6- "Lazos"

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Bella POV...
-¿Qué haces?- pregunté entre
risas, definitivamente estaba
soñando, puesto que no me
encontraba encerrada en esa
maldita habitación, estaba en otro
lugar, una playa y me gustaba
mucho...- ¿Jake?- le llamé al ver
que se levantaba y comenzaba a
andar por la arena...- ¿A dónde
vas?- comencé a seguirlo pero
cuando estuve a punto de tomar su
mano, alguien tomó la mía y me
hizo detenerme...
-no puedes irte... no puedes
dejarme Isabella...- lo vi directo a
los ojos y comencé a forcejear,
mis manos golpeaban con fuerza
su pecho pero aún así no parecía
hacerle ningún daño...
-suéltame... ¡Jacob!- chillé e
intenté verlo, cosa que no logré
porque él ya no estaba allí, el sol
que bañaba nuestra piel tampoco y
ahora todo era obscuro...
-me perteneces...- los brazos de
Edward se ciñeron en torno a mi
cintura y apenas y pude verlo a los
ojos cuando sus labios se posaron
sobre los míos, suaves y delicados,
mis manos se fueron a su cuello y
me pegué a él todo lo que pude...
Mis ojos se abrieron de golpe y me
quedé casi cegada por la luz de la
habitación, las ventanas estaban
abiertas, posiblemente ya eran las
diez de la mañana y si no era el
medio día, me giré sobre la cama
solo para verificar mis
suposiciones, si... la cama estaba
vacía, me senté sobre el colchón y
me cubrí el torso con la sabana en
cuanto la puerta del baño se
abrió, pasé mi mano por mi cabello
mientras lo veía caminar hacia el
sofá, en donde se sentó sin
siquiera mirarme, bufé ... bueno
Bella, esta es tu nueva realidad,
ser la puta de un maldito asesino
hasta que decida dejarte libre...
me dije a mí misma y me levanté.
Caminé en silencio, tratando de
parecer un fantasma en esa
habitación, saqué lo primero que
encontré del closet y me metí la
baño enseguida, mis manos se
recargaron en el lavabo y solté un
jadeo cuando sentí el dolor
punzante sobre mi palma
izquierda, donde me había cortado
con el cristal la noche pasada,
observé la herida, se veía un gran
línea roja y me pregunté si
necesitaba puntos puesto que
cuando estiré la piel solo por unos
milímetros, además de arder, la
sangre comenzó a salir pero muy
poco, decidí ignorar el dolor y me
di una ducha, horrible fue cuando
el jabón entró en la herida...
-oh mierda...- solté en un jadeo y
me mordí el labio por el dolor, me
vestí lo más rápido que pude,
maldita sea, si necesitaba
puntadas.
Cuando salí, Edward estaba
buscando algo en uno de los
tantos cajones del buro del lado
mas lejano a mí, bien, entonces
ambos estábamos de acuerdo en
ignorarnos todo el tiempo posible.
Caminé hacia el tocador para
arreglarme un poco el cabello pero
cuando lo hice, tropecé y maldita
sea, recargué todo mi peso en el
borde del mueble...
-ahh...- gemí y quité mi mano de
inmediato , si claro, ahora si te
quejas ... volví a repetir en mi
cabeza...
-¿Qué te pasa?- di un respingo al
escucharlo detrás de mí y negué,
cerré mi mano en un puño y eso
solo provocó más dolor...- déjame
ver...
-no...- murmuré con la quijada
apretada pero él me tomó del
brazo como siempre
acostumbraba...
-no te pedí permiso para hacerlo-
espetó y me obligó a abrir mi
mano, lo vi curvar sus labios en
una sonrisa burlona al ver mi
palma...- ahora también eres
sadomasoquista, genial... esto
será interesante.- preferí
quedarme callada...- vamos, eso
necesita cerrarse.
-voy a estar bien.
-claro, cuando se te infecte y
tengan que cortarte la mano vas a
estar bien... muévete...
-no creo que quieras llevarme a
un hospital, los policías te
buscan...- dije con toda la
intención de molestarlo pero el
muy imbécil solo soltó una
risotada.
-nada que un par de dólares no
resuelva, además... tengo un
medico privado para venir...- me
quedé con la boca abierta y lo
seguí hasta el piso de abajo, donde
nos encontramos con Peter.
-buenos días señor...- saludó, el
otro solo hizo un asentimiento
para contestarle y pasó de largo.
-¿Dónde esta Emmet?
-salió por los asuntos que usted le
encomendó, dos escoltas lo están
acompañando ahora- fruncí el
ceño al darme cuenta del gran
respeto que le tenía ese hombre a
Edward, el cual otra vez solo
asintió...- el desayuno estará listo
en...
-media hora estaría bien, por
favor llama a Kyle Evans, lo quiero
aquí lo más pronto posible.
-¿al doctor Evans? ¿Acaso esta
enfermo señor?
-no, por supuesto que no pero...
Isabella necesita su asistencia...-
Peter me miró de inmediato y
frunció el ceño al verme
completamente normal...- se cortó
la mano, anda ve... no te demores,
estaré en mi despacho con
Isabella, no quiero molestias, en
treinta minutos iremos a
desayunar- fue lo ultimo que dijo
y me cogió de la cintura para que
caminara más rápido.
-¿Qué hacemos aquí?- pregunté
viendo a mi alrededor, el lugar
estaba lleno de estantes con
libros, cajas, adornos cualquiera y
pude notar un porta retrato sobre
el escritorio.
-esperar... ¿o que? ¿Prefieres
estar arriba provocándote heridas
para sentir placer?- me molestó
que me dijera eso, ¿Qué tipo de
persona creía que era yo?-
siéntate donde quieras, para Kyle,
llegar aquí será un poco difícil
puesto que aumenté la seguridad,
pero en hora y media lo tendrás
dentro de esta casa.
-¿hora y media? ¿En donde
estamos?- inquirí y miré hacia la
ventana, no había preguntado esa
simple cosa y la verdad no había
estado consiente mientras me
traían aquí.
-si lo tomas de forma literal, esto
es la nada, solo yo y los que
trabajan aquí saben el lugar
exacto.
-¿no te da miedo que ellos hablen
y digan todo a las autoridades?-
Edward me miró con sorna y se rió.
-creo que cada uno valora sus
vidas... además, creo que tienes
un concepto erróneo de mi.
-¿de que hablas?- murmuré
viéndolo caminar hacia mí.
-¿Qué tipo de persona crees que
soy?- preguntó y yo luché para no
gritarle que era un asesino...
-no...n...no lo se...- titubeé y
bajé la mirada, lo cual lo hizo
reírse otra vez.
-y eso es lo mejor, así que...
quédate callada mientras yo hago
mi trabajo, puedes sentarte donde
quieras...
-¿Qué vas a hacer?
-gatita, ¿recuerdas que cuando
tenemos sexo tu te mantienes
callada? Bueno... en ocasiones...-
se burló y yo adquirí un tono
rojizo en mi rostro de la rabia...-
así quiero que estés siempre,
callada... ¿de acuerdo?
-no sabes como te aborrezco...
eres un...- sus labios me callaron
como siempre lo hacían y sus
manos se aferraron a mi cintura...
dejé mis manos a mis costados
pero sin poder explicármelo le
devolví el beso, no sin antes
mostrarme fuerte, después de
unos segundos, tal vez minutos,
cuando a ambos nos faltaba el
aire, él me mordió el labio inferior
y se separó, pasó su pulgar por mis
labios entre abiertos y después
deslizó su lengua por sus labios...
tragué en seco...
-yo creo que no me aborreces
tanto... soy un buen amante
Isabella, lo se, y me doy cuenta
cuando le provoco asco a una
mujer y créelo... no hay ni un poco
de asco en ti, yo creo que es lo
contrario.- me quedé callada pero
estoy segura que mi mirada le
decía claramente que quería
arrancarle la cabeza y luego
escupirle encima.- toma asiento
gatita, el medico ya viene y te
rogaría que no hicieras ese tipo de
estupideces otra vez, prefiero que
tu cuerpo este completamente
perfecto como siempre para
poder...- me miró de arriba a
abajo con deseo en los ojos, me
mordí la lengua para no hablar
otra vez...- jugar un rato...-
resoplé y solté un maldición
bastante baja haciéndolo reír, le
di la espalda y me senté sin ganas
en el diván blanco sin siquiera
decir una palabra.
Edward se sentó frente a su
escritorio y yo no hice más que
acomodarme a más no poder en mi
lugar mientras observaba el reloj,
solo habían pasado diez minutos y
yo ya estaba aburrida, solté un
suspiró y eché mi cabeza hacia
atrás...
-¿Isabella?- levanté mi rostro.
-¿Qué?- espeté a la defensiva
viéndolo a los ojos.
-ven aquí...- murmuró con voz
neutra, yo me levanté lento y
caminé de la misma forma hacia
él...- acércate más.
-¿para que? ¿Qué quieres
hacerme?- Edward se puso de pie y
me sonrió maliciosamente, tragué
en seco; dio dos pasos, la distancia
que nos separaba, hacia mí y sus
manos se posaron en mis hombros,
deslizándose hasta mis caderas...
mi respiración se puso irregular
conforme me iba acercando...
-¿Qué haces?- inquirí ahogando
un jadeo...- ¿Qué quieres
hacerme?- volví a preguntar...
-quiero follarte ahora mismo...-
dijo sin más y yo me mordí el labio,
mis piernas chocaron con el borde
del escritorio gracias a que él me
empujaba hacia ese lugar...- ¿tu
no quieres que te haga mía
ahora?- contesta Bella, vamos
solo di que no...- ¿uhmm? ¿Qué
dices? ¿No quieres hacerlo?- el
muy maldito estaba jugando
conmigo.
-eres increíble...- murmuré
intentando sonar despreocupada...
-explícame... - murmuró
acercando sus labios a mi
garganta...
-me odias pero...- solté un jadeo
porque me levantó del suelo
dejándome sentada en el
escritorio...- me deseas más de lo
que quisieras ¿cierto?
-¿intentas jugar mi juego Bella?
Vas a salir perdiendo...- se burló y
atacó mis labios con fiereza
mientras sus manos se encargaban
de levantar la falda de mezclilla
que traía encima, cuando lo hizo,
solo tardó unos segundos en
quitarme mis bragas, tenía mi
mano herida sobre su hombro y la
otra lo atraía más hacia mí, mordí
su labio inferior, justo como lo
había hecho antes él conmigo, me
gané una risa de su parte y a
partir de que yo hice ese
movimiento todo se volvió salvaje
y excitante, ¿estaba mal o bien?
No lo se y la verdad no me
importaba, Edward tenía ese
maldito don de hacerme quemarme
por dentro en tan solo segundos y
también era el único capaz de
dejarme completamente
satisfecha, ¿Qué podía hacer para
sacar ventaja? Simplemente
disfrutar, si aquí él solo me usaría
como su puta entonces yo no tenía
otra más que disfrutar lo más que
pudiera, soportar hasta poder
salir de aquí y luego ser libre para
hacer justicia en su contra... si
Jacob no me ayudaba con eso,
entonces lo haría yo sola.
-ahh... no soportas sin tenerme
¿verdad?- le reté y me frote
contra él haciéndolo gemir...- te
gusto Edward...
-¿Qué si te digo que no?- inquirió
mordiendo mi cuello, eché mi
cabeza hacia atrás...
-¿en serio no te gusto?
¿Entonces porque quieres hacerme
tuya en todo momento, eh?...-
logré desabotonar su camisa con
una mano y cuando lo hice me fui
directo al borde de su pantalón, él
terminó por deshacerse de esa
prenda y bajó sus bóxers solo lo
necesario...- creo que te gusto
más de lo debido...- murmuré con
voz ronca al ver su erección.
-¿y tú que? ¿No sientes nada?
¿Tu marido es mejor que yo?- iba
a contestar pero toda palabra fue
ahogada por un gemido cuando
entró en mí con bastante fuerza,
ceñí mis piernas a su cintura... y
entonces las embestidas
comenzaron...
-ahh... oh mierda... ahh...-
jadeaba continuamente, aunque
odiara aceptarlo pero él hacia
despertar cada maldito instinto en
mí, me hacía perder la cabeza con
mucha facilidad, sus manos se
aferraron a mis caderas con
fuerza, presionaba cada vez que el
placer aumentaba y yo no paraba
de gemir, pero de un momento a
otro él salió de mí, iba a replicar
pero me obligó a levantarme y
ponerme de espaldas a él...- Ed...
que...- intenté replicar pero otra
vez me dejó callada cuando me
embistió de esta forma, mi cabeza
se recargó en su hombro y ladeé
mi rostro hacia el suyo, mordí mi
labio con fuerza, tal vez
haciéndome daño pero oh por Dios,
sentía todo aquí...
-¿te gusta?- inquirió dándome
fuertes embestidas, se inclinó
hacia adelante y me hizo recargar
mis antebrazos en el escritorio
para poder apoyarme...- dilo...
-uhmm... ¡Edward!- chillé y cerré
los ojos con fuerza haciendo
gestos de placer, de mi boca no
salían más que jadeos seguidos y
gemía su nombre más de lo que
hubiera querido, quería mostrar
fortaleza antes él pero no podía,
el muy imbécil me hacia
doblegarme, hacerme dócil y me
tomaba sin que yo pudiera hacer
nada por ello...- Edward... ¡Dios!
Si... Ed...
-sigue así gatita...- jadeó cerca
de mi oído...- gime... gime todo lo
que quieras...
-¡Edward!- chillé bastante fuerte
y sentí mi cuerpo vibras bajo el
suyo, acto seguido, sentí el
miembro de Edward en todo se
perfecto esplendor.
-agh... Bella...- gruñó y se corrió
en mi interior haciéndome soltar
otro jadeo al sentir como me
llenaba... marcándome como suya
en definitiva en esta ocasión...
apoyé todo mi peso sobre el
escritorio y él salió de mí, cerré
los ojos y pude escuchar como se
arreglaba el pantalón, cuando los
abrí me encontré con un par de
orbes esmeralda mirándome
extasiados...
-es sencillo convencerte gatita...-
dijo con una sonrisa y atacó mis
labios...- lástima que me
aborrezcas tanto...- dijo con toda
la intención de burlarse de mis
palabras; se separó de mí después
de unos minutos y yo lo aproveché
para vestirme como era debido...
cinco minutos después alguien tocó
la puerta.
-adelante...- murmuró Edward.
-señor... el desayuno...
-hum... gracias Peter, vamos en
seguida.
-claro señor, permiso...- dijo y
después asintió hacia él y hacia
mí, lo cual fue un gesto raro.
-primero las damas... si acaso así
te haces llamar...- se burló y lo
miré con rabia, ok... un momento
me hacia volar y al otro me hacia
odiarlo a más no poder.
-como te atreves a...
-me atrevo porque demuestras que
esto...- elevó mi mano izquierda,
donde tenía la herida y me puso el
anillo prácticamente en las
narices...- no vale nada para ti...
-eres un arrogante, maldito
imbécil...
-pórtate bien gatita... si sigues
como estas... posiblemente decida
no hacerte daño y solo te utilice
par satisfacerme...- sonrió de
lado...- y por lo que veo, eso te
gusta...- estuve a punto de darle
una bofetada pero él pasó de lado
y mi mano quedó a medio camino.
Solté un bufido y lo maldije en voz
baja antes de seguirlo al
comedor...
-si es una herida profunda, pero
estará bien, volveré dentro de una
semana para quitarte los puntos...
¿Edward, es razonable ese tiempo,
estarás aquí?- preguntó el
médico, el tal Kyle, miré a Edward
con desdén.
-si por supuesto, lo mas probable
es que resuelva la mayoría de mis
asuntos aquí...
-que bien...- dijo el hombre y
abrió su maletín, vi un frasco
pequeño de pastillas blancas, que
según mis conocimientos por la
forma y color era somníferos, los
tomé sin que nadie se diera cuenta
y los guardé en mi bolsillo- en fin
creo que eso es todo.
-gracias Kyle...
-no hay problema... y dime, ¿Cómo
va el asunto de tu familia?-
preguntó, miré de inmediato a
Edward, ¿familia? ¿Edward tenía
familia?
-eso lo hablo contigo en otra
ocasión...
-ok... entonces nos veremos la
próxima, señorita trate de no
hacer nada brusco con esa mano.-
yo asentí secamente y evadí su
mirada.
-que bueno que es la mano
derecha la que se usa cuando se
trata de jugar ¿verdad gatita?-
dijo bastante bajito y cerca de mí
oído cuando Kyle había salido, lo
miré completamente roja del enojo
e hice un sonido de incomodidad.
La puerta se quedó abierta, que
más me daba, miré mi mano
vendada y por acto reflejo miré
hacia delante, donde estaba el
escritorio, sacudí la cabeza por los
recuerdos que venían a ella...
-mierda...- siseé frustrada por
tales pensamientos pero después vi
ese porta retrato, el cual estaba
tirado en el suelo, tal vez se cayó
cuando Edward y yo estábamos...
no importa, caminé hacia allí y lo
levanté, esperaba ver una
fotografía donde estaría la mujer
esa, la tal Tanya, pero no... ahí
había una señora, un hombre de
cabello rubio y una niña del mismo
color de ojos que Edward y con
cabello negro, muy bonita...
... ¿Cómo va el asunto de tu
familia?... resonó en mi mente y
mi mano comenzó a temblar, esta
era la familia de Edward, parpadeé
un par de veces al ver mi
descubrimiento, yo... yo conocía a
ese hombre... él era... el socio de
papá... era...
-Carlisle Cullen...- jadeé bajito...
-¿Qué haces?- di un respingo y
me giré para ver a Edward, el cual
se puso pálido al verme con eso en
las manos...
-tú... tú eres...
-deja eso...- murmuró con la
quijada tensa...
-oh por Dios...- siseé y recordé
más, hace siete años, cuando
Charlie llegaba a casa diciendo que
su socio y mejor amigo se mudaría
a Australia porque su hijo
primogénito había muerto...- tú...
eres Edward Cullen...- dije casi
sin aire y lo vi dar grandes
zancadas hacia mí lleno de rabia...

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