Selfish goals.

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Con sólo 17 años y ya tengo claras dos cosas: mi interés por el dinero y mi amor por Shine.
Y también sabia que para mantener las dos cosas era necesario cumplir todos los deseos de mis padres en cierta medida, menos cuando no perjudicara en mis ganancias.
Suspire agotado por el día que estaba teniendo.
Hoy me reuniría con una empresa de cosmética que quería distribuir mi producto internacionalmente, algo que no tenia interés para mi, ya que la gente misma me había hecho ver que irían a cualquier lugar si con eso lograban verse guapos.
Baje la escaleras para encontrarme con el supuesto empresario. Nos saludamos cordialmente y comenzamos a hablar sobre negocios, no se andaba por las ramas y eso me daba las esperanzas de que hoy su podría saber sobre aquella sorpresa que mi hermana me quería dar, pero que debido a un contratiempo no me pudo decir.
- vera señor, no pretendo ser maleducado, pero si quisiese poner mi producto a la disponibilidad de cualquiera, ya lo habría hecho, y con alguien mucho más reconocido que usted.
- no sabe de lo que habla joven, pero ya estaba al tanto de su completa negación ante esta propuesta, por su padre - dijo sonriendo tratando de darme a saber que no tenía un rechazo, puede que hasta ni lo esperase.
- entonces... ¿ Por qué ha venido ?
- el que no apuesta no gana, y usted no esta apostando por lo que no va a ganar
- pero tampoco perderé nada
- los negocios no tiene nada que ver con la cobardía - dijo mostrándose cada ve más hostil y eso me confirmaba que se estaba molestando, por lo que pronto se iría a llorarle a mis padres - su padre debe de sentirse preocupado por dejar la empresa en su manos ¿no?
Yo sonreí ante aquella pregunta.
El tipo estaba tan acorralado, que me lanzaba todas las cartas que tenia, algo que en si era un error.
- vera, este negocio no tiene nada que ver con mi padre, puesto que es mio - puntualice pidiéndole que me siguiera fuera de mi oficina - aquí no hay más que dos trabajadoras y yo. Ni científicos y catadores, ¿ me esta entendiendo?
- ¿ me esta diciendo que es usted mismo el que crea y evalúa sus productos?
- ¿ sorprendido?, la mayoría de personas siempre tienen ayuda o han hecho estudios sobre química y esas cosas, yo en cambio, aun ni he acabado la preparatoria y tengo un santuario para los ricos que aun quieren ser guapos.
- pero aun así sus padres han aportado dinero, así que. ..
- ¡ se equivoca! Ellos no han puesto nada. Se los prohíbi sabiendo lo que harían y querrían - dije tocando frasco de hidratante a base de babas de caracol y veneno de serpiente que yo logre combinar a la perfección, para que pudieran juntarse sin crear efectos secundarios adversos a lo que me proponía.- todo, cada detalle de esta tienda ha sido pagado por mi. Aunque luego dirá que mi dinero lo saque de mis padres, pero ya le voy diciendo que no es así.
Volvimos a mi oficina para coger nuestros abrigos.
El señor no dijo nada, aunque parecía pensarse algo y, yo sinceramente no quería saber que, solo deseaba ir al encuentro con Lina.
- su padre no aceptara un no como respuesta.
- ¿cree que si mi padre pudiera hacer algo, ya no lo habría hecho?, ahora vayase.
Si, era cierto, amaba el dinero, me había acostumbrado, o mejor dicho, me habían criado para ser amante del dinero y no poder vivir como pobre, así que desde pequeño ya llevaba planificando mi vida y de que manera podría conservarla como está.
Aun así, con todo el aprecio que tenia por el dinero, algo que jamas dejaría, ya fuera por millones, era Ori, mi amada tienda de cosmética donde pasaba el tiempo que no malgastaba sastifaciendo a mis padres.
Pero ellos no entendían eso y siempre mandaban a un empresario para agrandar mi negocio, teniendo como resultado un no.
Salí a la cafetería del hotel en busca de mi noona, estaba impaciente por escuchar lo que quería decirme.
Tenia que reconocer que era un tipo demasiado curioso y amaba las sorpresas, pero no me gustaba que durase mucho en desvelarse el secreto.
Después de pasar entre las primeras mesas, lejos, en un lugar reservado, estaba sentada Lina.
La tranquilidad y belleza que emitía mi hermana era lo único bueno que había tenido en casa hasta que se marcho cuando se caso. Aún así, nunca perdimos comunicación y, muchas veces quedábamos para vernos, por lo que nuestra relación de hermanos era muy profunda.
Con mucho sigilo me acerque a ella, que estaba distraída mirando a unos pequeños jugar en el parque de atrás del hotel, y la asuste a lo que ella respondió dándome un tirón en la oreja por ser tan malicioso.
Cuando por fin me soltó, eso si, después de haberme echado un buen regaño, tome asiento junto a ella.
La cabeza de Lina daba pequeños rebotes de un lado a otro y sus piernas se movían de arriba a abajo.
Sabia que mi hermana era muy alegre, pero hoy estaba siendo mucho más que de costumbre.
No se si por maldad, o por que de verdad tenía hambre, noona me dijo que comiéramos primero antes de darme la sorpresa, a lo que yo, obligándome a aguantar la curiosidad, cedí.
Mientras comíamos fuimos hablando de lo que había sucedido mientras no estábamos juntos, yo le contaba la innumerables veces que papá intentaba introducir sus manos en mi negocio, y ella me decía la manera que aprendía a ser buena ama de casa con las madres de sus pacientes.
Durante toda la comida, lo pasábamos riendo y hablando, cosa que jamas hacíamos en familia, solo nosotros dos, y eso era cuando estábamos solos.
Al terminar, sin dar oportunidad a otra escusa, pregunte a Lina sobre la sorpresa y ella se quedó callada, lo que me hacia pensar que tal vez lol hacia por maldad.
- Mi adorable dongsaeng. Yo te di tanto amor y tu me enseñaste a querer a los niños, fuiste el que me hizo desear ser alguien, y ahora, gracias a tu presencia en mi vida soy un pediatra en matrimonio feliz. Aunque a veces te portaras como un gamberro, fuiste mi único motivo por el que quedarme asta el final en la familia.
- ¡noona! ve al grano por favor - reproche la lentitud, más aquellas palabras hacían falta escucharlas de vez en cuando
- ¡Woohyun-ah! No interrumpas a tu noona cuando se esta sincerando- gruño acusándome con el dedo - eish, ¿cuando aprenderás modales mocoso?
- vale, lo siento, por favor sigue
- bien... ¿por donde iba?
- que yo soy la razón de tu existencia
- que poco humilde eres crío. Como sea... Como yo te di todo mi amor, así también quiero que se lo des a tu sobrino y que seas su padrino
Estaba perplejo, ¿acaso había escuchado bien?
¿iba a ser tío?
Una enorme sonrisa se me dibujo en la cara y la necesidad de celebrar aquello no podía pasarla por alto.
Agarre del brazo a Lina y la invite a salir de paseo para comprar algo del bebé.
Entre tienda y tienda, íbamos hablando sobre nombres que podían ser elegantes y bonitos, discutíamos sobre que sería, y que le compraríamos en el caso de que fuera niño o niña.
Pasamos horas paseando hasta que mi hermana comenzó a quejarse y yo propuse a acompañarla a su casa.
En la puerta de su vivienda noona me miro algo preocupada.
Yo estaba esperando a que ella entrase, pero parecía dudar sobre algo, lo que me preocupo de sobremanera.
Me acerque y la tome de los hombros.
- ¿ sucede algo noona?
- veras... Woohyun-ah - empezó diciendo mientras movía su boca de manera adorable - ayer cuando tuviste que ir a arreglar unos asuntos, viendo que tenia tiempo, me pase por casa y mía padres hablaron sobre una cosa...
Entre más dudaba en hablar, más nervioso me ponía.
¿ Qué podía ser tan malo como para que noona estuviera dudando?
- Nam Lina, soy tu hermano y sabes que puedes confiar en mi, y si no es así, el discurso de hacer rato, parece que era una total mentira.
- ¡te equívocas!, era verdad, ¡lo juro!, es solo que no deseo esto para ti. Yo quería que tuvieras una preciosa vida amorosa y no un compromiso concertado con alguna chica
- oh...
- ¿ eso es lo único que dirás?, Woohyung-ah, se que quieres sastifacer en todo a mía padres, pero piensalo, mirame a mi, estoy se 1 mes y tengo al hombre que amo soy feliz y no necesitó el dinero
- no te preocupes noona, se lol que hago
Y dicho esto último me fui para que ella no siguiera diciendo sobre lo malo que esto seria para mi.
Como ya era de noche y mi hermana me había contado ese pequeño detalle, sobre el cual yo desconocía completamente, lo único que podía hacer era ir a mi casa y enterarme un poco mejor sobre el asunto.
En el viaje a caso me mantuve distraído con que mañana empezaba clases y no hacia ni una semana que había llegado de Busan.
Tenía aún que instalarme y ponerme a trabajar mucho más en Ori.
Cuando el coche se detuvo frente a ala mansión, yo abandone con mucha rapidez el vehículo y entre.
El mayordomo, Junhi, me recibió en la puerta y después de pedirme la chaqueta, me indico que mía padre esperaban por mi en el comedor.
Respire profundo y luego camine hacia el comedor.
Como no quería saber absolutamente nada sobre mi prometida y más sabiendo que no podría oponerme, entre sonó un poco y les mire con seriedad.
- ¿ es cierto que habéis concertado un matrimonio con una chica?
- tu hermana te lo ha dicho ¿no? - dijo mi madre desilusionada por ya no poder darme, lo que para ella era, una gran noticia
- te dije que debíamos de decírselo ayer mismo - reprochó mi padre a mi madre.
Como quería, o mejor dicho, debía pensar, no pretendía quedarme a recibir detalle ninguno sobre el asunto, pero si quería saber cuando nos conoceríamos, a lo que mis padres dijeron que cuando yo estuviera establecido en Seul y tuviera más tiempo.
Cuando note que querían comenzar a profundizar en el asunto, pedí permiso y me ausente.
Subí las escaleras y me encerré en mi habitación.
Me tire sobre la silla giratoria de mi escritorio y le di a un botón que la hacia mover de un lado a otro como los robot se limpieza, solo que esta siempre se lo pasaba dando delicado giros.
Acostado sobre el respaldo y con los ojos cerrados, me dejaba relajar por mi silla, lo que me hacia despejar un poco las ideas.
Según mi hermana, casarse solo debía de hacerse con la persona que se quería, pero yo hasta el momento no me he fijado en nadie, aunque el chico de ayer llamara un poco mi atención, aún así, el tener un romance era un obstáculo en mis metas, por lo que deje pasar aquel extraño sentimiento que me produjo solo tocarlo.
Puede que la chica con la que me casara terminara gustándome, lo que en si no es malo, pero también cabía la posibilidad que eso no sucediera, creara una familia y terminara como mis padres y eso jamas me lo permitiría.
Suspire exhausto mientras me pellizcaba en ceño.
Soy un chico de 17 años que tiene claro tres cosas: me gusta el dinero, amo mi negocio y no quiero casarme.

sorry, but i love my .....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora