Lluvia

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Ya han pasado 2 semanas desde que empecé a salir con Ahri. No se porque la palabra salir no me suena tan bien como debería sonarme. Me despierto en mi cama y me levanto desorientado. Tardo un rato en darme cuenta de donde estoy y cuando caigo en la cuenta de ello alargo mi brazo para coger el espejo y, como me temo, no esta él. Debe de estar lloviendo. Subo la persiana y confirmo que esta lloviendo. Me preparo para ir al cole con gran desgana y por un momento me planteo dejar el espejo, ya que él no va a estar ahí, pero soy incapaz de ello y me lo meto en el bolsillo.
Llega la hora del recreo. Lleva todo el día doliendome la cabeza y decido ir al baño a lavarme la cara a ver si me ayuda. Entro en el baño y me lavo la cara. Levanto la vista hasta el espejo y lo observo casi con curiosidad. Esta muy vacío. Solo esta mi reflejo. Solo. Pareciera que el espejo se esta riendo de mi. Miro más atentamente el espejo y observo como las cosas tintinean. Decididamente va a ser un día muy malo. Bajo al recreo y solo me apetece sentarme en una esquina a ver pasar el rato. Lo hago y saco el bocadillo. Lo miro con desgana y lo tiro al suelo, a pocos metros de mi. La lluvia cae fuertemente sobre mi, haciéndome extrañamente sensible a su tacto. Cada gota es un suplicio. Me golpea acompañada de otras tantas amigas suyas e impactan sobre mi dejando el típico sonido de cuando cae una gota y de fondo un grito desgarrador. Me sobresalto la primera vez y sacó corriendo el espejo para mirar, pero este solo refleja la pared, no me refleja a mi. Esto es muy raro. Los días de lluvia en general son muy raros. Odio la lluvia. Intento enfocar a otras personas con el espejo, y observo como en el espejo se transforman en siluetas oscuras con una enorme sonrisa de oreja a oreja. Estoy empezando a sentir miedo. Trato de levantarme e ir a algún sitio sin lluvia, todo es culpa de la lluvia, pero soy incapaz. Empiezo a sentirme muy agobiado. Trató de cerrar los ojos y pensar en otra cosa, pero en mi mente solo están las horribles sonrisas de las siluetas del espejo. Vuelvo a abrir los ojos y en ese momento un balón cae cerca mía rebotando y chapoteando. Cada chapoteo es un suplicio, plas, gritos por todas partes, plas, gritos por todas partes. El rebote final me derroca y de mis ojos caen lágrimas silenciosas. La lluvia sigue callendo sobre mi y sigue haciéndome llorar. Cierro los ojos y dejo que las lágrimas caigan sin resistencia. Estoy derrotado. He adoptado una posición fetal tratando de protegerme todo lo posible del exterior. En medio del pánico que estaba sufriendo noto algo que me envuelve. De repente me pongo mas tenso aún y cae una retaila mas grande de lágrimas, pero en seguida me doy cuenta de quien es. No necesito abrir los ojos para saber quien era. Yo me dejo caer sobre ella y apoyo la cabeza en su hombro, aún sin el valor de abrir los ojos.
- Tranquilo, estoy aquí.
Su voz angelical consigue que, por un momento, me olvide de todo y dibuje una tímida sonrisa. Yo no la veo pero supongo que ella también ha sonreído porque me ha envuelto con sus brazos y me ha hecho una señal para que me acerque a ella. Yo la hago caso y suena el timbre del fin del recreo. Ninguno de los dos nos movemos. No se si ella quiere levantarse o no, pero yo no tengo la capacidad de hacerlo. Ella no parece rechistar, así que seguimos abrazados bajo la lluvia un rato más. Dejando que nos caiga y nos impacte. La lluvia ya no me importa, solo me importa ella. Saco el espejo y la enfoco. Ella esta ahí, mirándome con ojos de adulación. Dejo el espejo y la miro a ella directamente a la cara. Se que es pronto, pero creo que la quiero.

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