Deseos reprimidos II

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Entre rápidamente al baño y puse el pestillo de la puerta. Me senté sobre la taza del baño y baje mis pantalones junto con mis bóxer dejando libre mi gran ereccion. Empiezo a masajearme pensando que era mi pequeña Nara la que hacia esos deliciosos movimientos, mientras ella no apartaba sus hermosos ojos de los mios. Mi respiración era cada vez más fuerte y yo sólo gemía el nombre de la pequeña Nara.

-¿Brian?-

Joder. Metí mi ereccion que cada vez palpitaba mas y subí mis bóxer y pantalón.

-¿Que paso?- pregunte abriendo la puerta -¿Nara?- me quede impactado viendo a la pequeña con rostro aún adormilado.

-Brian ¿Estabas gimiendo mi nombre?- pregunto cruzando la pierna y poniendo sus manos atrás.

-¿Como sabes esa palabra?- consteste un poco desorientado por su actitud.

-¿Entonces si lo hacías?- contraataco.

-No cambies el tema Nara- dije mirándola fijo y ella con la inocencia que siempre representaba haciendo que recordará mi gran problema en los pantanlones -Dime ¿como lo sabes?- dije lo más serio que pude.

-No es lo único que se- dijo para luego mirar a mi entrepierna -también se que eso se hace cuando alguien esta exitado- soltó luego de una sonrisa dulce.

-Ya basta Nara- dije con tono enojado- No esta bien que digas esas cosas-

-¿Y esta bien que tu me mires mientras duermo?- mi cara fue todo un dilema.

-¿Que? - pregunte sorprendido.

-Nada, lo que has escuchado-

- Dejemos esto ¿si?- dije un poco temeroso por su confesión -Vamos te llevaré a tu casa-

- Pero aún no son las 5- dijo la niña haciendo un puchero.

-No importa vamos- dije tomándola de la mano.

Caminamos hasta su casa la cual quedaba a unas 3 casa de la mía en el trayecto tan corto no dijimos nada y ella sólo acariciaba mi mano con su pulgar.

Nos sentamos afuera de su casa a esperar a sus padres, ninguno dijo nada, hasta que tomó mi mano.

-Brian, no le diré a mama y papa que me miras- dijo con dulsura e inocencia la cual dudaba que tuviera.

-¿Por que no les dirán?- obviamente estaba más que agradecido de que no dijiera nada pero aún así me picaba la curiosidad.

-Por que me gusta que lo hagas- dijo.

Sentí de nuevo el despertar de mi ereccion, joder, que enfermo estaba tan sólo es una niña de 2 años. Voltie mi cara al escuchar el sonido de un caro y me percate que eran los padres de Nara, quise voltear pero me que de helado al sentir un pequeño beso casi en mis labios.

-Adiós Brian- dijo Nara con mochila colgada y de pie para luego correr dentro de su casa.

-Adiós pequeña Nara- dije a la nada.

Camine hacia mi casa a esperar a que Chris, mi hermano, llegar de con mi tía. Subí a ver a mi madre y la ayude a levantarse un poco.

-¿Como estuvo tu dia, Brian?- preguntó pues aunque estaba enferma no descuidaba de nosotros.

-Pues bien, Nara se portó muy bien-

-Si es una niña muy dulce y tierna-

"Si supieras madre"

-Si- me límite a asentir.

-Eres el mejor hijo que pude haber tenido- dijo abrazándome.

-Y tu la mejor madre- dije tratando de dejar de pensar en Nara.

Me fui a mi habitación y decidí darme una buena ducha mi ereccion ha había pasado y me sentí frustrado al no poder terminar lo que había empezado.
Salí de la ducha aún sin poder dejar de pensar en Nara, sin duda todo este tiempo que la cuidaría sería interesante, aunque sabía que debía mantenerme al margen pues no se que llegaría hacer, pero una gran parte de mi quería dejarse llevar por este lado enfermizo y eso me asustaba.

INNOCENCE STOLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora