Great news 1

172 20 2
                                    

Pase todo el día pensando en él. Desde que llego al colegio cada vez que lo veía por casualidad cientos de mariposas revoloteaban en mi barriga haciendo que los nervios movieran mi cuerpo y la vergüenza me invadiera.
A veces intentaba acercarme a saludar, pero mi cuerpo no cedía y me echaba hacia atrás.
Me sentía como un completo cobarde y eso me frustraba. Era cierto que siempre justificaba muy cagueta diciendo que mi cuerpo sabia que estaba prometido y no debía ser infiel, aunque de un completo extraño.
Aún recordaba la ultima vez que vi a Woohyun, me había hundido en la miseria por culpa de aquel incidente donde por un error termine hablando con un compañero de clases del cual lo me había en todo el curso escolar, la verdad es que ni sabia que venia a este mismo colegio desde ya hace 2 años.
- buenos días Sunggyu - grito desde su asiente Dongwoo.
Suspire devolviendo el saludo y tome asiento. Me sentí avergonzado, aquel chico creía que yo desde un principio tenia planeado ser su amigo, lo que era una gran farsa, yo dolo quería ser amigo de Woohyun y ahora mirarme.
Pase la mitad de la mañana actuando como si yo fuera su amigo, como si de verdad deseara con todo mi corazón compartir tiempo con él.
No era que me cayera mal, pero para amigos ya tenia a esos tontos que siempre me andaban pidiendo favores y a los cuales no podía decirles que no, y pensar que podía tener a una más al que tuviera que hacerle recados no me hacia ni pizca de ilusión.
Pero Dongwoo no parecía de ese tipo de chicos, más bien me daba la impresión que era una persona amable y divertida que por algún extraño motivo termino siento margina, lo que en si me producía pena.
Ya en el recreo y siendo acompañando por él, fuimos a la cafetería donde Sungjong me esperaba con cara de cachorrito desolado.
Estaba 100% seguro que ese quería algo de mi y no seria algo fácil de hacer.
La vena de la cabeza comenzó a hincharse con solo saber que no le negaría nada.
- hyung tengo un problema - dijo con un tono encantadora e inocente, el típico que se usaba para conseguir lo que se quería. No recordaba jamas a verano usado, pero tampoco recordaba ser un hombre de mucho pedir, mejor dicho, jamas pedía nada.
Mire a mi joven amigo dudando de si no era momento para decir un buen y justo no, pero luego asentí con la cabeza para que este se sintiera más cómodo de decirme lo que quería.
- hay un chico que siempre me toma fotos en secreto y...
- ¿tienes un acosado?
SungJong se giro sorprendido de ver a otro chico a nuestro lado, por lo visto no se había percatado de su presencia. Comenzaba a creer que tal vez Dong era ya de por si una persona muy transparente delante de los demás, era realmente triste.
- ¿Quién eres tú?
No se si avergonzado por haber interrumpido o desilusionado por que nadie le tomaba en cuenta, pero la cara de Dongwoo palideció y en unos segundos se encontraba acurrucado con la cabeza entre sus rodillas.
- no seas maleducado - le reproche al idiota de mi amigo que sólo hizo una mueca y siguió asfixiando mi brazo mientras lo zarandean y suplicaba mi atención y mi ayuda - el es Dongwoo y va en mi clase.
- perdón, ni sabia que eras amigo de Hyung, me llamó Sungjong es un placer conocerte
La sonrisa del pequeño hizo que Dongwoo lo contemplara con divinidad y eso era habitual, después de todo el tío tenia cara de niña buena que no rompía ni un plato lo que en si era muy falso, él era el demonio en persona.
Sungjong comenzó el típico interrogatorio cuando de conoce a una persona por primera vez, cuantos años tenía, algo que era evidente, sus hobbies, de donde era...
Por un momento pensé que el pequeño demonio se había olvidado a lo que venia y eso me hizo sentir feliz, no tendría que ir a una misión suicida para complacer el deseo de nadie.
Célebre muy pronto mi primera buena suerte en todo el día pues Jong me miro con seriedad y me explico que había un chico que le sacaba foros a escindidas y que últimamente le estaba comenzando a gustar, hasta posaba para él, aquello me produjo escalofríos.
El maldito niño estaba loco, tenia un acosador y en vez de interesarse por si quería secuestrarlo o a saber que más cosas, se ponía a decirme que le gustaba y que no sabía como declararse... bueno... yo no era el indicado para este asunto, tampoco es que supiera como hacerlo jamas lo había hecho.
- pero SungJong eso puede ser peligroso - intervino Dongwoo preocupado por el síndrome de estocolmo que estaba viviendo el demonio.
Yo no dije nada, conocía a SungJong y por mucho que le sierras consejos o le advirtieras de algo era demasiado cabezota para hacer caso. Lo único bueno a veces era que actuaba como si prestara atención a tu ayuda.
- no creo que sea peligroso, además asiste a este mismo colegio
Genial, ahora sabia que venía al mimo lugar que un enfermo mental, ¿debía de preocuparme?
- no me importa lo que vayan a decir solo venia por un favor - SungJong me obligo a coger una carta que había sacado - solo es meterla en la taquilla con el número de la carta.
Sin dar tiempo a reprochar se marcho, estaba furioso y perplejo, no podía creer, me la había liado otra vez...
Una vez terminaron por completo las clases me dirigí a las taquillas.
Había pensado como haría para no ser visto o descubierto y la verdad me alegro mucho que hoy hiciera frío ya que por ello había traído una bufanda. Me tape la mitad de la cara y disimulando busque la maldita taquilla.
Parecía ser tarea fácil, una vez diera con mi meta me podría ir y nada malo pasaría.
- ¿hámster?
Debería replantearme mi manía con celebrar las cosas antes de tiempo, nunca resultaba nada bueno cuando lo hacia.
Me gire para saber de quien se trataba, lo más seguro es que fuera un idiota que se quería meter conmigo, ¿ cómo se atrevía a decirme hámster?
El corazón se me acelero y mi cuerpo no reaccionaba.
Quería huir, pero lo único que pude hacer fue aferrarme a las taquillas escondiendo detrás la dichosa carta. No sabría que hacer si Woohyun se daba cuenta de que yo iba a dejar una carta de amor a alguien, aunque no era mía, pero eso no importaba nadie me creería.
Sentí como la cabeza comenzaba a arderme, las mejillas se ponían rojas y mi cara de escondía a toda prisa dentro de la bufanda.
- aunque ahora pareces más a una tortuga confundida - indico rasgándose los ojos con los dedos supongo que para parecerse a los míos.
Trague saliva, no sabia que hacer y lo peor es que mi voz no parecía querer salir.
Esto era tan vergonzoso, las cosas no podían ir a peor.
- ¿Qué tal haz estado?
Su dulce sonrisa consiguió erizar los pelos y agitar mi respiración.
El calor hacia su aparición dentro de la lana, el aire que salía de mi boca mojaba la tela provocando que comenzara a picar. Tenia que apresurarme a salir de allí, al demonio con el favor.
- te ves demasiado adorable
La sensación de su frente contra la mía me hizo llegar al limite. Saque la boca quedando cerca de la suya.
Podía sentir su respiración, su calor...
Si no fuera por que él se marchó de repente sin despedirse siquiera, juraría que mi corazón se hubiera salido de su lugar.
Lo único que pude hacer fue terminar de hacer el favor y marcharme a casa.
Me sentía como un es tupido y lo era.
Jamas olvidaría este día.
Suspire y entre a mi casa esperando que al memos tendría algo de paz aquí, como era de esperar no fue así.
La asistenta de mi padre se acerco a la entrada y me indico que mis padres me esperaban en el despacho por un asunto importante.
Toque la puerta pidiendo permiso a lo que mi madre se apresuro y tiro de mi haciendo tomar asiento.
Algo me decía que esto tenía que ver con el compromiso.
- veras hijo, tenemos buenas noticias
Mi madre brincaba en su asiento de emoción mientras yo suspiraba resignando por completo.
- como sabemos que aún eres joven pensamos que lo mejor seria que te fueras a vivir con tu prometido, así fortalecerían los lazos antes de la boda.
Genial, al final las cosas si podían ir a peor.

sorry, but i love my .....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora