The favour of love.

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Odiaba nunca poder decir que no.
No me esmeraba tampoco en decirlo, después de todo mis amigos también hacían cosas por mi y yo por algunos favores que les hiciera no iba a morirme, bueno... no lo haría si dejaban de pedirme hacer el trabajo sucio por ellos.
Suspire desilusionado conmigo mismo al sentirme como un tonto.
¿ De verdad debía seguir haciéndoles favores?
No me quejaba por tener que comprarles comida o ayudarlos con los estudios, el problema residía en que sus favores eran del tipo, hyung rompe con estas chicas por mi, o Sunggyu puedes pagarle a ese cobrador de apuestas por mi.
Lo bueno es que muchas veces logre salvarme de una buena golpiza gracias a mi astucia.
Volví a ver el papel donde Yoseob me había dibujado un mapa, poco detallado, hacia una tienda de belleza, o algo así, donde había conocido a una chica hermosa que no podía sacarse de la mente.
- maldito idiota, si no puedes sacártela de la mente al menos ten la valentía de ir tu mismo a darle el número- gruñi en alto inconscientemente, llamando la atención de los de mi al rededor.
Avergonzado volví a seguir el mapa tratando de ignorar las miradas a mi alrededor, aunque podía sentir el rostro cada vez más rojo.
Entre más buscaba, más me exasperaba no dar con la dirección.
- disculpe, ¿podría ayudarme a encontrar este hotel? - dijo mostrando la foto del hotel Ori
Yo no sabía que hacer, sobre todo por que aquella chica era tremendamente adorable y yo jamas había hablado con ninguna mujer mas que por algún favor.
La chica se me quedó mirando con esos enormes ojos que me ponían aún más nervioso, parecía que llegaba a ver mucho más adentro de mi, lo que empeoraba más la situación.
- por favor - suplico ella con mucha preocupación - quede allí con mi hermano y estoy perdida. ¡No se que hacer! - exclamó apunto de llorar.
La situación se estaba poniendo cada vez más comprometida lo que en si me dejaba menos tiempo para pensar o tratar de tranquilizarme.
Aspire profundo y luego cogí la foto del hotel entre las manos de la chica, eso si, con total delicadeza.
Por suerte conocía aquel sitio, mi padres me habían llevado una vez para celebrar no se que fiesta de negocios y yo aun recordaba el camino.
Cogí la mano de la chica y la lleve al hotel, no quedaba muy lejos de donde estábamos y llegamos en un abrir y cerrar de ojos.
La chica me dio las gracias y me invito a ir un día a la tienda de su hermano que quedaba en la penúltima planta, yo asenti y luego ella me dejo solo.
Cuando me encontré más tranquilo, pude soltar todo el aire, que sin darme cuenta, llevaba reteniendo.
Parecía estúpido, casi muero por no saber como tratar con una mujer, la gente tenia razón al decirme que era demasiado inocente.
Recordando por que había venido, cogí de nuevo el mapa y trate se visualizar algún punto de partida, algo que me dijera que significaba aquel enorme rectángulo vertical.
Con el tiempo, como no encontraba la manera de descifrar aquellos jeroglíficos, decidí pasar del asunto y me dirigí a ver aquella tienda de la que había hablado la chica.
Pase la enorme puerta giratoria sin saber en lo que me había metido.
El aire a lujo reboto en mi cara y los nervios poseyeron mi cuerpo.
¿ Qué hacia yo en un lugar tan glamuroso ?, era en lo único que podía pensar viéndome atrapado.
Recordaba haber venido de joven, pero entonces, supongo que no me había percatado de lo opulento que era el sitio.
Con los nervios haciendo mi cuerpo incapaz de moverse, no sabia que hacer.
La gente desfilando sus elegantes vestuarios de un lado a otro del recibidor, hacían que yo me viera como un bicho raro entre la multitud.
Si no fuera por que mi móvil comenzó a sonar llamando la atención de algunos presentes, yo no me hubiera apresurado a responder a la persona que sabia perfectamente quien me llamaba.
Descolgué el teléfono con intención se soltarle el discurso del siglo a aquel bastardo, pero cuando preguntó directamente, sin saludar, si ya había hecho lo que me había pedido, la sangre me hirvió por completo y yo sin más colgué.
Apague el teléfono y movido por la ira termine en dirección a donde quedaba la tienda.
Dentro del ascensor, trate de posicionarme en el rincón lejos de ser la mira de los demás.
Aunque deseaba llegar pronto al penúltimo piso, el ascensor se detuvo en cada una de las plantas existentes dejando que hubiera cada vez más personas apretujandome en la esquina.
Cuando por fin llegamos a mi piso, deje que todo salieran antes de dar un paso fuera del ascensor.
La tienda era grande, pero solo una parte estaba ocupada por los productos, al menos eso podía ver desde fuera gracias a las ventanas que adornaban por completo la fachada.
Cuando me acerque más a la puerta deslizante, justo arriba vi el cartel del nombre de la tienda, escrito con cursiva y de color negro con plateado estaba escrito el nombre de Shine.
Si mal no recordaba, ese había sido la marca que me había dicho Yoseob, lo que en cierta manera me molestaba. Cuando trato de no cumplir con un favor, el destino me lleva exactamente al lugar donde debía de ir.
Rendido con mi suerte, entre y busque a la chica que tanto me había hablado mi amigo, por que ya que estaba allí, ¿qué más daba darle el número?.
Detrás del mostrador había una joven, que no era precisamente a quien había descrito Yoseob, pero a la cual podía preguntar, aunque... no sabia como hacerlo.
