Hacen un par de horas que me he levantado. He tenido una pesadilla muy rara y sinceramente no me siento con valor para volver a intentar dormirme. Tampoco tengo valor para entrar al baño, ya que Xinco sigue ahí, sin hacer nada, solo sonriendo.
Enseguida llegara la hora de levantarse, así que decido ir a la cocina y prepararme el desayuno. Alargo el brazo para abrir la puerta del frigorífico y por un momento la mano me aparece rodeada de humo. Me sobresalto y vuelvo a mirarla. Nada. Es muy extraño. Lo ignoro y continuo preparando el desayuno.
Llego al colegio y me siento en mi sitio. Miro de reojo a Ahri, que esta hablando con sus amigas, y agradezco que no me haga caso. No me siento con ganas de socializar.Las horas pasan muy lentas. Yo estoy pegando a la pared de la puerta y en el otro lado de la clase esta la pared de las ventanas, que atraen la atención del 80% de la clase.
Las miro imaginandome lo que ocurre fuera del colegio y me hundo en mis pensamientos. Al cabo de un rato vuelvo en mi y me fijo en que el cielo esta de color morado. Al principio me asusto y aparto la mirada, pero a medida que pasa la clase mi aburrimiento y mi curiosidad crecen, y decido mirar discretamente por la ventana. Sigue morado el cielo. No dejo de mirarlo esperando ver un cambio o un trueno de color amarillo, pero nada. Que pena. El cielo parece espumoso y amenaza con lanzar plagas sobre nosotros, pero parece que soy el único en verlo. El resto de personas parecen no ver lo que yo veo. Puede ser que me este volviendo loco, que después de tantos años viendo gente en un espejo no sería tan catastrófico. Miro a Ahri buscando apoyo y la veo mirando a la ventana con total tranquilidad. Me quedo miramdola embelesado y al cabo de un rato ella mira a la pizarra y me devuelve la mirada. Me regala una sonrisa y yo se la regalo a ella. Vuelve a dirigir su mirada a la pizarra y comienza a tomar apuntes. Vuelvo a mirar a la ventana y el cielo sigue morado. Dirigió lentamente la mirada a mi pupitre y me centro en mis apuntes.Cuando llega la hora del recreo miro por la ventana y el cielo sigue morado. Me pongo el abrigo y salgo rápido de clase. De camino a las escaleras de bajada afuera, miro por la puerta del baño y veo por el reflejo del espejo a Xinco sentada en un retrete sonriendo macabramente. Acelero el paso y bajo. Cuando llego a la calle miro al cielo y lo veo normal, pero al respirar noto el aire cargado y siento dificultad al inspirar. A pesar de eso me siento atraído hacia el exterior. Empiezo a andar y dejo de pensar. Recordó las calles sin ser realmente consciente de lo que hago. Tras atravesar unas cuantas manzanas me doy cuenta del tiempo que ha pasado y corro para no llegar tarde.
Llego justo a tiempo y subo las escaleras con mis compañeros. A la altura del tercer piso me tropiezo con mis propios pies y caigo. Logro parar la caída sin hacerme daño, pero al mirarme los pies, están encadenados. Me asusto mucho y siento pánico, pero alguien me tiende una mano. Es un chico de altura un poco superior a la media y un poco delgadillo. Va con vaqueros y una chaqueta azul marino. Me olvido de mis pies y cojo su mano con un poco de desconfianza. Él tira de mi y me pregunta si estoy bien. Yo, estupefacto todavia, le digo que sí. El me dice que bien, me da una palmada en la espalda y vuelve a reunirse con sus amigos. Yo continuo subiendo las escaleras en silencio sorprendido por la "visión" de mis pies encadenados, pero mas aun por la muestra de amabilidad de ese chico.