Son entorno a las 21:45 de la noche y yo estoy cenando unos espaguetis con carne mientras veo la tele. De repente noto una sensación extraña como si hubiera otra presencia. Apago la tele y ahí esta. En el reflejo oscuro que deja la tele se ve una niñita de unos 9 años, mas bien bajita y con una carita inocente y unos pómulos hinchados. Lleva un vestido de flores de varios colores y tiene el pelo recogido en una cola de caballo. El reflejo oscuro de la tele le da a su rostro un aspecto misterioso pero no me asusta.
-Hola- me dice con una voz aguda. Los pelos de los brazos se me erizan. No es la primera vez que hablo con ella pero cada vez que la oigo hablar un escalofrío recorre mi cuerpo.
-Hola- le devuelvo el saludo- Hace mucho tiempo que no te veo, Xinco.
-Ya...
-Pareces preocupada por algo, ¿Qué pasa?.
-Supongo que sabrás que aunque parezca que tengo 9 años en realidad no los tengo...
- Me lo suponía.- En todos los años que había conocido a Xinco ella siempre aparentaba 9 años.
-Genial porque no es casualidad.
-Plas plas plas...- Aplaudo sarcástico.
-Este tema es importante.- Me lanza una mirada severa y eso me preocupa. Por lo general Xinco no aparecía sin razón alguna, y parecía que esta vez había aparecido por algo en concreto.
-Disculpa, me lo tomo en serio- me disculpo.Ella me mira mal y prosigue.
- Yo antes era una niña normal- me cuesta tomarla enserio con esa vocecita tan infantil- pero de eso hace mucho tiempo ya...- baja la mirada al suelo y una oleada de lastima me invade. Ella me cae muy bien. Era como una hermana pequeña. Pero mi curiosidad me saca de todos esos pensamientos.
- ¿Qué estas tratando de decirme? Me tienes confuso.
- No puedo decírtelo-parece que en su interior esta teniendo un intenso debate. Pero al final me mira penetrantemente y me dice- solo puedo decirte que con él empezó todo y que él lo tiene que acabar.
- ¿De que estas hablando?- Esto me esta dando muy mala espina. Me parece una broma pero estoy hablando con el reflejo de la tele así que todo es posible.
- !Pero él no puede acabarlo! ¡Necesita tu ayuda!- su voz se ha convertido en un grito asustado y suplicante. Esto me da muy mala espina.
- ¿Pero de que hablas? Explicate.
- ¡No puedo! Está viniendo.- dice sollozando. No aguanto más. Voy a encender la tele cuando ella mira a un lado de la pantalla y sale corriendo hacia el lado contrario. Me quedo un rato mirando la escena y cuando vuelvo en mi le veo a él, con una mirada iracunda y una mueca formándose en su boca. Al instante se da cuenta de ello y me pone la sonrisa más falsa que me ha puesto en mucho tiempo. Yo le devuelvo otra sonrisa falsa y le saludo. Nos miramos un rato los dos dudando del otro y al final yo digo que quiero ver la tele y el acepta y hace señas para darme a entender que el también tiene cosas que hacer. Enciendo la tele y trato de evitar ir a los cuartos donde halla espejos. No me siento con fuerzas para hacer de inocente y no me sentía seguro ni con él ni con Xinco.
¿En cual de los dos confio?