación que compartía con
Edward, metí la fotografía en el
bolsillo de uno de mis jeans y
después de ponerme un short y un
sujetador, salí de allí para
desayunar.
-buenos días…- me saludó Peter,
el mayordomo, le sonreí y pasé a
su lado cuando abrió la puerta del
comedor por mí, me puse seria y
tal vez palidecí al encontrarme con
Edward, el cual a penas y levantó
la vista cuando yo aparecí, tragué
en seco y caminé en silencio hacia
mi lugar.
-voy a salir…- apuntó antes de
dar un sorbo a su bebida.
-si… Emmet me lo dijo.
-¿Emmet? ¿Tan temprano se
ven?- inquirió con sorna…-
quiere quedarse, tienes alguna
idea porque.
-no… no lo se, tú deberías saber
¿no?- ahora hizo un sonido de
burla y se levantó del sofá de su
silla, me tensé en mi lugar al verlo
caminar hacia mí, dos sillas
lejanas a él…- que vas a…- en un
abrir y cerrar de ojos, se inclinó
hacia mí y mi rostro quedó
atrapado por sus manos mientras
sus labios tocaban los míos con
furia, traté de mover mi mano
hacia su cabello pero se quedó a
medio camino por mis nervios,
Edward apoyó aún más su rostro
contra el mío y esta vez sujetó mi
cabello con una mano y con la otra
rozó mi brazo izquierdo, solté un
jadeo cuando sentí sus dedos sobre
mi pecho, pero tenía una idea
errónea, creí que él desabotonaría
la prenda pero fue todo lo
contrario, cuando terminó de
colocar los dos botones en su
lugar, se alejó de mí con la misma
rapidez que se acercó y se giró
sobre si mismo sin mirarme
mientras yo estaba jadeante y
completamente inmóvil en mi
lugar…
-termina tu desayuno, estaré
ausente el resto del día, tengo
muchas cosas que hacer, tal vez
vea a tu maridito…- lo miré al
instante cuando lo dijo…- puedo
invitarlo a comer y decirle como
eres en la cama…- fruncí el ceño
y sentí con bastante dolor el golpe
a mi dignidad…- por cierto… se
que lo puedes hacer mejor, no
deberías pensar tanto las cosas…
Bella…- agregó y dijo mi nombre
como si estuviera subrayando que
lo sabía, recordándome lo que yo le
había dicho después de acostarme
con él, me miró con burla y sonrió
de la misma forma… pasó detrás
de mí para poder salir del comedor
y yo me quedé desarmada y seria
sobre la silla, cerré mis manos en
puños con fuerza a cada lado de
mi plato y me mordí el labio por el
enojo que empezaba a sentir, mi
respiración era errática y deseaba
con toda el alma que el tiempo
corriera hacia atrás, de vuelta a
la noche pasada, para que pudiera
deshacer la porquería que fui
capaz de hacer… me levanté
después de mas o menos quince
minutos y me contuve de tirar
todo al suelo, simplemente caminé
hacia la puerta y salí de allí…
El resto del día estuve recorriendo
la casa de arriba abajo, no volví a
entrar en esa habitación en la que
Emmet me había encontrado, cerca
de las cuatro de la tarde me di una
ducha bastante larga, en la
confianza de que nadie iba a
entrar; cuando volví a salir de la
habitación me encontré con
Emmet.
-hola…
-Emmet…- respondí con voz
neutra…- ¿Qué pasa?
-amm… nada… solo estoy un poco
aburrido… ¿tu no lo estas?
-no te voy a negar que me
gustaría tener a alguien con quien
hablar…- me atreví a bromear.
-entonces, vamos… yo tengo
tiempo de sobra para escuchar…-
se lo agradecí con una sonrisa y
caminé con él por los pasillos de
esa enorme casa.- ¿Cómo te la
haz pasado estos días?
-mal… no puedo decir que esto ha
sido de los mejores momentos de
mi vida…- exclamé y sin saber
porque miré mi mano izquierda
para ver mi anillo de matrimonio…
-¿extrañas a tu… a Jacob cierto?
-s…si… hay… cosas que quisiera
preguntarle… pero… eso no es lo
importante…
-¿entonces que es?- preguntó, mi
respuesta hubiera sido que
necesitaba hablar con alguien
sobre lo que había hecho, me había
metido con Edward aún sabiendo mi
situación…- ¿Bella?
-no… no lo se, yo… solo quiero…
quisiera que esto nunca hubiera
pasado, Emmet guardó silencio y
comenzó a caminar mas lento…
-quisiera poder sacarte de
aquí…- dijo en voz muy baja
después de unos minutos, yo no
hice más que sonreírle, bajé la
mirada solo por un momento y solo
eso bastó para que él tomara mi
mentón con dulzura haciéndome
detener en medio del pasillo, lo
miré a los ojos casi de inmediato.-
eres muy hermosa Bella…- agregó
en un susurro y yo no me moví,
tampoco supe que decirle. No fui
capaz de volver a tomar aire y me
daba pánico lo que seguía, Emmet
se inclinó y el espacio que nos
separaba desapareció, sus labios
hicieron contacto con los míos y su
mano libre se posó sobre mi
cintura, mis manos quedaron
sobre su pecho, nunca le
correspondí el beso, simplemente
esperé a que se alejara.
-vaya… vaya… vaya…- Emmet se
separó casi al instante cuando
escuchó esa voz y yo solo temí que
Edward fuera a dañar a Emmet por
mi culpa.
-¿Cómo te fue?- preguntó el
hombre que estaba a un lado de
mí, Edward simplemente sonrió con
sorna y se encogió de hombros.
-hablaré contigo luego…- dijo
Con voz fría hacia Emmet y me
miró a mí…- espérame en la
habitación…
-es temprano, puedo estar un…
-¡vete a la habitación!- di un
respingo cuando gritó y bajé la
mirada por un momento, aún así
volví a ver a Emmet, el cual tenía
el ceño fruncido, ignoré los pasos
que se iban acercando hasta que
su mano tomó mi brazo con fuerza
halándome hacia él…
-¿no puedes soportar que este
cerca de ella?- inquirió Emmet,
Edward lo miró con desdén y me
observó detenidamente, yo no
tenía nada que mostrar, sea cual
fuera el sentimiento que tenía
Emmet hacia mí yo no lo
correspondía.
-no me gusta que toquen lo que es
mío… lo sabes…- ¿suya? Yo no
era suya…
-¿de que hablas?- preguntó
Emmet y me miró.
-¿de que crees? No quiero
molestias el resto de la noche…-
terminó y caminó conmigo hasta
que llegamos al segundo piso.
-me estas lastimando…- musité
con voz temblorosa mientras él
abría la puerta…- Edward me
lastimas…- repetí, después de
cerrar la puerta detrás de sí, me
hizo girar y solté un jadeo cuando
mi espalda chocó con fuerza
contra la pared.
-¿así que no eres una zorra, eh?-
siseó colocando sus manos a cada
lado de mi cuerpo, impidiéndome
escapar…- ¿entonces que hacías
con Emmet? ¿Qué hicieron
mientras yo no estaba?
-nada…
-¿nada? ¿Segura que no te
revolcaste con él?- negué…- no
me mientas…
-no saques conclusiones, además,
no te interesa lo que yo…
-¡CONTESTA!- gruñó haciéndome
callar…- me perteneces… desde
que estuviste conmigo me
perteneces Bella…
-¿ahora si sabes mi nombre? Yo no
le pertenezco a nadie y mucho
menos a ti… lamento que esa tal
Tanya te haya dejado o si hayas
hecho con ella lo que quisieras
pero yo no soy así…- por increíble
que suene, Edward se hizo hacia
atrás y yo lo aproveché para
gritarle todo lo que sentía…-
estoy harta de ti… de que me
tengas encerrada como un maldito
animal… no te soporto Edward…
seguramente ella tampoco te
soportaba, posiblemente te odiaba
con yo lo hago… te aborrecía…
-cállate…- dijo bastante bajito y
mirando hacia el suelo.
-¿Por qué? Te duele que te la
recuerde… te lastima ¿cierto? Así
me siento yo, usada, como una
maldita puta, así es como me
tratas, tal vez así la trataste a
ella y por eso te abandonó, por
que eres un poco hombre, una
basura… ¡me das asco Edward!
¡Asco!- ahogué un grito cuando su
mano impactó con fuerza en mi
mejilla y me hice hacia atrás, eso
no fue todo, volví a chocar con la
pared cuando me cogió de la
garganta con fuerza.
-¿te provoco asco?- inquirió y lo
miré a los ojos, los cuales estaban
irritados como si estuviera a punto
de llorar…- esa mujer de la que
hablas, Tanya… ha sido la única
mujer que yo he amado…-
parpadeé gracias al dolor que
comenzaba a sentir en mi
cuello…- y tu marido… ¡tu maldito
marido la mató!- no se explicar lo
que sentí cuando dijo eso, parecía
como si mi dolor físico no fuera
nada comparado con lo que sentía
dentro…- eso debería darte asco,
el tipo con el que te has revolcado,
el que comparte el compromiso, tu
supuesto dueño no es mas que un
maldito desgraciado que me quitó
lo que yo mas quería… primero lo
hizo con mi familia y después con
ella, con Tanya…
-eso no es cierto…- jadeé y él me
dejó libre…
-¿no me crees? Dime… ¿alguna
vez te ha dicho aunque sea una
mínima parte de su vida?- yo no
contesté puesto que nunca lo
había hecho…
-Jacob no es un asesino…
-Jacob es más que eso… es un
cerdo… hizo todo para alejar a mi
familia… me robó lo que por
derecho me pertenecía y cuando se
dio cuenta que tenía el poder para
deshacerme de él trató de
eliminarme, pero fue un maldito
cobarde como acostumbraba,
nunca dio la cara, la utilizó a
ella…
-basta…- jadeé…
-la usó, la torturó para que
dijera donde estaba yo, para que
le diera toda la información
posible… y cuando se dio cuenta
que no funcionaba su estúpido
plan la mató… ¿eso no te da
asco?
-Edward… bas…
-respóndeme maldita sea…- tenía
lágrimas sobre las mejillas y él
también, solo que había una
diferencia, yo estaba destruida y
él parecía regocijarse por lo que
acaba de decirme…- ¿duele saber
la verdad cierto?
-por eso estoy aquí… ahora
comprendo todo… solo… intentas
vengarte… usándome a mí…-
Edward no contestó pero si me
miró diferente…- yo no sabía
nada… ¿acaso ella tampoco?- su
quijada se tensó y miró hacia el
suelo…- déjame ir…- dije sin
pensar.
-nunca…- respondió sin miedo a
verme a la cara…- esta vez lo
haré pagar cada una de las
lágrimas de ella.
-¿acosta de mí?
-por supuesto, si te ama… será
igual de miserable que yo, sufrirá
en carne propia lo que yo sentí
cuando la apartó de mí…- acabo
diciendo con voz ronca y llena de
furia, yo me mordí el labio…
-¿Por qué no simplemente acabas
con esto y también me matas a
mí?- pregunté y caminé decidida
hacia su mesa de noche, abrí el
cajón y saqué el arma que tenía
guardada allí, él frunció el
ceño…- no seas un cobarde como
dices que él lo ha sido y
simplemente acaba conmigo…- le
di el arma en las manos y luego me
coloqué frente a él, me limpié las
lágrimas y lo miré a los ojos…- te
juro, que después de lo que me has
dicho, ya no soy capaz de sentir
dolor por cualquier cosa que
fueras capaz de hacerme en busca
de venganza… me importa un
bledo lo que me pase porque tú
convertiste mi vida en una
mierda… así que tú deja de ser el
cobarde y mátame de un maldita
vez…

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