IX. Hormonas alteradas.

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¿Están convencidos de que ya conocen a Scott? ¿Su lado dulce y su lado rudo? ¿Su lado romántico y su la lado arrogante? ¿Están seguros de que lograron descubrir como es en realidad? Sólo continúen leyendo...

*Narra Scott*

-¡Shot Shot Shot Shot Shot Shot! -gritaban y animaban toda la gente a Jamie que iba por su Shot número 18 y yo me mordía las cutículas por el pánico, tenía miedo de que Jamie tuviera una sobredosis de alcohol en la sangre o que le pasara algo malo, me sentiría culpable.
Estaba sobre la mesa, tomó su último Shot y se ganó gritos y porras de toda la gente, y por poco una caída mortal si no fuera porque llegué a tiempo para atraparla.

-¿Qué haces, Scott? Suéltame, a llegado la parte más divertida -pronunciaba arrastrando las palabras y me daba de manotazos para que la dejara hacer lo que quisiese.
No la solté y la llevé a mi habitación para que guardara reposo, se quedara dormida, vomitara, o hiciera lo que sea para descargar todo el alcohol en vena. Rendida poso su manos alrededor de mis hombros para que fuera más fácil para mi cargarla.

-No quiero ni pensar la resaca que tendrás mañana. -dije y soltó una carcajada burlona y juguetona, como si lo que estuviera diciendo fuera una tontería.

-¿Resaca? Yo no tengo resaca, soy una leona -pronunciaba y reía desquiciadamente. Hasta cierto punto, todo lo que decía me causaba gracia.

-Esta bien, leona. Vamos a que descanses para que mañana muestres toda tu dureza ante la resaca. -cerré la puerta y ella tocó el suelo con sus pies, y pude notar que le hacía falta un tacón, entonces no guardó el equilibrio y estuvo a punto de caer. La sostuve de nuevo y puse uno de sus brazos al rededor de mis hombros y le quité el tacón.

-Uy, ¿Así qué es así como quieres jugar, eh? -decía juguetona mientras caminaba hacia atrás sin perder contacto visual conmigo y empezó a bajar la cremallera de su vestido lleno de cerveza y pastel por todos lados.

-¡No no no no no! -corrí hacia ella y puse la mano sobre la suya para que parara de hacer aquello que estaba haciendo.

Se abrió la puerta y pude notar que era Karen agarrando la manija de la puerta con una mano y con la otra sosteniendo a mi hermano del cinturón del pantalón. Ella estaba en el mismo estado que Jamie, y mi hermano en el mismo estado que el mío; cuidando de Karen.

-¿Qué haces, pícaro? -trato de decir Karen apuntándome con el dedo y dándole vueltas mientras sostenía una sonrisa juguetona.

-Karen, ven. Necesitas una ducha -decía Drew casi jalándole.

-Si sí sí, amor. Nosotros tenemos que hacer las mismas cositas que ellos dos están haciendo -reía y se abalanzó contra Drew posando sus manos en su cuello.

Drew y yo nos miramos y reímos al unísono.

-¿Quién lo diría? Los Braun haciéndola de niñeras -comentó mi hermano.

-Si, quién lo diría. Ya no escucho ruido allá afuera ¿Qué pasa? ¿Ya se fueron?

-Casi todos, faltan Gunter y Tracy. Ese par se está casi cogiendo en el sofá. Los correré, yo no quiero sus porquerías aquí.

-Si, no vaya a ser que Gunter encuentre una envoltura de cacahuates y la use como condón -escupí las palabras como si ardieran en mi boca y tuviera la necesidad de decirlas para burlarme.

Drew rió.

-Ya nos dejaron casa sola, mi querido Braun -dijo Karen aún en la posición que mencioné antes.

-Dios, te apesta el aliento, cariño. -dijo mi hermano, por lo visto se entendieron demasiado bien- seguiré con lo mío, hermano -y cerró la puerta.

Survivors (Sobrevivientes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora