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Unas cuantas horas más tarde, de haber sufrido demasiadas broncas de Carl, terminamos de organizar y limpiar todo el caos que habíamos ocasionado en unos segundos.

Para nuestra defensa, tengo que confesar que muy limpia no es que estuviera al principio... pero como soy la problemática y chillona --o así me describe Carl-- tengo yo toda la culpa.

¡Éstos un día de estos me van a conocer!

Aunque en verdad, todo el trabajo lo ha hecho Derek. ¡Pobretico mío!

Nos dejamos caer en el sofá, y contemplamos lo reluciente que se había quedado todo.

-¡Buah que sueño! Bueno, pero del esfuerzo se obtienen recompensas, ¿no?-Dije bostezando.

Derek alzó una ceja, y cuando vi que iba a protestar,  Damien se puso de pie y corrío como loco a la planta de arriba.

-Voy a arreglarme y me voy a por mi peque, que hemos quedado a las 6:30 y ya son las seis menos veinte.-Gritó desde el piso de arriba.

¿Ya??

Me puse corriendo de pie, llevándome la mirada de todos, salvo la de Carl, que estaba pensando en Dios sabe que.

-Me voy a mi casa.-Les informé mientras cogía mi mochila.

Derek rápidamente se puso de pie, sabía que se iba a ofrecer llevarme en moto, pero se lo negué al verle tan cansado.

Después de despedirme por quinta vez de ellos y convencer al cabezón de Derek que no hacía falta que me acompañara, salí a la calle y caminé hacia mi casa, con miedo de que estubiera aún esté en la puerta de ella.

¡Ya se habrá ido!

En todo el camino estaba aterrada, pero mis músculos se relajaron, al ver todo como de constumbre, pero aún así había un inconveniente... ¡¡ESTÁN TODOS EN MI CASA!!

Metí la llave en la cerradura, y nada más abrir, vi todo muy tranquilo.

-Ya estoy aquí.-Grité.

¡Tengo unos minutos de ventaja!

Cerré la puerta con cuidado y caminé lo más rápido que pude hasta las escaleras, pero la figura de mi madre me lo impidió.

-¿Dónde coño has estado todo el fin de semana?-Me gritó en español la madrileña.

Sí esta diciendo tacos y hablando en español, eso sólo significa que estoy en la guerra.

España-Londres. ¿Quién vencerá?

-El viernes y sábado vine aquí a dormir, pero como no, no estabais en casa.-Me defendí.

Esta se quedó callada, tras mi respuesta.

Londres 1 -España 0

-¿Y ayer? ¿Dónde dormiste ayer Samanta?-Contraatacó.

¡Ups! ¡Aquí sí que se va a armar gorda!

-En la casa de un amigo.

-¿Cómo que un amigo? ¿Quién?

¡Empezamos!

-Mamá, no te pongas paranoica.-Rodé los ojos.

-No te lo vuelvo a repetir.-Me amenazó.-¿Qué amigo?

-¿Cómo que con un amigo? No me digas que has pasado la noche con ese hijo de puta-Saltó mi hermano, apareciendo de repente.

Que se calle que me tiene contentica, ¿por qué coño le estaban pegando en la playa hace unos días?, pero conociendo lo exagerada y sobreprotectora que se puede convertir mi madre a veces, me hizo recapacitar y me lo guardé para mí.

¿Por qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora