Antes de que el autobús arrancara, uno de los profesores nos pidió los números de teléfono por si nos perdíamos o nos ocurría algo durante nuestro tiempo libre por la ciudad.
Gracias a eso, el profesor llamó a Michael y le contó que en dos horas teníamos que estar en un restaurante, para comer con todos los demás estudiantes, ya que nos habíamos perdido la visita al museo y al acuario.
Después tendríamos otras 6 horas libres por la ciudad.
Saliendo del café le pregunté a Michael que qué íbamos a hacer, él solo me cogio de la mano y me guiñó el ojo.
Cosas así son las que me hacen sonrojar, pero ¿cuándo me había vuelto yo tan débil ante Michael?, ¿no se supone que lo odio por el cambio que hizo y haberme dejado sola cuando mas lo necesitaba?
Suspiré mirando su perfil después de pensar aquello,
¿Qué me había pasado?
. . .
- ¡Michael, me estás mojando! - dije gritando como a la niña que le quitan su muñeca preferida - ¡Para de hacer el tonto y rema bien! - esto último lo dije riéndome por la situación en la que estábamos.
El chico de los ojos verdes me llevó a un gran parque, donde en el centro había un lago y podías alquilar pequeñas barcas y dar un paseo por éste.
Y ahora estábamos en una de las barcas, por petición del chico; porque yo quería que alquilásemos karts y recorriéramos el gran parque de esta forma.
Yo ahora le estaba mojando a él el pelo, y a causa de haberse tintado el da anterior, ahora le caían gotas de color negro por toda la cara, y no podía parar de reír, mientras él, intentaba limpiarse las manchas negras de la cara con la camiseta.
- Anda, déjalo. - dije mientras buscaba un clínex en mi mochila - Te limpio yo.
Con el papel en la mano me acerqué a Michael, tomándole del mentón para poder limpiarle mejor los costados de su cara; mientras él, sostenía con sus manos los remos de la barca.
Mientras le limpiaba, pude apreciar su rostro más de cerca, sonreí al pensar que sigue siendo el mismo niño que creció al otro lado de la valla de su casa.
- Sigues teniendo las mismas pecas encima de los mofletes. - dijo sonriendo.
Yo no pude contenerme y mire su blanca sonrisa, después mi mirada pasó a sus rosados e hinchados labios.
Parándome a limpiar esa zona donde había una pequeña mancha, pero sus manos me agarraron desesperadamente del cuello haciendo que le besase.
Sus labios sabían al café que había tomado en aquella cafetería, sonreí ante esto.
- Sabes, me podría acostumbrar a que sonrías mientras nos besamos - dijo él entre beso y beso.
Un ruido nos hizo separarnos, una barca había chocado con otra, y ahora, las personas de los botes se estaban peleando.
- Johnson, tenemos un problema, - dijo mientras se reía como un niño cuando le daban un caramelo - no tenemos remos.
Me miró y me siguió sonriendo, yo solo pude golpearme con la palma de la mano en la frente.
en multimedia os dejo a june
pregunta: ¿de dónde son? ¿que edad tienen? comentadme las respuestas, quiero conocer mas a mis lectoras