- ¿ estaba buscando algo ?
Me di la vuelta para ver mejor a la mujer que supongo se dirigía a mi.
- eres tú - exclame alegre de no haber tenido que hacer muchos malabares para encontrar a la chica
Saque el pequeño papel donde estaba escrito el número de Yoseob junto a su nombre y apellido y algo más que a mi ni me interesaba.
La chica me miel unos minutos impresionada por lol que yo estaba haciendo, aunque para mi era todo normal. Solo entregaba el número de un chico que gustaba de ella ¿no?.
- ¡oh!, has venido
Las manos de la chica a la que había conocido hacia poco envolvían las mías haciéndola mover de arriba a abajo.
Mientras ella sonreía por volverme a ver, yo sólo podía morirme de la vergüenza.
¿ Acaso no sabia que todo lo que estaba haciendo era muy vergonzoso?
- Yuna puedes retirarte yo misma le atendere
Cuando me quise dar cuenta de que la mujer a la que debía entregar aquel estúpido número se estaba llendo, me apresure a retenerla y pedirle que aceptara el número a lo que la otra chica me sonrió con picardía y Yuna, o al menos creo que se llamaba así, se alejo muy sonrojada por la situación.
- solo llegar y ya ligando, oppa no sabia que eras de ese tipo de chicos - dijo burlándose de mi
- ¡ te equívocas !.... Yo sólo estaba haciéndole un favor a mi amigo - murmuré esto último por la vergüenza
- lo sabia. Un hombre tan mono como tu no es como esos estúpidos mujeriegos, por cierto, me llamo Nam Lina y te agradezco mucho la ayuda de hace ratón
- yo... yo soy Kim sunggyu
No sabia que decir y por un rato el solo pensamiento de quedar en silencio frente a ella me preocupaba, pero que debía de decir.
Como si el destino me leyera la mente, el hermano de Lina había llegado haciendo del que esta saltara a su lado.
Aproveche la oportunidad de irme escapando por al lado de los hermanos escondiéndome detrás de las personas, pero una fuerte mano me retuvo por la muñeca.
Varias oleadas de electricidad recorrieron, desde mi muñeca hasta todo el cuerpo llenándolo de una sensación extraña.
De pronto, la necesidad por saber de quien se trataba aparecieron y sin pensarlo me gire.
- disculpe, soy Nam Woohyun el dueño de este local y quería agradecerle por haber ayudado a mi hermana Lina
Mi boca no cedía a las palabras que quería decir y todo por que tenia ante mi la persona más irresistible que jamas hubiera conocido y lo peor es que era chico.
Bueno... eso no tenía que ser un problema ¿no?
En estos tiempos, la gente se acostumbró a ver nas parejas del mismo sexo, sobre todo por que los adinerados comenzaron a concertar matrimonios entre sus hijos para aumentar riqueza y como algunos no tenían hijas, se las apañaron con lo que había.
¿Pero en que estaba pensando en estos momento?
Frente a mi había un chico apuesto, sonriendome de una manera infernalmente seductora y yo no podía ni decirle hola.
- ¿te sucede algo?
Vaya pregunta, ¡claro que me sucede algo!, acaso no ve que estoy apunto de perder el conocimiento.
No sabia que era peor, que su piel aún estaba en contacto con la mía, o que fuera simplemente guapo.
- Woohyun-ah creo que deberías de soltarlo - dijo con una risita Lina haciendo que los dos recuperasemos la compostura.
- lo siento - dijo aclarándose la garganta- me gustaría compensarte
Antes de que pudiera decir nada, ya me encontraba siendo tirado a una habitación que supongo era su oficina.
Woohyun cerro la puerta y me indico que me podía poner cómodo, aunque yo no pensaba moverme de delante de la puerta.
Después de varios minutos, el chico salió con una caja de a saber que y me la ofreció indicando que era una pequeña compensación .
Como yo no podía coger la caja, mejor dicho, no podía moverme, el mismo la puso entre mis dedos y luego me sonrió pidiendo disculpas por las molestias de su hermana.
Me explicó que por mucho que ella hubiera venido a su tienda, tenia un gran problema para recordar direcciones, lo que en si me hizo reír un poco, ya que me recordaba a Yeol-ssi y todas las veces que me tocaba ir a buscarlo.
El chico se ofreció a explicar me un poco de las cremas que me había dado, si, cremas para hombres, algo que yo jamas he usado y que estaba claro debía de usar por cortesía.
Luego de decirme como debía de usarlas y el orden adecuado, debió de despedirse por que su hermana y el habían quedado para comer ya que esta tenia algo que comentarle.
Nos despedimos, yo como pude y mis torpes palabras.
Como ya no tenía nada más que hacer, me puse en marcha a casa.
Al llegar, mi madre me recibió muy alegre como era de costumbre, me preguntó sobre como me había ido el día y me dijo que había preparado un delicioso manjar, aun eso significaba más bien que la cocinera había preparado un manjar.
Nos sentamos en la mesa juntos y comenzamos a hablar entre los dos a la espera de mi padre que aun estaba método en su despacho.
Mi familia siempre tenía la costumbre de comer juntos y hablar sobre cualquier tontería que nos hubiera ocurrido en el día, pero cuando mi padre llego los dos se sentaron más juntos de lo normal.
Me miraron sonriendo y dándose codazos haciendo como si no se decidieran quien tenia que hablar primero y cuando se pusieron de acuerdo lo soltaron.
Dijeron lo que para mi fue la peor y más grande de las noticias.
Estaba prometido.

sorry, but i love my .....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora