Nuestra primera actividad

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-ElenaPOV-

—¿Tu hermano? —pregunté confundida— ¿Eso es malo?
—No, sí, no lo se —se llevó las manos a la cabeza.
—Tranquila —me acerqué a ella.
—Es que no le veo desde que me fui de casa, no se que hace aquí.
—¿Porqué no le saludas? Si no le ves desde hace tiempo...
—No, no puedo huir durante tanto tiempo y luego saludarle como si nada.
—Entonces, no se...
—No pasa nada —suspiró y acto seguido me sonrío— ¿Vamos a ver Nueva York?

-SoniaPOV-

Después de la conversación con Elena, ella se fue a la habitación de la pelirrosa y Ro para decirles que podríamos comenzar a visitar la ciudad. Yo dije que iba a darme una ducha, pero en realidad iba a ver a mi hermano, quería saber que estaba haciendo aquí.
Caminé hasta la habitación de Ashley y toqué a la puerta varias veces, me abrió una sonriente Ash.

—¿Sonia?
—Eh... ¿Podrías decirme donde está la habitación de David? —pregunté tímida.
—Claro, pero, ¿para que lo quieres saber? —hizo un gesto de confusión.
—Es un viejo amigo, quería saludarlo y disculparme por lo de antes —mentí.
—Oh, es esa de ahí —señaló una puerta a mi izquierda.
—Gracias —sonreí.

Sin esperar una respuesta caminé hasta la puerta que me había indicado, escuché como la suya se cerraba. Volví a repetir lo mismo de hace unos segundos, tocar varias veces.
La puerta se abrió y me encontré con la mirada de mi hermano.

—Sonia... —susurró.
—¿Qué haces aquí?
—También me alegro de verte, ¿no pasas? —se apartó un poco, entré a la habitación.
—Responde, por favor.
—He venido a ver Nueva York, obviamente.
—¿El mismo día que yo y en el mismo hotel? —levanté la ceja.
—Eso ha sido solo casualidad...
—No me mientas, ¿qué haces aquí? —le interrumpí— Te ha mandado papá, ¿verdad? —resopló y miró al suelo.
—Sí... Y lo siento, pero tendrás que venir conmigo a España.
—¿Me vas a obligar o algo así? Cuando vuelvas dile a papá que buen intento.
—Vas a venir por voluntad propia.
—Ni hablar —negué.
—En fin, me gustaría hacer esto por las buenas, pero como veo que no vas a colaborar, tendrá que ser por las malas.
—¿Qué?
—Disfruta de Nueva York, no vas a estar mucho tiempo por aquí, hasta luego hermanita.

Me echó de la habitación después de eso, miré la puerta confundida y asustada a la vez. Volví a nuestra habitación, donde encontré a Elena una vez más en el balcón. Me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos por detrás, dándole un pequeño beso en la mejilla.

—Hola bonita... —escondí mi cabeza en su cuello.
—Hola Sonia —giró y puso sus brazos en mis hombros— Has ido a ver a tu hermano, ¿verdad?
—¿Como lo...
—Lo se y ya está —se acercó a mi— ¿De qué habéis hablado?
—Lo normal, ¿qué tal todo? Cuanto tiempo, ¿no?
—¿Estás mintiendo? —levantó la ceja.
—No, claro que no.
—¿Tiene esto algo que ver con eso que no me estás contando?
—Elena... No te estoy ocultando nada, de verdad.
—Bueno —me dio un cortó beso en los labios— Alba y Rocío nos están esperando.

Nos pusimos los abrigos y bajamos con las chicas, Ashley incluida, que estaban esperando en las puertas del hotel. Caminamos hasta ellas y cuando estamos saliendo Ash dice algo que me pone bastante nerviosa.

—Chicas, ¿os parece mal que haya invitado a David?
—Claro que no, cuantos más mejor —respondió Rocío.

Entonces nos tocó esperar a mi hermano, me acerqué bastante a Elena, por si acaso. Un minuto después, le vimos corriendo hacia nosotras, cuando llega nos sonríe.
En las calles de Nueva York, tal y como esperábamos, había muchísima gente, caminando de un lado a otro. También hacía frío, aunque con los abrigos que llevábamos casi no se notaba.
Rocío y Alba nos guiaban, habían planeado todo así que sabían donde ir. Cuando llevábamos varios minutos caminando, las chicas se paran.

—Teníamos preparado algo para hoy —nos dijo Rocío girando hacía nosotras.
—Ya que estamos en Nueva York... —continuó Alba— ¿Qué os parece ir a ver un partido de béisbol?
—Oh dios, me encanta —Ashley, que fue la primera en hablar, abrazó a la pelirrosa y luego a nuestra amiga rubia.
—Es una buena idea —dijo Elena sonriendo.
—Hay un problema —comentó Rocío— Es que ya teníamos los tickets, pero no contábamos con David...
—No importa chicas, puedo ir a ver cualquier cosa mientras estáis en el partido —Eso si que es muy buena idea, pienso.
—Pero... ¿No contabais también con Tara y Laura? Ellas no han venido... puede utilizar uno de esos tickets, ¿no? —Tenías que hablar Ashley...
—Tiene razón, eres genial Ash —habló Alba, sonriendo.
—En ese caso, ¡vamos! —Rocío levantó los brazos y reímos.

Llegamos al estadio en metro, era bastante grande por cierto. Entramos y cuando encontramos nuestros asientos, observamos el campo de juego. Hicimos fotos de casi todo el Yankee Stadium, algún selfie y una foto con el campo de fondo que pedimos a David que nos hiciera. Comenzó el partido y aunque no me interesaba este deporte, el ambiente que había en el estadio era increíble.

—¿No es genial? —pregunté a Elena elevando mi voz, ya que los gritos de los aficionados eran demasiado fuertes.
—La verdad es que no me gusta mucho el béisbol —rió.
—Idiota, me refiero al ambiente, es increíble.
—Yo necesito ir al baño y tengo hambre, no lo veo muy increíble.
—Eres muy tonta —ambas reímos— Tendrás que esperar a que acabe.

Cuando el partido estaba a punto de acabar, noté algo moverse en mi abrigo, así que supuse que era el móvil. Lo saqué y me estaba llamando un número privado, no le di importancia y seguí mirando a los jugadores de uno de los equipos en el campo batear la pelota y correr mientras el equipo contrario intentaba atraparla y eliminarlos.
El partido acabó y cuando salimos del estadio aún era bastante temprano, decidimos ir a comer.

Encontramos un restaurante muy cerca del Yankee Stadium llamado NYY Steak, al entrar, todos nos sentamos en una de las mesas y empezamos a hablar.

—¿Qué os ha parecido vuestra primera actividad en Nueva York? —nos preguntó Alba.
—Ha estado bastante bien, pero he tenido hambre casi todo el partido así que... —comentó Elena.
—A mi me ha encantado como todas las personas gritaban animando a sus equipos —dije.

Una camarera se acercó a nosotros y pedimos la comida y bebida, todos habíamos pedido una coca-cola así que llegaron poco tiempo después.
Volví a notar mi móvil en el abrigo, que decidí quitarme. Cogí mi móvil y, una vez más, aparecía en la pantalla Número Privado.

—Voy al baño, vuelvo enseguida... —informé.

Caminé hasta el cuarto de baño y una vez allí descolgué el teléfono.

Llamada telefónica.

S: ¿Quién es?
X: Tu padre —me paralicé.
S: ¿P-papá?
Padre de Sonia: Sí, supongo que ya has visto a tu hermano, vas a volver con el.
S: No puedes obligarme.
PS: Sí puedo, y vas a volver, te lo aseguro —colgó.

Fin llamada.

Las lágrimas empezaron a salir. No creía que después de tanto tiempo, mi padre aparecería para volver a destrozarme la vida. Conseguirá lo que quiere, siempre lo hace, y eso es lo que me da miedo. Me separará de Elena y de las chicas y volverá a hacerme la vida imposible.

Blue Haired Girl || Sonia Gómez || Sweet CaliforniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora